¿Puede mejorar Reino Unido el acuerdo actual del Brexit?
SE DESCARTA UN ACUERDO AL ‘ESTILO SUIZO’/ Ante la previsión de que la economía británica sufra un golpe del 4% por la salida de la UE, las empresas presionan para que se mejore la relación con el bloque.
Tras un periodo de letargo, el debate sobre la forma de los acuerdos comerciales de Reino Unido tras el Brexit se ha reavivado repentinamente después de que altos cargos del Gobierno de Rishi Sunak plantearan la posibilidad de mantener una relación más estrecha con la UE. Downing Street desmintió rápidamente las informaciones que apuntaban a que el Gobierno preveía el desarrollo de una relación
al estilo suizo durante la próxima década, tras la reacción de los partidarios del Brexit a la derecha del partido.
Pero en una entrevista en la
BBC el lunes, Robert Jenrick, el ministro de Inmigración, aseguró que el Gobierno sí “quiere mejorar nuestra relación comercial” con la UE, sin abandonar los “términos fundamentales” del acuerdo comercial que Reino Unido acordó con Bruselas en 2020. ¿Cómo podría mejorarse el Acuerdo de Comercio y Cooperación (TCA) entre la UE y Reino Unido, tanto dentro de las líneas rojas del Gobierno actual, como si un futuro Gobierno adoptara un enfoque distinto?
¿Cómo funciona el TCA?
El acuerdo comercial entre la UE y Reino Unido es un acuerdo básico de libre comercio al estilo canadiense
que deja a Reino Unido fuera de la unión aduanera y del mercado único de la UE. Se trata de un acuerdo de “aranceles cero, cuota cero”.
Esto significa que los productos que han tenido un proceso de fabricación en Reino Unido suficiente para cumplir los requisitos pueden entrar en la UE sin pagar aranceles. Pero tienen que demostrar que cumplen los requisitos para este acceso y también cumplir con una miríada de normas y reglamentos de la UE, por ejemplo, sobre normas de seguridad alimentaria o estándares industriales. Esto añade costes y retrasos al comercio entre la UE y Reino Unido.
El TCA también pone fin a la “libre circulación de personas”, lo que supone un reto para algunas empresas británicas, como en los sectores de la hostelería y la construcción, que dependían del acceso a la mano de obra flexible de la UE.
Por último, el acuerdo elimina toda jurisdicción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en Reino Unido, excepto en Irlanda del Norte, que permaneció en el mercado único de bienes de la UE para evitar volver a establecer una frontera comercial en la isla de Irlanda.
¿Cómo podría mejorarse el TCA?
Si el Gobierno británico se ciñe a sus líneas rojas sobre la legislación de la UE, las contribuciones a los presupuestos y la alineación normativa, no podrá mejorarse mucho, según los expertos en comercio y economía.
Tony Danker, director general de
CBI, exhortó al Gobierno a “sentarse a la mesa, llegar a un acuerdo y desbloquear el TCA” en la conferencia anual del organismo comercial, pero hay límites a lo que se puede lograr dentro de los parámetros propuestos por Jenrick.
Resolver la larga disputa sobre la aplicación de los acuerdos comerciales posBrexit para Irlanda del Norte mejoraría sin duda el ambiente. También podría desbloquear algunas áreas actualmente bloqueadas, como la participación de Reino Unido en el programa científico Horizonte Europa de 95.000 millones de euros, pero no cambiaría los fundamentos del TCA.
Los comerciantes británicos seguirían estando fuera del marco normativo de la UE, tendrían que demostrar que sus productos cumplen los requisitos para entrar en el mercado único de la UE sin pagar aranceles y tendrían que rellenar formularios para demostrar que se ajustan a las normas de la UE.
El Tesoro británico y la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, el regulador fiscal, calculan que esta fricción supondrá un golpe del 4% para el PIB británico a medio plazo. Sin embargo, Anand Menon, responsable del think tank UK in a Changing Europe, sostiene que unos pequeños ajustes en el TCA no alterarían en lo esencial esa valoración.
“Se pueden hacer todos los retoques que se quiera en los márgenes, facilitando con ello la relación y ayudando posiblemente con la seguridad, pero en términos económicos habrá muy poca diferencia”, afirma.
¿Qué puede hacer Reino Unido para reducir el impacto negativo del Brexit?
Cualquier medida para mitigar los efectos negativos del TCA implicaría desdibujar las líneas rojas del Gobierno actual, sobre todo en lo que respecta a aceptar la supervisión del TJUE sobre áreas clave, como por ejemplo las regulaciones que rigen los automóviles, los productos químicos o las normas alimentarias, algo que Reino Unido rechazó en las conversaciones comerciales de 2020. La Cámara de Comercio Británica ha identificado cinco áreas clave que le gustaría ver mejoradas: un acuerdo veterinario para reducir el coste del papeleo para exportar productos animales y vegetales; un acuerdo global para simplificar las disposiciones sobre el IVA de modo que no difieran de un país a otro de la UE; un acuerdo para reconocer la marca CE de la UE en los productos industriales y eléctricos; y acuerdos bilaterales con los distintos Estados miembros de la UE para permitir un mejor acceso a los servicios profesionales de Reino Unido. El reto, según Anton Spisak, especialista en comercio y UE del Instituto Tony Blair para el Cambio Global, es que para obtener beneficios significativos en estos ámbitos se necesitaría un nivel de alineación en materia de regulación mucho mayor del que puede aceptar el Gobierno actual.
Esta medida iría directamente en contra del deseo declarado del Gobierno de buscar “beneficios del Brexit” desviándose activamente de la regulación de la UE a través del proyecto de ley de revisión del contenido de la legislación de la UE (REUL), que se encuentra actualmente en el Parlamento.
“Los ministros podrían tomar decisiones unilaterales para alinearse con las normas de la UE cuando la coherencia de las normas beneficie evidentemente a las empresas. Esto aliviaría algunos costes empresariales, pero no significaría un comercio sin fricciones a menos que Reino Unido pueda formalizarlo en un acuerdo bilateral con la UE, y para ello sería inevitable aceptar la jurisdicción del TJUE”, explica Spisak.
¿Qué hay de un acuerdo al ‘estilo suizo’?
Un acuerdo al estilo suizo, que se basa en una red de 120 acuerdos bilaterales con Bruselas, se sitúa en una órbita normativa y política totalmente diferente a la del acuerdo básico de Reino Unido al estilo canadiense. Además, está totalmente descartado en las circunstancias actuales, como reconoció Sunak este lunes.
Como miembro de la Asociación Europea de Libre Comercio, Suiza está integrada de forma selectiva pero profunda en el mercado único de la UE y tiene que “alinear dinámicamente” sus leyes con la legislación de la UE en áreas relevantes para mantener ese acceso. También contribuye a las arcas del bloque.
Este principio de alineación fue rechazado rotundamente por el exnegociador del Brexit, David Frost, y, como queda claro por la reacción a las informaciones de los medios de comunicación de que el Gobierno estaba a favor de llegar, con el tiempo, a un acuerdo comercial al estilo suizo, todavía toca una fibra sensible política entre los partidarios del Brexit.