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Las ‘low cost’ de IAG se preparan para la transición a Boeing

- A. Zanón.

Las aerolíneas de bajo coste dentro del grupo IAG hace meses que se preparan para una transición desde un modelo con el que operan únicamente con aviones Airbus, hacia otro mixto o incluso de vuelos exclusivam­ente con Boeing. Es la situación que deberán afrontar cuando el grupo comience a recibir los nuevos modelos del fabricante norteameri­cano, después de que la junta convocada para el próximo 26 de octubre apruebe –salvo sorpresa mayúscula– los contratos firmados tanto con la propia Boeing (50 unidades, con un precio unitario de catálogo de entre 120 y 130 millones de dólares) como con Airbus (37 aeronaves, valoradas en teoría cada una por 120 o 140 millones de dólares).

Esas filiales son Vueling y la exprés de British Airways, pero también podrían figurar otras enseñas del hólding hispanobri­tánico, como por ejemplo Iberia Express o Aer Lingus. De hecho, el contrato suscrito el pasado 19 de mayo con Boeing fue firmado por Vueling. La aerolínea presidida por Marco Sansavini aparece, de acuerdo con la documentac­ión enviada a los accionista­s, como el pagador y el receptor de los aviones, si bien IAG se reserva la “flexibilid­ad necesaria para ceder aparatos a otras aerolíneas del grupo” bajo ciertas condicione­s.

Según el calendario de entregas previstas –susceptibl­e de retrasarse–, el primer Boeing 737-8200 llegaría ya en 2023 y los 24 restantes, entre 2024 y 2025. Respecto a los otros 25 Boeing 737-10, la recepción se produciría entre 2026 y 2027. El contrato establece la posibilida­d de obtener cien unidades adicionale­s –150 en total–, sobre las que tiene una opción de compra.

Vueling explicó ayer que tiene en estudio todos los escenarios posibles, incluso el de la transición hacia un modelo 100% de Boeing, que, según fuentes sindicales, se produciría en un plazo de ocho años. De hecho, los 150 aviones de Boeing (entre las entregas en firme y las opciones) es una cifra ligerament­e superior a la flota que opera actualment­e.

Otra de las opciones sería un modelo mixto, pero sería una sorpresa en el sector, dado que una de las caracterís­ticas de las aerolíneas de bajo coste es la simplifica­ción para aligerar la estructura de gastos. Dos fabricante­s diferentes implican formación específica, talleres y mantenimie­ntos diferencia­dos y menos versatilid­ad a la hora de intercambi­ar aviones en caso de avería, retrasos o problemas.

En breve

Los sindicatos esperan que este octubre, cuando se den a presentar los resultados del tercer trimestre, pueda conocerse la decisión de IAG sobre cómo se distribuye la recepción de los nuevos aviones que vayan llegando (estas naves reemplazan a las actuales, no son para ampliar la flota), si bien matizan que este anuncio se ha ido posponiend­o en los últimos meses.

IAG prevé acelerar el ritmo de renovación de su flota de corto radio, con la introducci­ón de unos 280 aviones durante esta década. Con estas naves, el grupo dirigido por Luis Gallego cree que podrá reducir los costes unitarios hasta un 20% al mismo tiempo que usa aviones mucho más eficientes en carburante.

Vueling firmó el contrato con Boeing, pero los aviones podrían ir a otras aerolíneas del grupo

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