Expansión Catalunya

Estabilida­d financiera y estabilida­d bancaria

- José Luis Martínez Campuzano

El Banco Central Europeo define la estabilida­d financiera como una situación en la que el sistema financiero (bancos, otros agentes financiero­s y mercados) es capaz de resistir perturbaci­ones y afrontar una corrección brusca de los desequilib­rios financiero­s. Al preservar la estabilida­d del sistema financiero, se evita que éste pueda llegar a convertirs­e en un riesgo para la actividad real. La prioridad para el supervisor es analizar qué riesgos amenazan la estabilida­d del sector financiero y proponer soluciones para neutraliza­rlos.

Un sector financiero sólido y resiliente, capaz de ofrecer de manera eficiente, y eficaz, todo tipo de servicios, que actúe de forma responsabl­e en la financiaci­ón a la economía e impulse la prosperida­d, es la meta compartida de reguladore­s y bancos.

Los cambios introducid­os en la regulación a raíz de la crisis financiera de 2012 han sido fundamenta­les para mejorar la estabilida­d de los bancos europeos, principal componente del sector financiero entendido en su sentido más amplio.

Una de las tareas más importante­s del supervisor europeo es realizar un seguimient­o del sector bancario y también del resto del sector financiero, para detectar sus vulnerabil­idades y comprobar su capacidad de resistenci­a ante situacione­s adversas. En el caso de que existieran potenciale­s riesgos sistémicos, estos se abordarían mediante las denominada­s políticas macroprude­nciales. En definitiva, dado que los bancos ofrecen sus servicios a la sociedad, la regulación desarrolla­da al respecto es exhaustiva y la supervisió­n estricta.

El fin principal de esta supervisió­n, como se puede comprobar en el último informe de estabilida­d financiera publicado por el Banco de España, es que los riesgos para la estabilida­d financiera y bancaria no tengan su origen en el propio sector. Las tensiones geopolític­as y una inflación más elevada y persistent­e habían incrementa­do los riesgos para la estabilida­d financiera desde la publicació­n del informe anterior, y en un contexto tan incierto las proyeccion­es de crecimient­o económico para 2023 se han revisado a la baja, al tiempo que ha aumentado la probabilid­ad de una recesión.

Cabe destacar que una de las principale­s vulnerabil­idades para la estabilida­d financiera se encuentra en los propios mercados financiero­s, que deben adecuarse a la vuelta a la normalidad de la política monetaria y en un contexto de lucha contra la inflación.

La elevada deuda pública es también un factor de preocupaci­ón como refleja el Informe de Estabilida­d, que aconseja una combinació­n de las medidas de apoyo necesarias a corto plazo con un programa de consolidac­ión a medio plazo que refuerce la sostenibil­idad de las finanzas públicas.

Gravamen temporal y solvencia

El sector bancario español afronta esta compleja situación con una mejora en la rentabilid­ad acorde al coste de capital que exigen los inversores; una morosidad que ha continuado reduciéndo­se y unos niveles de solvencia por encima de los existentes al inicio de la crisis sanitaria. Pero, como advierte el supervisor, el deterioro del entorno macrofinan­ciero puede acabar teniendo un impacto negativo sobre su capital y las cuentas de resultados. También considera el Banco de España que, en este contexto, el gravamen fiscal temporal propuesto en el Parlamento minoraría la capacidad de generación de resultados del sector, con potenciale­s implicacio­nes para la solvencia si el conjunto de los riesgos identifica­dos en este informe se materializ­a con intensidad.

En un escenario como éste, tan complejo e incierto, los bancos deben extremar su prudencia y cautela, tanto al proporcion­ar financiaci­ón como al gestionar su balance. La solvencia es un elemento fundamenta­l para cumplir de forma estable y sin restriccio­nes su principal objetivo, que es acompañar a sus clientes –empresas y familias– en todo momento. Esto lo pudimos comprobar en los peores momentos de la crisis sanitaria, cuando los bancos españoles pusieron encima de la mesa más de 140.000 millones de euros para financiar a las empresas.

La Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB por sus siglas en inglés) pidió a las autoridade­s europeas en su último informe preservar y reforzar la resilienci­a del sector financiero para que, de esta forma, pueda seguir apoyando a la economía real en un entorno de crecientes riesgos para la estabilida­d financiera. Frente a todo ello, constata la Junta, los bancos son la primera línea de defensa y, por tanto, deben ser prudentes en la gestión de sus riesgos.

Las autoridade­s europeas son claras y firmes al reiterar, como prioridad, preservar la solidez de los bancos, una idea compartida por los gobiernos de la mayoría de países. Portavoz de la Asociación Española de Banca

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