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Los gobiernos europeos rescatan a sus energéticas con 120.000 millones
NACIONALIZACIONES Y CRÉDITOS/ Alemania, Francia y otros países, siempre considerados los rigurosos, riegan ahora con dinero público a sus gigantes energéticos, creando enormes distorsiones de mercado.
En 2006, el grupo E.ON –en aquel momento la mayor compañía energética alemana– lanzaba una histórica opa sobre Endesa por más de 29.000 millones de euros. En paralelo, el gigante francés EDF acechaba a Iberdrola para tomar posiciones en su capital, un asalto que, de haberse consumado, hubiera dado lugar a una de las mayores operaciones corporativas de la historia de la energía en Europa. Son solo dos ejemplos de hasta qué punto los grandes colosos del Norte y Centro de Europa llegaron a dominar el mapa empresarial del sector energético y de cómo los del Sur parecían presas fáciles ante sus desmedidas ambiciones.
Quince años después de aquellos episodios, las piezas del tablero siguen siendo las mismas. Pero ahora están al revés. Los aventajados países del Norte de la Unión Europea –siempre los mayores defensores del libre mercado, la empresa privada y la austeridad en el gasto público– han tenido que salir al rescate de sus viejos colosos energéticos para evitar su quiebra. Están inyectando miles de millones de ayudas estatales, en forma de créditos urgentes o nacionalizaciones exprés.
El salvamento de Uniper (parte de la antigua E.ON) se eleva a 29.000 millones de euros, casi tanto como los 31.000 millones de EDF. Son los dos mayores rescates hasta ahora dentro de una lista que también afecta a la suiza Axpo (4.100 millones), la finlandesa Fortum (2.500 millones) o la alemana VNG, del grupo EnBW (400 millones). En total, la factura de los salvamentos suma ya, al menos, 120.000 millones si se incluyen las líneas de créditos y ayudas habilitadas por el Banco de Inglaterra a grupos británicos por un total de 40.000 millones de libras (45.000 millones de euros).
Distorsiones
Los países de Sur observan con una mezcla de incredulidad y orgullo una situación que puede provocar enormes distorsiones de mercado. El grupo italiano Enel, y la española Iberdrola, son ahora las dos mayores eléctricas europeas, con un valor de más de 47.000 millones en el caso de Enel y de 64.000 millones en el caso de Iberdrola. Más en cualquier caso que los 46.000 millones que vale EDF, o los 21.000 millones de E.ON.
El problema es que se sabe cómo ha empezado todo, pero no se sabe cómo va a acabar. Los grupos energéticos del Norte y Centro de Europa han sido los más dañados por la actual crisis que sufre la UE, a raíz de la guerra contra Ucrania por parte de Rusia. Este país, principal proveedor de gas a Europa, está usando esta materia prima como arma económica, abriendo y cerrando a su antojo el grifo de los suministros.
Mercado roto
Esto no solo ha roto totalmente el mercado, provocando una escalada histórica de precios. También ha ahogado a grupos muy dependientes de esos suministros u otros, como Uniper. Esta compañía, segregada de E.ON hace tiempo, es el mayor comercializador de gas de Alemania.
Uniper representa más de la mitad de las compras alemanas de gas. Se ha visto al
Los grupos del Norte y Centro de Europa, hace años reyes del sector, viven ahora una crisis histórica
El problema es su gran exposición a los suministros rusos y la volatilidad de precios del mercado
borde del colapso después de que Moscú cortara el suministro, obligándole a comprar gas más caro en el mercado al contado para poder cumplir sus contratos de suministro, aunque estos siguieran anclados a precios anteriores.
Tormenta perfecta
A la volatilidad de los precios energéticos y su difícil encaje con los contratos existentes, se suman otros problemas, como si los grandes colosos hubieran sido víctimas de una tormenta perfecta que llevaban años labrando. Es el caso de EDF, que ha tenido que afrontar, justo en el peor momento, problemas en el mantenimiento y desarrollo de nuevas nucleares, dejando en entredicho la política energética
de Francia, el mayor defensor de las centrales atómicas en la Unión Europea.
Tanto en el caso de Alemania, como en el de Francia y otros países, los rescates están batiendo plusmarcas, con ayudas multimillonarias.
El salvavidas de Berlín a Uniper es el mayor rescate corporativo en Alemania desde la crisis financiera mundial de 2008, cuando el Gobierno germano proporcionó un salvavidas de 480.000 millones de euros al sector bancario. También lo es el del Gobierno galo a EDF. E igual de sorprendente e insólito resulta cómo los Gobiernos de Finlandia y Suiza han habilitado préstamos urgentes para dar oxígeno a grupos como Fortum y Axpo.