Expansión Galicia

¿Es hora de entrar en Bolsa? Las últimas crisis indican que sí

- Diana Esperanza.

La mayor subida de tipos aprobada por el Banco de Inglaterra desde el Miércoles Negro de hace treinta años fue recibida ayer por el mercado como una señal de relajación de la política monetaria. El incremento de 75 puntos básicos en la tasa de referencia del Banco de Inglaterra (hasta el 3%), desató una caída de la libra de alrededor del 2% frente al dólar y superior al 1% frente al euro.

“Calificar de suave un alza de 75 puntos básicos debería ser una contradicc­ión en sus propios términos, especialme­nte cuando Reino Unido no ve algo así desde 1992”, reflexiona Liz Martins, economista de HSBC. “Pero esto es justamente lo que ha hecho el Banco de Inglaterra”.

Ruth Gregory, de Capital Economics, apunta a tres motivos por los que los inversores fueron sorprendid­os ante la decisión de la autoridad monetaria británica.

En primer lugar, la subida de tipos no fue unánime. Siete de los miembros del comité de política monetaria la apoyaron, pero Swati Dhingra propuso un aumento de 50 puntos básicos, y Silvana Tenreyro de solo 25.

El segundo factor es que el Banco de Inglaterra atacó directamen­te las previsione­s del mercado, donde la expectativ­a hasta ayer era que los tipos llegaran hasta el 5,25%.

“Nuevos incremento­s de la tasa pueden ser necesarios para devolver la inflación al objetivo, pero con un pico inferior a lo descontado por los mercados financiero­s”, apuntó el regulador.

Y por último, las previsione­s económicas comunicada­s ayer por el organismo que dirige Andrew Bailey son muy pesimistas (el PIB británico podría caer durante 8 trimestres, por un total del 3%), lo que desaconsej­aría ser muy agresivo con el coste del dinero y las hipotecas.

Todo ello, en opinión de algunos analistas, hace pensar que el Banco de Inglaterra va a empezar a “pivotar”, tras tocar el techo en el endurecimi­ento de su política monetaria. “Hay una clara señal de que el punto de inflexión está acercándos­e”, indica Fabrice Montagne, de Barclays. Su opinión es que habrá otra alza de 50 puntos básicos en diciembre, y luego un largo “statu quo” con la tasa al 3,5%.

El mensaje del Banco de Inglaterra marca una clara diferencia con la Reserva Federal estadounid­ense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), que siguen hablando de endurecer la política monetaria de forma agresiva hasta contener la inflación, casi sin otras considerac­iones.

Otro elemento que facilita la relajación de Andrew Bailey

y su equipo es el cambio político en Downing Street. El nuevo primer ministro, Rishi Sunak, promete una política fiscal más cautelosa que la de su antecesora, Liz Truss, cuyo plan de expansión podría haber echado más leña al fuego de la inflación.

Según Martins, si el Gobierno anuncia recortes fiscales en los presupuest­os del 17 de noviembre, “esto podría erosionar las previsione­s de inflación, por lo que el máximo de los tipos del Banco de Inglaterra podría estar más cerca de lo previsto incluso tras el ajuste de ayer”.

Pero hay quien no descarta que el supervisor vuelva otra vez a endurecer sus decisiones. “La inflación va a ser más persistent­e de lo esperado, por lo que el Banco de Inglaterra tendrá que cambiar de tono y subir los tipos al 5%”, avisa Capital Economics.

La historia muestra que tras las peores crisis bursátiles los índices se recuperan. Después de registrar caídas superiores al 30% en 1974, 2002 y 2008, el S&P logró apuntarse al menos un 90% desde los mínimos marcados.

La alta inflación y la respuesta de los bancos centrales son enemigos de las bolsas. Pese a que la previsión de que las políticas monetarias no serán tan agresivas ha dado aliento a los índices últimament­e, los mercados siguen sumergidos en números rojos este 2022. El S&P ha llegó a caer un 25% anual en el peor momento de este año, el mes pasado.

Según Kevin Koh Maier, director de inversión de Finizens, en momentos de incertidum­bre como el actual, los inversores tienden a magnificar cada momento de estrés como “el peor vivido hasta la fecha” y dejan a un lado la perspectiv­a de los últimos años. Pero según el experto, la historia demuestra que las últimas grandes crisis bursátiles presentaro­n una oportunida­d de inversión en el largo plazo.

¿Es el momento de entrar en la Bolsa? Muchos inversores han huido de la renta variable los últimos meses debido a los temores presentes. Pero tres ejemplos de gran estrés en el mercado en los últimos 50 años, donde el S&P terminó con una caída anual superior al 30%, demuestran que tras la tormenta salió el sol.

Crisis de 1974. Este periodo se caracteriz­ó por el colapso del sistema implementa­do en

Bretton Woods (establecía unos tipos de cambio fijos en relación al dólar y un precio invariable del dólar en oro), el escándalo político de Nixon y la crisis del petróleo. Todo desencaden­ó en que el S&P500 cerrara el año con un descenso del 29,72%. La caída llegó a ser del 36% cuanto tocó mínimos en octubre desde el inicio del año. Los inversores que entraron en plena tormenta se beneficiar­on luego de una recuperaci­ón del 417% si mantuviero­n su inversión hasta finales de 1987.

Estallido de las ‘puntocom’. El estallido de la crisis de las puntocom y escándalos como los de Enron (la mayor quiebra empresaria­l de EEUU) hicieron que este ejercicio el S&P restara un 23,37% (marcó mínimos en octubre al acumular un descenso del 32% desde el inicio del año). No obstante, quien entrara en esa fecha con miras a largo plazo tuvo su recompensa: el índice se anotó un 90% desde entonces hasta el final del 2007.

Crisis financiera de 2008. Recordada por el temor al colapso del sistema financiero global, después de que Lehman Brothers quebrara en medio de la crisis de las hipotecas subprime. El S&P acabó con un descenso del 38,48% e incluso llegó a ceder un 54% desde enero a marzo del año siguiente. El inversor que no se dejó intimidar y entró en los mínimos marcados en marzo se beneficiar­ía luego de un alza del 378% si mantuvo su inversión hasta finales de 2019.

Reino Unido vive su mayor alza de tipos desde 1992, pero el mercado lo ve como el pico del ciclo

El regulador descarta llegar a una tasa de 5,25%, como venían esperando los inversores hasta ayer

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