Madrid y Barça, defensores de la Superliga, no asistirán a la Asamblea de LaLiga convocada en Dubái
● Viernes, 25 de noviembre: LaLiga notifica a los clubes la Asamblea General Extraordinaria en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) para el 7 de diciembre, según defiende el Real Madrid en un comunicado. Tiene “carácter de urgencia” y persigue abordar múltiples modificaciones importantes de los estatutos y reglamentos internos de LaLiga. La patronal, no obstante, alega que avisó de esta Asamblea el 13 de noviembre. Es más: Madrid y Barcelona “recibieron por escrito sendas cartas el 6 de septiembre en las que se anunciaba expresamente la celebración de la Asamblea”. Eso sí, no se hizo la convocatoria oficial hasta que no se aprobó la agenda de la Comisión Delegada sobre la Ley del Deporte, según puntualizan desde la patronal.
● Martes, 29 de noviembre. LaLiga, en colaboración con KPMG, lanza otra convocatoria para el mismo viernes 2 diciembre, presidida por Javier Tebas, que pilota la gestora del fútbol español y es el gran opositor de la Superliga. Su acto es tres horas más tarde que el de la Superliga, esto es, a las 13 horas. Y su objetivo es presentar la “evaluación de KPMG sobre el perjuicio económico de la Superliga y su impacto en LaLiga y los clubes”.
● Miércoles, 30 de noviembre: Real Madrid y Barça se rebelan contra la asamblea del 7 de diciembre –aquella comunicada el 18 de noviembre– en sendos comunicados. “En la convocatoria se señala que, para facilitar la asistencia a la sesión, LaLiga pone a disposición de los representantes de los clubes y sus acompañantes los traslados y alojamientos oportunos”, relata el Real Madrid, que considera “ilegal la convocatoria, ya que se cita a los clubes a más de 5.000 km de la sede de LaLiga”. Por su parte, el Barça argumenta que en la asamblea “se plantea tratar asuntos muy relevantes, relativos a la modificación de los Estatutos y el Reglamento General de LaLiga que requieren un mayor debate previo y un análisis más extenso y participativo, que facilite el máximo consenso que merece una reforma de esta envergadura”. La “posición” del Barça, precisa la nota, “siempre ha sido la de llegar a acuerdos consensuados después de haberse tratado los mismos previamente con coherencia y respeto a todas las posiciones”, algo que considera que no puede darse en esta ocasión.