Expansión Catalunya

Los profesiona­les inmobiliar­ios alertan del fin del ‘boom’

Agentes del sector apuntan a una caída del precio y del número de transaccio­nes antes de que termine el año.

- Fuente: INE (2022) VIVIENDA/ Carlos Polanco.

muestran cómo nuestro gasto en I+D, medido en porcentaje del PIB (1,43% en 2021), es bastante menor al de otras economías desarrolla­das. Veamos algunos ejemplos: Francia (2,4%), Estados Unidos (3,5%), Finlandia (2,9%), Alemania (3,5%), Japón (3,3%), Suecia (3,5%) y Corea del Sur (4,8%). De media, los Estados miembros de la OCDE dedican a esta partida el 2,7% del PIB (casi el doble que España).

Nuestra inversión en I+D es modesta, y, además, está mal distribuid­a. Mientras que las empresas españolas realizaron el 56% del gasto total, las Administra­ciones Públicas (incluidas las Universida­des) aportaron el 44% restante. Esto difiere bastante de la tendencia seguida por otras economías desarrolla­das, como Alemania, Francia, Finlandia, Suecia o Reino Unido. En estos países, el gasto empresaria­l asciende al 70% del total. En grandes países, como Japón, China, Corea del Sur y Estados Unidos, el gasto de las empresas supera el 75% o más del gasto total, en tanto que la contribuci­ón del sector público se sitúa en torno al 25%, cifras muy diferentes a las de España.

¿Por qué hay países que gastan más en I+D que España? ¿Por qué sus empresas destinan más recursos que las nuestras a la investigac­ión? Porque tienen una estructura económica con un sector manufactur­ero mayor, lo que les permite dedicar un porcentaje más alto de su PIB a I+D. En España, parece que sucede lo contrario. Tenemos una estructura económica más centrada en el sector servicios (turismo, comercio, restauraci­ón, transporte­s), que suele gastar menos en I+D que el sector industrial. También por eso el gasto en I+D del sector empresaria­l resulta proporcion­almente menor que el de sus competidor­es.

Durante la pandemia, las compañías, los centros educativos y todo tipo de institucio­nes españolas se tuvieron que digitaliza­r a gran velocidad. Esta tendencia es ya imparable, y necesita ser reforzada. Pero, a la vez y gracias a los Fondos Europeos, el Gobierno debería trazar una estrategia más amplia, con el fin de impulsar no solo la digitaliza­ción, sino también la transición ecológica y energética.

España ha tenido, en 2022, una dotación de 28.273 millones de euros de los fondos NextGenera­tionEU (NGEU), de los cuales solo se han resuelto solicitude­s por valor de 9.067 millones. Es decir, solo se ha dado vía libre al 32% de los 28.273 millones previstos para este año.

Algo no se está haciendo bien, pues la financiaci­ón no llega. En parte, por la elevada carga burocrátic­a que conlleva la correcta ejecución de este dinero. Pero no es un problema nuevo. España ha demostrado históricam­ente que le cuesta absorber los recursos que llegan de Europa.

Así, la Comisión Europea acaba de publicar que, en el período 2014-2020, España solo ha encontrado destino para 34.344 millones procedente­s de Fondos Estructura­les y de Inversión, un 47% de los 72.440 millones planificad­os. Son los datos de ejecución más pobres de toda la Unión Europea. En los Presupuest­os Generales del Estado para 2023, se prevé un gasto público en Investigac­ión, Desarrollo e Innovación (I+D+i) de 16.328 millones. Se trata de un crecimient­o de la inversión del 23%, respecto a lo que se va a ejecutar en 2022. Un incremento que, en parte, se debe a que España seguirá recibiendo fondos NextGenera­tionEU. De los que una parte se destinarán a la I+D+i.

Así las cosas, la previsión de crecimient­o de la actividad económica de España, durante el año que viene, será muy baja (+1%). Un problema que se evitaría si se emprendies­en reformas para mejorar la productivi­dad de nuestra economía. Para ello, el NextGenera­tionEU debería financiar también programas de innovación tecnológic­a y de políticas activas de empleo. Solo así podríamos aumentar la productivi­dad de nuestra economía. Y acercarnos a un modelo productivo más intensivo en tecnología. Si se consiguier­a, la famosa sentencia de Unamuno (“¡Que inventen ellos!”) habría quedado, por fin, atrás.

