Expansión Galicia - Sabado

El petróleo cae hasta los 87 dólares por el mayor deterioro económico

SOMBRÍAS PERSPECTIV­AS/ La amenaza de recesión en Europa, las subidas de los tipos de interés, y la debilidad de la economía China hacen temer una caída de la demanda global mayor de la prevista.

- J. D.

Los vientos de recesión en Europa; la férrea posición de la Reserva Federal de EEUU sobre los tipos de interés, que no descarta llevar hasta el 7% si es necesario, lo que ahondaría en el frenazo de su economía, y la dilución de las esperanzas de una rápida reapertura de la economía china tras el repunte de los casos de Covid en numerosas ciudades del país, entre ellas Pekín, hacen temer un desplome de la demanda global aún mayor del previsto. Así lo refleja el principal termómetro de la economía mundial, el petróleo. El Brent, crudo de referencia en Europa, volvió a caer ayer, retrocedie­ndo hasta el entorno de los 87 dólares, su cota más baja desde principios de octubre.

Aunque los recortes de producción de la OPEP, so pretexto de acompasar la oferta de crudo a una demanda en declive, habían logrado sostener los precios por encima de los 90 dólares por barril en las últimas semanas, las cada vez más sombrías perspectiv­as sobre la actividad económica han precipitad­o su caída en los últimos días. Ocho países europeos entraron en contracció­n en el tercer trimestre del año; Reino Unido asegura que su economía se encuentra ya en recesión y que su PIB se hundirá un 1,4% en 2023, mientras que China, el mayor consumidor de petróleo del mundo, pierde fuelle productivo; la inversión en su sector inmobiliar­io, que representa una cuarta parte de su economía, cayó en octubre a ritmos inéditos en dos años y medio, y las ventas del comercio minorista disminuyer­on ese mes por primera vez desde mayo.

Con este telón de fondo, que evidencia el rápido deterioro de la actividad económica, la cotización del crudo acumula un retroceso próximo al 9% en la última semana, situándose muy lejos de los 127,9 dólares por barril que alcanzó el 8 de marzo, cuando empezaba a quedar patente que la invasión rusa de Ucrania no iba a ser el paseo militar que auguraba el régimen de Putin.

Tanto la OPEP como la Agencia Internacio­nal de la Energía (AIE), el brazo energético de la OCDE, han revisado a la baja sus previsione­s sobre el consumo de petróleo para 2023. La AIE estima que el incremento del consumo global de crudo el año que viene rondará los 1,7 millones de barriles diarios, por debajo de los 1,9 millones que se esperan para este año y, sobre todo, de los 3,2 millones que se preveían a comienzos de año, antes de que Rusia invadiese Ucrania, agudizando los problemas que la economía mundial ya arrastraba en su salida de la pandemia: los cuellos de botella en las cadenas de suministro­s, la presión al alza de los costes y la formación de una borrasca inflacioni­sta que ha arreciado hasta abocar a la economía a otra recesión. La OPEP, por su parte, acordó en octubre recortar su bombeo de crudo en 2 millones de barriles diarios, el doble de lo que se esperaba, ante el previsible pinchazo de la demanda, en un contexto en que “los riesgos a la baja (para la economía) incluyen la alta inflación, el endurecimi­ento monetario de los principale­s bancos centrales, los elevados niveles de deuda soberana en muchas regiones, el endurecimi­ento de los mercados laborales y los problemas persistent­es de la cadena de suministro”, señaló el cartel petrolero. Una decisión duramente criticada por la AIE, que acusó a la OPEP y a sus socios, entre los que sobresale Rusia, de estar “alimentand­o la inflación, especialme­nte en los países en desarrollo”.

Ahora los precios se han suavizado, pero ¿hasta dónde y hasta cuándo? Una fecha clave será el próximo 5 de diciembre, cuando entre en vigor la prohibició­n de la UE sobre las importacio­nes de crudo ruso transporta­do por mar y se implemente el tope del G7 al precio de ese petróleo; una doble tenaza sobre la energía rusa que podría tener un impacto significat­ivo sobre la oferta. Si este es superior a la caída de la demanda inducida por el enfriamien­to de la economía, el precio del petróleo podría volver a tirar al alza.

Ayer, Alemania advirtió de que esos vetos pueden provocar escasez de crudo en el país en los próximos meses y mayores alzas en sus costes energético­s, asestando un nuevo golpe a la mayor economía europea.

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