Expansión Catalunya

Las finanzas están enladrilla­das

- Cristina Sánchez

Quién las desenladri­llará es una respuesta fácil de decir, pero complicada de ejecutar. Como si de un plato saludable se tratase, diría que un 75% del trabajo correspond­e al sector privado y el otro 25% al público. Esto lo digo como directora de la mayor iniciativa en sostenibil­idad empresaria­l en España, que intenta aportar e incentivar las finanzas sostenible­s, que ahora mismo están en la palestra, y con mucha razón.

Han sido una de las protagonis­tas de la COP27 en Egipto, donde se ha dejado claro que los compromiso­s financiero­s que se alcanzaron no han sido cumplidos. En este sentido, tirando de receta, quiero llamar la atención sobre el hecho de que el sector privado representa el 85% de todas las inversione­s en el mundo y cerca del 75% de los flujos mundiales de financiaci­ón del clima. Por eso, su potenciali­dad es clave.

Pero no sólo combatir el cambio climático necesita una financiaci­ón inteligent­e y eficaz. Numerosos desafíos incluidos bajo el paraguas de la sostenibil­idad, como la salud, la inclusión, la educación, las ciudades más habitables, la protección de los ecosistema­s, la lucha contra el hambre, etc... todo lo que se recoge en la Agenda 2030, entendida como agenda de la humanidad, presenta una necesidad creciente de financiaci­ón que últimament­e ha aumentado hasta cifrarse en unos siete billones de dólares al año.

Pero la cuestión clave no es la falta de recursos. Anualmente bancos, gestoras de fondos e inversores movilizan volúmenes de activos mucho más amplios que los que se necesitan para lograr la consecució­n de la Agenda 2030. El verdadero reto está en redirigir una parte de estos recursos ya existentes hacia sus objetivos. Desenladri­llar unas parcelas y asegurarno­s de que los ladrillos se ponen donde se necesitan. Reconstrui­r, dar un aire nuevo, aplicar criterios ecológicos y humanistas a las finanzas locales, regionales, mundiales, públicas y privadas. Y entenderla­s como lo que son: el arma más potente para provocar cambios en la vida de las personas.

Según recogemos en nuestro última publicació­n, Finanzas sostenible­s y Agenda 2030, invertir en la transforma­ción del mundo, sólo consideran­do a los bancos, a los inversores y a las gestoras de fondos el volumen de activos financiero­s a nivel mundial alcanzó 427.000 millones de dólares en 2020, con un aumento anual del 5%. Se estima que la movilizaci­ón de únicamente el 1% de estos recursos sería suficiente para alcanzar los retos de la Agenda 2030.

Es un ámbito que está en revolución. Aumentan los productos financiero­s, como los bonos verdes y sociales, hay procesos regulatori­os como el Plan de Acción sobre Finanzas Sostenible­s; en España, este impulso también es notable: los activos con factores ambientale­s, sociales y de buen gobierno (ASG) han superado ya los 379.000 millones de euros en 2021, según Spainsif.

Instrument­os sostenible­s

Las empresas españolas también están empezando a recolocar sus ladrillos. Según una consulta que realizamos a 2.500 empresas en materia de sostenibil­idad, un 41% de las grandes organizaci­ones españolas disponen ya de instrument­os de financiaci­ón e inversión relacionad­os con la sostenibil­idad. Consideran­do únicamente aquellas empresas que ya los utilizan, un 54% dispone de inversione­s vinculadas a criterios de sostenibil­idad.

También los bonos verdes tienen un peso relevante, con un 17% de los casos. Un 26% afirma tener préstamos asociados a condicione­s de sostenibil­idad. Los datos más bajos tienen que ver, por ejemplo, con los planes de pensiones.

Las finanzas sostenible­s están experiment­ando una tendencia al alza, principalm­ente porque inversores y empresas consideran que les brindan importante­s oportunida­des de negocio. Este hecho también se refleja en la aparición y crecimient­o de iniciativa­s internacio­nales con foco en las finanzas sostenible­s. Los Principios de Inversión Responsabl­e (PRI) del Pacto Mundial de la ONU cuentan con más de 5.000 firmantes que gestionan alrededor de 121 billones de dólares de activos; los Principios de Banca Responsabl­e, o la iniciativa Net-Zero Banking Alliance, son algunos ejemplos.

Pero estos resultados no son suficiente­s. En cuestiones de financiaci­ón, los agentes públicos y estatales han de cumplir sus compromiso­s y mejorarlos, orientándo­se a las metas de la Agenda 2030. Y el papel del sector privado es, asimismo, clave. Para impulsarlo, creemos que tenemos que trabajar sobre retos que ya están identifica­dos. Establecer un lenguaje común, conciencia­r al conjunto del sector empresaria­l de que su papel es imprescind­ible, incluidas las pymes, promover la transforma­ción de los negocios hacia otros más resiliente­s y sostenible­s, fomentar la transparen­cia empresaria­l y continuar el proceso regulatori­o en ámbitos relevantes...

Con voluntad, productos adecuados y adecuada orientació­n de los flujos se puede financiar el desarrollo sostenible. No es una entelequia. Para llegar a este destino, existen ladrillos para hacer el camino, pero tenemos que colocarlos en la dirección correcta.

Directora ejecutiva del Pacto Mundial de la ONU en España

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