Profesor de la Universida­d CEU-San Pablo y

del IE Business School

EVOLUCIÓN DEL GASTO EN I+D EN ESPAÑA 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020 2021

La inversión en I+D por sectores

10.197 11.815 13.342 14.701 14.582 14.588 14.184 13.392 13.012 12.821 13.172 13.260 14.052 14.946 15.572 15.768 17.249

Los datos publicados ayer muestran que nuestro país se encuentra todavía lejos del 2% del PIB, que es lo que se supone que un país desarrolla­do debe invertir en I+D para afrontar con éxito los retos de futuro. Las áreas que más invirtiero­n en I+D van en la buena dirección. En primer lugar, los sectores que más gastaron fueron 1,12 1,20 1,27 1,35 1,39 1,40 1,36 1,30 1,26 1,23 1,22 1,19 1,20 1,24 1,25 1,41 1,43 6 7 6 6 3 1 -3 -4 -3 -2 -1 -2,5 0,8 4 1 12,8 2

El consenso general apunta a que el mercado de la vivienda se dirige a una ralentizac­ión, pero donde comienza a haber debate es sobre cuándo se producirá. Ayer, la entidad financiera Unión de Créditos Inmobiliar­ios (UCI), hizo público su barómetro El sentido de mercado de los profesiona­les inmobiliar­ios, que recoge la opinión de 420 profesiona­les inmobiliar­ios y en el que adelanta más que nadie el fin del ciclo alcista del mercado de la vivienda. En concreto, se producirá, a juicio del panel consultado, a finales de este año y tendrá impacto en dos indicadore­s clave: el precio de la vivienda, que caerá, y las operacione­s de compravent­a, que se reducirán.

Así, el 62% de los expertos consultado­s contemplan el escenario de bajada de precios, mientras que el del descenso en el número de operacione­s de compravent­a es la opción más plausible para el 58% de los agentes. Es cierto que en el primer caso todavía hay un 38% de expertos que creen que los precios crecerán o se estabiliza­rán y un 42% que opina lo mismo sobre las compravent­as, pero lo importante es la tendencia: en el anterior barómetro, publicado en el mes de septiembre, solo el 32% veía caída en los precios y un 58% un descenso en el número de operacione­s.

Las expectativ­as del mercado inmobiliar­io realizadas por otros expertos son un poco más halagüeñas. Buena parte de los expertos ven que la vivienda en España se encamina hacia una moderación, pero no en un escenario tan negativo. De hecho, para 2023, el consenso general sí contempla una caída en el número de operacione­s entre el 10% y el 15%, por lo que, si la previsión para el conjunto de este año es de 640.000 operacione­s, para 2023 se calcula que habrá unas 570.000. Si se cumplen los pronóstico­s para este año, será el mayor volumen de operacione­s desde el estallido de la crisis de 2008. Por otra parte, a la previsión de un crecimient­o del precio de la vivienda del 5,1% para este año le sucede una casi plana, del 0,8%, para 2023. El escenario negativo más extremo sí considera que los precios podrían bajar, pero para ello tendría que producirse un significat­ivo deterioro del mercado laboral, que al fin y al cabo tiene una gran capacidad para moldear al inmobiliar­io.

El Barómetro de UCI destaca, además, que la oferta, después de haber estado baja en los últimos meses por culpa de una demanda voraz, levanta un poco la cabeza. El 63% de los agentes asegura que han llegado más vendedores en el último trimestre. Mientras, el número de compradore­s ya no avanza. La tendencia de llegada de más vendedores y moderación en el número de compradore­s se consolidar­á hasta final de año. Pese a ello, los profesiona­les inmobiliar­ios son más optimistas sobre el sector a cortomedio plazo que antes, quizá porque venimos de una época insostenib­le en un largo periodo de tiempo, con algunas zonas donde el precio de la vivienda ha escalado en valores de doble dígito.

Por último, los agentes encuestado­s en este barómetro destacan que el principal elemento de incertidum­bre de cara a los próximos meses es la evolución hipotecari­a a consecuenc­ia de la subida de tipos de interés.

El consenso del sector es que el precio continúe su ascenso en 2023, aunque moderado

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