Récord del capital riesgo español
Un análisis que hoy publica EXPANSIÓN arroja luz sobre el negocio de las firmas españolas de capital riesgo, que al igual que los gigantes anglosajones del sector han aprovechado la pandemia para disparar su negocio y batir récords de ingresos, bonus y dividendos. Tras el impacto inicial del Covid, las nuevas bajadas de tipos de interés facilitaron un nuevo repunte de las fusiones y adquisiciones, y en paralelo forzaron a los inversores institucionales a la búsqueda de diversificación de sus carteras para obtener más rentabilidad. Ambos factores impulsaron a entidades españolas como ProA Capital, Portobello, Asterion, Artá, Altamar o Miura Partners. El sector alcanzó el año pasado unas comisiones de 250 millones de euros, frente a los 220 millones de 2020, crecimiento logrado en parte por el aumento del patrimonio bajo gestión, y en otra por las plusvalías obtenidas al ejecutar ventas. Unos 80 millones de euros sobre esa cantidad sirvieron para remunerar a los altos ejecutivos, mediante sueldos y dividendos (los propios gestores suelen ser socios de los fondos). Pese al aumento de la actividad, las sociedades españolas de capital riesgo siguen con un tamaño muy inferior al de las grandes casas estadounidenses o británicas como KKR, Blackstone o CVC. Las comisiones de cualquiera de estas firmas multiplican la del conjunto de la industria en España. Al margen de comparaciones, el reto ahora para las gestoras nacionales es mantener su crecimiento ante el cambio de entorno: la guerra en Ucrania y su golpe inflacionista está forzando un agresivo endurecimiento de la política monetaria, lo que puede dañar las valoraciones de las participadas del capital riesgo, y a la vez hacer más difícil la captación de inversores para los nuevos fondos. De momento, las señales son positivas, con los fondos cerrando nuevas operaciones en las últimas semanas. Pero si empeora el entorno, la misión de los fondos será cuidar su cartera de participadas durante una etapa y esperar a tiempos mejores. el 1,448% de diciembre hasta el 1,986% de julio, una subida de medio punto que previsiblemente será superada en los próximos meses. A pesar de esta subida, se trata de una base de precios muy asequible para financiación a largo plazo. Las perspectivas del mercado en los próximos meses son más moderadas que en el primer semestre. Así, según la Encuesta de Préstamos Bancarios publicada en julio por el BCE, en el tercer trimestre se espera una contracción de la oferta de la banca española, y ya hay algunos síntomas de desaceleración al respecto. Un factor que juega en contra, y que anticiparía una reducción en la demanda de financiación, es la subida del precio de la vivienda en España: la media de precios es un 8% superior al máximo histórico de junio de 2007 y en algunas ciudades muy por encima. Por otro lado, el sistema bancario español sigue reduciendo su tasa de morosidad, que a junio cerró en el 3,88% tras cinco meses a la baja, marcando el mejor registro desde diciembre de 2008.