La necesidad de los espacios sin ruidos en la oficina
Tras dos años de teletrabajo, muchos empleados requieren silencio para concentrarse.
Los empleados de Levenfeld Pearlstein, un bufete de abogados de Chicago, se están preparando para el traslado de sus oficinas en enero, deshaciéndose de todo lo que acumulaban y llevándose a casa sus pertenencias personales. El nuevo espacio de trabajo no sólo será más pequeño, sino que también tendrá menos despachos. Una medida que Kevin Corrigan, responsable de operaciones, anticipa que provocará disgustos. “Algunas personas van a sentir que han trabajado mucho por la empresa, les han ascendido y ahora van a reducir el tamaño de los despachos, si es que le asignan uno. Será un cambio para la gente”, reconoce.
No se trata sólo de una cuestión de ego. La empresa quiere animar al personal a volver a la oficina a tiempo parcial. Normalmente, en casa hace el trabajo que requiere más concentración, mientras que la oficina está más orientada a la colaboración, las reuniones en persona y la socialización. Como ya hace McCann, por ejemplo, que ha abierto nuevas oficinas en la City londinense como centro de “creatividad, colaboración y conexión”, con zonas creativas, según Lucy d’EyncourtHarvey, su directora de operaciones. También, explica que hay áreas más tranquilas en el nuevo espacio. Esto se debe a que las jornadas laborales no siempre son fáciles de dividir en tiempo de concentración y de colaboración, por lo que la oficina también necesitará espacios que sean privados. En cualquier caso, para algunos, la oficina es un refugio frente a las distracciones en casa: los empleados con niños pequeños o que viven con un familiar mayor, o los que comparten piso y tienen poco espacio. Kristin Cerutti, diseñadora de Nelson Worldwide, sostiene que “hay mucha gente que necesita la oficina para concentrarse”.
Tras dos años de trabajo en remoto, a muchos trabajadores les resulta más difícil concentrarse en los espacios abiertos. Jeremy Myerson, profesor emérito del Royal College of Art y coautor de Unworking: La reinvención de la oficina moderna, afirma que “cuando uno pasa dos años solo, se vuelve muy sensible al ruido. Lo que nos dicen los responsables de RRHH es que la gente es hipersensible a su entorno”. Además, la proliferación de Zoom hace más probable que la gente mantenga una reunión en su mesa en lugar de esconderse en una sala aislada. Corrigan, de Levenfeld Pearlstein, sostiene que se ha presta