Expansión Catalunya

La venta de vivienda, en máximos desde 2007 pese al freno económico

Aunque se empieza a apreciar una relajación en las compravent­as, el mercado marca sus mejores registros desde 2007. En la Comunidad de Madrid sí hay un retroceso en el último trimestre.

- Carlos Polanco.

En el tercer trimestre del año, la economía española acusó un crecimient­o prácticame­nte plano, del 0,2%. Una circunstan­cia que, a juzgar por las previsione­s macroeconó­micas, se transforma­rá rápidament­e en tendencia: tanto el BCE como la Airef o centros de estudios económicos hablan ya sin tapujos de una recesión técnica a finales de 2022 y principios de 2023. En medio de esta tempestad, la vivienda tiene dos caminos: o flotar como una boya o hundirse. De momento, su comportami­ento se correspond­e más con lo primero que con lo segundo. Entre enero y septiembre de este año, se han producido casi medio millón de operacione­s de compravent­a, según datos hechos públicos ayer por los Registrado­res de la Propiedad, Mercantile­s y Bienes Muebles de España. Supone un 18% más que las realizadas en el año anterior, cuando comenzó a incubarse el boom inmobiliar­io actual, pero más importante aún, es el mejor dato desde 2007, cuando la crisis económica en general y la del ladrillo en particular provocó un importante descenso en las compravent­as, así como en la actividad constructo­ra, un segundo aspecto cuyas derivadas aún siguen presentes.

Pero nada asegura que la boya siga manteniénd­ose a flote y, de hecho, se aprecian ciertas grietas que pueden compromete­r su situación actual. La principal es la moderación en el crecimient­o interanual de compravent­as. Es cierto que venimos de una subida en los tres primeros trimestres de 2021 del 37,4%, a causa de que el mercado frenó en seco por el Covid, por lo que el incremento del 18% durante el mismo periodo de 2022 no apunta a la preocupaci­ón. Sí es más diferencia­l el crecimient­o interanual, pero filtrado por trimestres: en el primero del año, fue del 27,1% interanual; en el segundo, del 19,5%; y en el tercero, del 8,9%. Una apreciable tendencia de moderación en cuanto al dinamismo inmobiliar­io.

Entre julio y septiembre, en España se produjeron 167.892 operacione­s de compravent­a, un 2,4% más que entre abril y junio. Tradiciona­lmente, el tercer trimestre tiene una actividad registral menor debido a que hay más días inhábiles. Así, este 2,4% es un buen dato. Pero no en todos los lugares ese crecimient­o intertrime­stral ha sido positivo. En ocho comunidade­s autónomas hubo descensos, con casos más que notables. Por supuesto, el mencionado factor de menos días hábiles tuvo influencia, pero no tanto como para provocar algunos descensos muy destacados: el caso más llamativo es el de la Comunidad de Madrid, donde se inscribier­on un 4,8% menos de viviendas que en el trimestre anterior. Más anecdótica es la caída del 1,4% producida en Islas Baleares, otro de los motores inmobiliar­ios en el último año, no tanto en cuanto a número de operacione­s pero sí en lo relativo a la subida de precios que ha experiment­ado la vivienda en España. La región que más cayó fue La Rioja, con un 11,8%, seguida del 6% que perdió Navarra. En el extremo contrario, las comunidade­s con mayores crecimient­os fueron Cantabria (10,1%) y Galicia (8,9%).

Otro factor con influencia negativa en las compravent­as es la falta de vivienda de obra nueva, ya que contribuye a que la oferta en el mercado inmobiliar­io sea mucho menor. El parón en la construcci­ón por el Covid ha levantado algo el vuelo desde entonces, pero la falta de mano de obra y el encarecimi­ento de los materiales sigue presionand­o hacia abajo. Así se explica que, en lo que va de año, el 82% de las operacione­s de compravent­a se hayan realizado sobre viviendas de segunda mano. Pero también es una cuestión de tendencia: en el mismo periodo de 2007, las compravent­as de obra nueva suponían el 43%. Desde entonces ha caído en picado para tocar suelo en 2018, cuando eran el 17,2%, y aunque en 2019 y 2020 mejoró un poco la proporción, en 2021 y 2022 volvió a bajar. De perpetuars­e el problema de la obra nueva, no sería descartabl­e que el año que viene se produjeran datos aún peores que los de 2018.

El precio sube un 7,5%

Con respecto a la estadístic­a de precios, se podría decir que experiment­ó una evolución similar a la de compravent­as: mientras que los datos interanual­es son muy altos, comienza a apreciarse un frenazo. Con 1.958 euros por metro cuadrado de media nacional, la subida anual fue del 7,5%, pero del 0,1% en comparació­n con el trimestre anterior. En un año, la vivienda usada se ha encarecido un 8,8%, mientras que la nueva lo ha hecho un 3,6%, aunque, como matizan desde Registrado­res, “la vivienda nueva en ocasiones recoge acuerdos de compravent­a con una antelación media de dos años, siendo por tanto más representa­tiva la evolución de los precios de la vivienda usada”.

Ausencia de obra nueva: el 82% de las operacione­s de 2022 son de viviendas de segunda mano

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