Andalucía se suma al desafío fiscal a Sánchez
La nueva rebaja de impuestos que aprobará hoy la Junta de Andalucía le sitúa junto a la Comunidad de Madrid en la línea de vanguardia del desafío de los ejecutivos autonómicos del PP a la reforma fiscal Gobierno de Pedro Sánchez. La decisión de bonificar al 100% el Impuesto de Patrimonio, anticipada ayer por el presidente andaluz, Juanma Moreno, supone en la práctica la supresión en esta comunidad autónoma de un tributo en el que el Ministerio de Hacienda quiere establecer un tipo mínimo para evitar lo que denominan “competencia a la baja” entre regiones. Una armonización diseñada de forma específica para obligar a Madrid a revertir en parte una de las medidas fiscales de las que ha hecho bandera en los últimos años su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, por su capacidad para inversión y ahorro. Precisamente, Moreno justificó ayer este anuncio por el éxito cosechado por la región madrileña con esta apuesta tributaria en contra del criterio del resto de autonomías, especialmente las gobernadas por el PSOE, que la critican por beneficiar a los contribuyentes con mayores rentas y drenar recursos para sostener el Estado de bienestar. Pero nada más lejos de la realidad. Esta figura fiscal obsoleta –sólo sigue vigente en nuestro país dentro de la Unión Europea–, tiene poco efecto recaudatorio (apenas
93 millones de euros al año en
Andalucía, el 0,6% de los ingresos de la Junta) pero, en cambio, provoca una pérdida de bases imponibles. Según Moreno, la mitad de los 20 contribuyentes que más deberían tributar por este gravamen en la comunidad se han trasladado fuera de la misma. Suprimiendo esta ineficaz figura fiscal, aspira a recuperar hasta 7.000 contribuyentes y conseguir una mejora de los ingresos por IRPF muy superior a lo que deje de recaudar por Patrimonio que ayude a mejorar la calidad de sus servicios públicos. Esta nueva rebaja fiscal, la sexta desde que el PP llegó al gobierno andaluz en 2019, también incluirá la deflactación en un 4,3% de los tres primeros tramos en la parte autonómica del IRPF hasta 35.200 euros, para que los contribuyentes andaluces no se vean castigados fiscalmente por la espiral inflacionista. Sigue así los pasos de Madrid y las Haciendas vascas y la navarra, por lo que Sánchez tiene cada vez más difícil justificar su obstinada negativa a implantar a nivel nacional un alivio fiscal equivalente aprovechando el histórico aumento de la recaudación derivado del alza de los precios en el último año.
Moreno se sitúa junto a Díaz Ayuso como contrapeso a los planes fiscales de PSOE y Podemos