La opa pone en jaque los planes de financiación de BBVA y Sabadell
A Sabadell solo le falta una emisión de bonos, pero BBVA aspira a recaudar hasta 9.000 millones de euros este año, y la pugna entre ambos bancos ha cambiado el escenario.
Inés Abril. Madrid
Los inversores de deuda no tienen problemas con la opa hostil lanzada por BBVA sobre Sabadell. Les gusta el escenario que presenta tanto para uno como para otro y así lo ha reflejado el mercado en las cotizaciones de los bonos.
Tampoco tenían queja con los bancos en solitario y ningún analista anticipa riesgo alguno para las emisiones suceda lo que suceda.
El único escollo es el proceso en sí, que durará cerca de ocho meses en los que el foco de los bancos y los inversores virará radicalmente y que hace que la información y las previsiones de futuro que se hacen en los road shows y en las presentaciones de deuda hayan saltado por los aires.
Sabadell puede emitir lo que desee. Su deber de pasividad ante la opa de BBVA le impide repartir dividendos extraordinarios o alterar drásticamente su balance, pero tiene vía libre para cumplir su plan de financiación siguiendo el calendario de colocaciones que tenía previsto, según aseguran fuentes financieras.
Deber de pasividad
Lo que tiene más complicado es definir qué tipo de datos puede dar o no a los inversores, porque alguno de ellos puede chocar con el deber de pasividad que le toca al ser objetivo de una opa hostil, y, sobre todo, qué precio poner a sus emisiones.
Sabadell tiene un ráting inferior al de BBVA. Está dos o tres escalones por debajo, dependiendo de la agencia de calificación que se tome.
La oferta ha diluido esas diferencias en la práctica, con un estrechamiento de la prima de riesgo que casi ha igualado el coste de financiación de Sabadell con el de BBVA, ante la expectativa de que acabe formando parte del grupo y su deuda caiga sobre el paraguas del comprador.
Pero Sabadell está luchando precisamente por todo lo contrario, por seguir en solitario