Salvamento estatal para las eléctricas

El sector energético está a la espera de que la Comisión Europea establezca las reglas para gravar a los sectores petrolero, gasista y de carbón mediante un impuesto sobre los beneficios extraordinarios derivados de la escalada de precios de la energía, con el objetivo de utilizar lo recaudado en aliviar las facturas de electricidad de empresas y particulares. Mientras la Comisión intenta consensuar su propuesta, los gobiernos están viéndose obligados a salir al rescate de algunas compañías energéticas en riesgo de colapso. Según el análisis realizado por EXPANSIÓN, distintos gobiernos han comprometido hasta 120.000 millones de euros para reforzar o asegurar la viabilidad de empresas en situación delicada. La cifra incluye 31.000 millones que el Gobierno francés tiene previsto invertir en el aumento de su participación en EDF hasta el 100% del capital y también el rescate de Uniper en Alemania, con un compromiso de fondos públicos de aproximadamente 31.000 millones. El apoyo de los gobiernos es una financiación de último recurso para empresas sistémicas. En la crisis por la pandemia, el sector público se movilizó con ayudas directas e indirectas y la experiencia fue positiva. El apoyo fue clave para la viabilidad de algunas aerolíneas, y en algunos casos como el de la alemana Lufthansa, el gobierno ya ha desinvertido, y con beneficios. Pero estos rescates deben movilizarse en paralelo al apoyo a empresas y particulares. En Reino Unido, hace quince días la primera ministra Liz Truss presentó un paquete de 150.000 millones de libras que contempla una congelación de tarifas de dos años para los consumidores particulares y de seis meses para las empresas. Alemania por su parte ha movilizado 65.000 millones de euros en medidas de alivio a empresas y particulares. Sin embargo, una encuesta realizada por las Cámaras de Industria y Comercio alemanas en julio reveló que el 16% de las 3.500 empresas consultadas había reducido producción por el coste de electricidad.