De montería por España: dónde
La sequía del pasado verano puede hacer caer la calidad de las mejores piezas de caza mayor
La España montera, que no de Montero, a pesar de leyes animalistas y de la inflación en contra, vuelve a salir al campo, en una temporada que viene marcada por “un comienzo de la primavera bastante lluvioso y con pastos, si bien la sequía posterior ha afectado sobre todo en la disponibilidad de agua y de comida a finales de verano, eso sí, con los trofeos ya formados. Pero podemos decir que no ha sido un mal año en general”, aseguran desde la Real Federación Española de Caza (RFEC).
“La primavera de la pandemia fue la mejor de todas; pero este año, por el contrario, no ha sido buena, apenas ha habido berrea”, añade Manuel de Juan, gestor de recursos agropecuarios. “La sequía de este verano puede hacer que la calidad de los trofeos se resienta, ya que en el caso del venado o el gamo alcanzan su apogeo en agosto”, coincide Curro Madrazo, vocal de Salamanca de la Comisión Regional de Homologación de Trofeos de Caza. No obstante, en comparación con el histórico disponible, los trofeos son cada año de más calidad, aunque “los mejores años están por venir: cada vez hay más caza mayor que alcanza puntuaciones más elevadas gracias a la mejoría en la gestión del campo”, añade Madrazo.
España es el país más rico en biodiversidad de Europa y del mundo, en el que el 90% del territorio (44 millones de hectáreas, 108 millones de acres) está declarado coto de caza –disciplina que la ley animalista del actual Gobierno busca prohibir–. Un territorio en el que la población de lobo, corzo y jabalí sigue en aumento, como también el número de cazadores nacionales: según el Consejo Superior de Deportes, en 2021 se contabilizaron 337.326 licencias, cifra superior a los ocho ejercicios precedentes, y que sitúa a la caza como la segunda disciplina deportiva con mayor número de federados de España, tan sólo por detrás del fútbol. Regresa, además, el cazador extranjero tras las limitaciones del Covid, aunque entre estos, “la ausencia de cazadores rusos se hará notar en las monterías”, puntualiza De Juan, un perfil que dejaba mucho dinero. En tiempos pre-Covid, el gasto medio del cazador español ascendía a 9.000 euros, según el último informe de Fundación Artemisan y Deloitte, que ahora se ve afectado por el aumento generalizado de los precios, que ya se notan por ejemplo en el importe de los cartuchos, que ha aumentado entre un 40% y 50%; en el transporte y el alojamiento, “que podrían llevar a que se cace menos”, advierte Madrazo. También ha crecido el coste del cereal y el gasoil, pero “la mayoría de los gestores de fincas apuesta por asumir esa subida, que no se repercute en el precio de las monterías. Las monterías están llenas y tras el ahorro generado en pandemia, hay cierta alegría. En un mercado de ocio como éste, tenemos que ser cautos con los precios si queremos que se mantenga esta tendencia”, explica De Juan. Además, “tenemos la esperanza de que suba el precio de la carne, porque el ideal es que la montería se costee con esa venta; pero actualmente está a precios bajos, con el cervuno, por ejemplo, en los 2,10 euros/kg, cuando lo normal sería que aumentara a 2,70 euros”.
Ubicados en el contexto económico, analizamos dónde se encuentran, en base al histórico de trofeos de la Junta Nacional de Homologación, los mejores trofeos de caza mayor, la mayoría, a cazar entre septiembre/octubre y febrero/marzo.
Salvo en Baleares y Canarias, el jabalí está presente en toda la Península.
“Muy adaptable y en expansión, el abandono del campo, el crecimiento del monte, la reforestación, el cuidado de los cazadores o el control de incendios hacen que su número aumente año tras año”, recoge el último Catálogo Nacional de Trofeos de Caza, del pasado julio. “Si en el decenio del 57 al 67 se cazaron 4.200 jabalíes promedio al año, en los ochenta, la cifra aumentó a más de 30.000 animales año y en 2016, 354.648 ejemplares”.
La edad óptima en la que sus colmillos alcanzan el máximo tamaño (criterio por el que se mide el trofeo) se calcula en los cinco, seis años de edad. A partir de ahí “dejan de crecer y empiezan a menguar por el desgaste. La mayor puntuación se