El indigesto coste de culminar la legislatura

La determinación de Pedro Sánchez a culminar la legislatura y exhibir la aprobación de sus terceros Presupuestos como sinónimo de estabilidad política le ha llevado a multiplicar las cesiones a sus aliados parlamentarios. Ya era evidente la falta de adecuación para un entorno económico mucho más débil de lo previsto por el Gobierno del plan presupuestario elaborado por PSOE y Podemos, que dispara el gasto estructural sobre la frágil base de una recaudación en exceso dependiente de que se cumplan tanto las previsiones de ingresos de los nuevos impuestos “temporales” como las de crecimiento económico para el próximo ejercicio, cuestionadas por la mayoría de los analistas. Los bancos, las energéticas, los grupos empresariales y las grandes fortunas han sido señalados por el Ejecutivo como beneficiarios de la crisis para poder imponerles una mayor presión fiscal. Pero los acuerdos con los separatistas catalanes y vascos para lograr la aprobación ayer en el Congreso de las Cuentas Públicas de 2023 por una holgada mayoría han acrecentado su orientación radical y populista. Los aliados de Sánchez han situado el coste político de su apoyo a los Presupuestos en un umbral difícilmente digerible para cualquier gobierno constitucionalista. ERC no sólo ha impuesto una rebaja de las penas por el delito de sedición a la medida de los cabecillas condenados por el procés, sino también que se votara en el mismo Pleno que las Cuentas Públicas para evidenciar que Moncloa ha debido aceptar incluso los tiempos marcados por los republicanos, que también han arrancado 900 millones de euros más en inversiones para infraestructuras en Cataluña y el traspaso de cuatro cuarteles de la Guardia Civil. Por su parte, Bildu ha logrado la prórroga durante todo el año que viene del límite del 2% a los alquileres, otra subida del 15% a las pensiones no contributivas y que la Guardia Civil de Tráfico deje de prestar servicio en Navarra antes de marzo de 2023; una entrega de terrible valor simbólico. Por si esta lacerante carga de cesiones a los separatistas no fuera suficientemente perceptible, el líder de los filoetarras, Arnaldo Otegi, alardeó de que quienes sostienen al Gobierno de Sánchez son los mismos que quieren “marcharse” de España. Es igualmente grave que el indigesto coste político de los Presupuestos haya restado recursos al necesario ejercicio de disciplina fiscal que hubiera requerido el intenso deterioro de las perspectivas para la economía europea y la española.

Otegi alardea de que quienes sostienen al Gobierno son los que quieren ‘marcharse’ de España