Absentismo laboral: 1,2 millones faltan al trabajo a diario
INFORME DE RANDSTAD/ El fenómeno tiene un mayor impacto en País Vasco y Canarias que en Madrid y Baleares.
El absentismo laboral continúa en niveles elevados. Es cierto que el impacto de este fenómeno se ha moderado con respecto al primer trimestre del año, que alcanzó su mayor cota desde la pandemia de coronavirus, pero el dato del segundo trimestre es superior a cualquiera de los registrados en el pasado año. Así, entre abril y junio de este 2022, el absentismo fue el responsable de la pérdida del 6,2% de las horas pactadas, según datos de Randstad Research. En la práctica, esta tasa equivale a que 1.261.633 personas se ausentaron de su puesto de trabajo a diario. De ellas, sólo un 977.054, es decir, un 77,5%, contaban con una baja médica que justificara su ausencia. Este 6,2% supone una variación interanual de 0,3 puntos porcentuales y, más allá del 7,1% alcanzado entre enero y marzo de 2022, periodo en el que se produjo la ola de coronavirus con más casos registrados hasta la fecha, hay que remontarse hasta el inicio de la pandemia para ver otra tasa mayor. Fue en el segundo trimestre de 2020, cuando la tasa alcanzó el 6,9%, que es el equivalente a 1.285.000 faltando a diario a su trabajo. “El absentismo laboral se configura como un problema grave para las empresas españolas, con un impacto directo sobre la productividad y los costes empresariales, lastrando asimismo su competitividad”, asegura la entidad de estudios de la empresa de recursos humanos en el informe.
El absentismo, si bien es un problema transversal y común a todos los sectores productivos y territorios de España, se manifiesta con diferentes intensidades. Tanto es así, que la heterogeneidad predomina en el mapa de España: en líneas generales, son las regiones del norte donde esta gravedad es mayor, aunque también hay excepciones en el sur. Así, las dos comunidades más afectadas son País Vasco, con un 8,4%; y Canarias y Cantabria, ambas con un 7,3%. Por contra, Madrid, con un 5,3%; Baleares,
con un 5,5% y Comunidad Valenciana, con un 5,6%, son las menos afectadas. Más allá de que estén por encima o por debajo de la media del 6,2%, en todas las regiones el fenómeno ha empeorado con respecto al segundo trimestre del año pasado, sobre todo en Canarias y Cantabria, con un crecimiento de 1,6 y 1,2 puntos porcentuales, respectivamente. En cuanto a las ramas de actividad, la afectación es mayor en la de los servicios, con un 6,3%. Le sigue la industria con un 6,2% y a mayor distancia se encuentra la construcción, donde el absentismo sólo provoca la pérdida del 4,7% de las horas pactadas. Respecto a los subsectores, el informe destaca que el absentismo se dispara en los de actividades sanitarias (10,2%), asistencia en establecimientos residenciales (10,1%) y actividades de servicios sociales sin alojamiento (10,1%). Del mismo modo, es mucho menor en actividades relacionadas con el empleo (2,5%) y programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática (3,2%).
En total, supone la pérdida del 6,2% de las horas pactadas, una variación de 0,3 puntos en un año
Uno de los déficits históricos del mercado laboral español es el alto nivel de absentismo. Un fenómeno cronificado que ni siquiera la generalización del teletrabajo a raíz de la pandemia ha logrado reducir de forma significativa. El número de horas de trabajo perdidas a lo largo del segundo trimestre es equivalente a que 1,2 millones de personas falten a su puesto laboral a diario. Lo cual no sólo supone un elevado coste para las empresas, sino que reduce su capacidad para aumentar las contrataciones y merma la productividad del conjunto de la economía. Reducir las tasas de absentismo tendría que ser una prioridad para el Ministerio de Trabajo. Pero la derogación al inicio de la legislatura de la posibilidad prevista en el Estatuto de los Trabajadores desde 1980 de despedir a un empleado por faltas reiteradas al puesto de trabajo, estuvieran o no justificadas, dejó a los empresarios desasistidos ante posibles abusos. La realidad es que un 22,5% de las ausencias al puesto de trabajo no están justificadas por una baja médica, evidenciando así el necesario refuerzo de la vigilancia de la Inspección de Trabajo. Otra medida necesaria es habilitar a las mutuas laborales para emitir bajas laborales y realizar el seguimiento posterior de las mismas; una facultad reservada ahora en exclusiva a los médicos de atención primaria, lo que agrava la saturación de los centros de salud. Aunque su incidencia es dispar por sectores, el absentismo es un problema transversal que requiere actuaciones urgentes.