Se disipa la amenaza del paro del transporte
La amenaza de colapso del transporte por carretera se ha disipado tan rápido como se produjo. Después de sólo un día de paro de algunos transportistas autónomos, que tuvo como acto principal una descafeinada manifestación en Madrid, la plataforma minoritaria convocante optó ayer por suspender las protestas ante la evidente falta de apoyos y seguimiento entre los profesionales del sector. Un paso inesperado después de haber amenazado los organizadores con arruinar la temporada navideña, bloqueando los suministros al comercio y la industria, si el Ministerio de Transportes no atendía sus reivindicaciones, pero que cabe celebrar por más que la plataforma minoritaria advirtiera de que suspende el paro pero no lo desconvoca. En el frágil contexto que atraviesa la economía española, provocar un desabastecimiento de productos básicos y materias primas habría sido catastrófico. Parece claro que los representantes de los transportistas autónomos no han medido bien esta vez su capacidad de movilización tras el éxito logrado con las movilizaciones realizadas en marzo y abril. La nueva protesta se basaba en acusaciones no demostradas de incumplimientos por parte de los cargadores de la ley aprobada en verano tras el acuerdo del Gobierno con las asociaciones mayoritarias del sector, que prohíbe que los transportistas trabajen a pérdida. Sin embargo, en el Ministerio no se había registrado ninguna denuncia. Pese al fiasco de la huelga, debe reforzarse la labor de la Inspección para impedir que puedan producirse infracciones de la norma que den lugar a otro intento de paro del transporte en el futuro.