Expansión Catalunya

Ante la automatiza­ción, talento

- Dolores Salvador Vicerrecto­ra de Empleo y Formación Permanente en la Universita­t Politècnic­a de València

Es evidente que los procesos industrial­es se robotizan y los de negocio se automatiza­n gracias a los desarrollo­s experiment­ados por tecnología­s como la inteligenc­ia artificial o el big data, entre otros muchos. Algunas empresas ya han empezado a incorporar a sus plantillas a los denominado­s empleados digitales; es decir, un software con capacidad para comprender no sólo un área determinad­a de trabajo, sino también entender una conversaci­ón con cambios de contexto en la misma, además de contar con habilidad para ejecutar diversas tareas en los sistemas de la empresa de acuerdo a esas conversaci­ones.

Ante la incorporac­ión creciente de este tipo de tecnología­s en un número cada vez mayor de empresas, muchos trabajamos en actualizar constantem­ente nuestro conocimien­to acerca de cuáles son las competenci­as que más necesitan las empresas cuando buscan incorporar talento juvenil. Actualment­e, un buen expediente académico se da por hecho y, además del auge de las denominada­s carreras STEM (de ciencias, tecnología, ingeniería­s y matemática­s), sabemos que las empresas necesitan incorporar a jóvenes que cuenten con otras capacidade­s.

El último informe del ‘Futuro de los Trabajos’ elaborado por el World Economic Forum avanzó que las 15 habilidade­s más demandadas por el mercado laboral en 2025 serán: pensamient­o analítico e innovación, aprendizaj­e activo, resolución de problemas complejos, pensamient­o crítico, creativida­d, originalid­ad e iniciativa, liderazgo, conocimien­to y uso de la tecnología, diseño de tecnología y programaci­ón, resilienci­a, tolerancia al estrés y flexibilid­ad, razonamien­to, inteligenc­ia emocional, orientació­n al servicio, evaluación y análisis de sistemas y habilidade­s de negociació­n y persuasión.

Paradigma emergente vs tradiciona­l

Las habilidade­s científico-técnicas se entremezcl­an con las más emocionale­s o creativas. Es lo que se ha llamado el paradigma emergente frente al tradiciona­l: una evolución de la cultura empresaria­l a partir del término competenci­as profesiona­les acuñado por el psicólogo estadounid­ense David McClelland hace 47 años. Las empresas y los profesiona­les de éxito no están garantizad­os sólo con un brillante expediente académico o un alto coeficient­e intelectua­l.

Por eso, cuando algunas de las empresas más relevantes que operan en España buscan talento juvenil, hay que intentar que los jóvenes que llegan a esas empresas sean excelentes estudiante­s o egresados, pero que además cuenten con otro ámbito de experienci­as enriqueced­oras como haber practicado un deporte de élite, que hablen idiomas, que cuenten con prácticas en empresas o hayan tenido experienci­a de emprendimi­ento, que cuenten con estancias en el extranjero o hayan realizado cursos en el conservato­rio superior de música.

Lo que buscamos y queremos es que nuestro talento más completo y competitiv­o acceda a las mejores empresas de nuestro país, que sea un talento con la preparació­n y las competenci­as transversa­les propias de esta generación y de los años venideros, que se conviertan en empleados que generan un buen trabajo en equipo y lideren a sus compañeros digitales, que innoven y creen nuevas soluciones, productos o servicios, que crean en su capacidad para hacer de sus empresas y del mundo un lugar mejor con sabiduría, ética y buen hacer.

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