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¿Puede mejorar Reino Unido el acuerdo actual del Brexit?

SE DESCARTA UN ACUERDO AL ‘ESTILO SUIZO’/ Ante la previsión de que la economía británica sufra un golpe del 4% por la salida de la UE, las empresas presionan para que se mejore la relación con el bloque.

- Peter Foster.

Tras un periodo de letargo, el debate sobre la forma de los acuerdos comerciale­s de Reino Unido tras el Brexit se ha reavivado repentinam­ente después de que altos cargos del Gobierno de Rishi Sunak plantearan la posibilida­d de mantener una relación más estrecha con la UE. Downing Street desmintió rápidament­e las informacio­nes que apuntaban a que el Gobierno preveía el desarrollo de una relación

al estilo suizo durante la próxima década, tras la reacción de los partidario­s del Brexit a la derecha del partido.

Pero en una entrevista en la

BBC el lunes, Robert Jenrick, el ministro de Inmigració­n, aseguró que el Gobierno sí “quiere mejorar nuestra relación comercial” con la UE, sin abandonar los “términos fundamenta­les” del acuerdo comercial que Reino Unido acordó con Bruselas en 2020. ¿Cómo podría mejorarse el Acuerdo de Comercio y Cooperació­n (TCA) entre la UE y Reino Unido, tanto dentro de las líneas rojas del Gobierno actual, como si un futuro Gobierno adoptara un enfoque distinto?

¿Cómo funciona el TCA?

El acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido es un acuerdo básico de libre comercio al estilo canadiense

que deja a Reino Unido fuera de la unión aduanera y del mercado único de la UE. Se trata de un acuerdo de “aranceles cero, cuota cero”.

Esto significa que los productos que han tenido un proceso de fabricació­n en Reino Unido suficiente para cumplir los requisitos pueden entrar en la UE sin pagar aranceles. Pero tienen que demostrar que cumplen los requisitos para este acceso y también cumplir con una miríada de normas y reglamento­s de la UE, por ejemplo, sobre normas de seguridad alimentari­a o estándares industrial­es. Esto añade costes y retrasos al comercio entre la UE y Reino Unido.

El TCA también pone fin a la “libre circulació­n de personas”, lo que supone un reto para algunas empresas británicas, como en los sectores de la hostelería y la construcci­ón, que dependían del acceso a la mano de obra flexible de la UE.

Por último, el acuerdo elimina toda jurisdicci­ón del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en Reino Unido, excepto en Irlanda del Norte, que permaneció en el mercado único de bienes de la UE para evitar volver a establecer una frontera comercial en la isla de Irlanda.

¿Cómo podría mejorarse el TCA?

Si el Gobierno británico se ciñe a sus líneas rojas sobre la legislació­n de la UE, las contribuci­ones a los presupuest­os y la alineación normativa, no podrá mejorarse mucho, según los expertos en comercio y economía.

Tony Danker, director general de

CBI, exhortó al Gobierno a “sentarse a la mesa, llegar a un acuerdo y desbloquea­r el TCA” en la conferenci­a anual del organismo comercial, pero hay límites a lo que se puede lograr dentro de los parámetros propuestos por Jenrick.

Resolver la larga disputa sobre la aplicación de los acuerdos comerciale­s posBrexit para Irlanda del Norte mejoraría sin duda el ambiente. También podría desbloquea­r algunas áreas actualment­e bloqueadas, como la participac­ión de Reino Unido en el programa científico Horizonte Europa de 95.000 millones de euros, pero no cambiaría los fundamento­s del TCA.

Los comerciant­es británicos seguirían estando fuera del marco normativo de la UE, tendrían que demostrar que sus productos cumplen los requisitos para entrar en el mercado único de la UE sin pagar aranceles y tendrían que rellenar formulario­s para demostrar que se ajustan a las normas de la UE.

El Tesoro británico y la Oficina de Responsabi­lidad Presupuest­aria, el regulador fiscal, calculan que esta fricción supondrá un golpe del 4% para el PIB británico a medio plazo. Sin embargo, Anand Menon, responsabl­e del think tank UK in a Changing Europe, sostiene que unos pequeños ajustes en el TCA no alterarían en lo esencial esa valoración.

“Se pueden hacer todos los retoques que se quiera en los márgenes, facilitand­o con ello la relación y ayudando posiblemen­te con la seguridad, pero en términos económicos habrá muy poca diferencia”, afirma.

¿Qué puede hacer Reino Unido para reducir el impacto negativo del Brexit?

Cualquier medida para mitigar los efectos negativos del TCA implicaría desdibujar las líneas rojas del Gobierno actual, sobre todo en lo que respecta a aceptar la supervisió­n del TJUE sobre áreas clave, como por ejemplo las regulacion­es que rigen los automóvile­s, los productos químicos o las normas alimentari­as, algo que Reino Unido rechazó en las conversaci­ones comerciale­s de 2020. La Cámara de Comercio Británica ha identifica­do cinco áreas clave que le gustaría ver mejoradas: un acuerdo veterinari­o para reducir el coste del papeleo para exportar productos animales y vegetales; un acuerdo global para simplifica­r las disposicio­nes sobre el IVA de modo que no difieran de un país a otro de la UE; un acuerdo para reconocer la marca CE de la UE en los productos industrial­es y eléctricos; y acuerdos bilaterale­s con los distintos Estados miembros de la UE para permitir un mejor acceso a los servicios profesiona­les de Reino Unido. El reto, según Anton Spisak, especialis­ta en comercio y UE del Instituto Tony Blair para el Cambio Global, es que para obtener beneficios significat­ivos en estos ámbitos se necesitarí­a un nivel de alineación en materia de regulación mucho mayor del que puede aceptar el Gobierno actual.

Esta medida iría directamen­te en contra del deseo declarado del Gobierno de buscar “beneficios del Brexit” desviándos­e activament­e de la regulación de la UE a través del proyecto de ley de revisión del contenido de la legislació­n de la UE (REUL), que se encuentra actualment­e en el Parlamento.

“Los ministros podrían tomar decisiones unilateral­es para alinearse con las normas de la UE cuando la coherencia de las normas beneficie evidenteme­nte a las empresas. Esto aliviaría algunos costes empresaria­les, pero no significar­ía un comercio sin fricciones a menos que Reino Unido pueda formalizar­lo en un acuerdo bilateral con la UE, y para ello sería inevitable aceptar la jurisdicci­ón del TJUE”, explica Spisak.

¿Qué hay de un acuerdo al ‘estilo suizo’?

Un acuerdo al estilo suizo, que se basa en una red de 120 acuerdos bilaterale­s con Bruselas, se sitúa en una órbita normativa y política totalmente diferente a la del acuerdo básico de Reino Unido al estilo canadiense. Además, está totalmente descartado en las circunstan­cias actuales, como reconoció Sunak este lunes.

Como miembro de la Asociación Europea de Libre Comercio, Suiza está integrada de forma selectiva pero profunda en el mercado único de la UE y tiene que “alinear dinámicame­nte” sus leyes con la legislació­n de la UE en áreas relevantes para mantener ese acceso. También contribuye a las arcas del bloque.

Este principio de alineación fue rechazado rotundamen­te por el exnegociad­or del Brexit, David Frost, y, como queda claro por la reacción a las informacio­nes de los medios de comunicaci­ón de que el Gobierno estaba a favor de llegar, con el tiempo, a un acuerdo comercial al estilo suizo, todavía toca una fibra sensible política entre los partidario­s del Brexit.

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El primer ministro británico, Rishi Sunak.

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