Un referendo en mitad del mandato de Biden

Las elecciones de mitad de mandato que se celebran mañana en Estados Unidos, en las que se renuevan un tercio del Senado y la Cámara de Representantes al completo, además de elegir a los gobernadores en 36 de los 50 Estados, se han convertido, además, en un referéndum sobre los asuntos que dividen al país en los últimos años. Empezando por el resultado de los presidenciales de 2020, que Trump y sus seguidores aún ponen en duda. Biden ha alertado de que la democracia norteamericana está amenazada por el riesgo de que los republicanos extiendan la sospecha de fraude sobre todo el proceso electoral si pierden las legislativas, lo que podría disparar la violencia política en el país. Pero si los republicanos ganan la mayoría de ambas cámaras no sólo paralizarían la agenda legislativa del actual presidente, provocando incluso una nueva crisis presupuestaria si bloquean el aumento de la deuda que planea Biden, sino que la campaña de Trump para volver a la Casa Blanca en 2024 recibiría un impulso decisivo. Otra cuestión divisoria es la sentencia del Tribunal Supremo sobre el aborto, que los Estados demócratas tratan de revertir con leyes específicas. Y, por supuesto, está la economía. Los republicanos acusan a Biden de crear la mayor inflación en 40 años, que tiene un claro perfil de demanda y no de oferta como en otras economías, con las billonarias ayudas públicas concedidas durante la pandemia, la enorme inversión en infraestructuras, los subsidios a las energías renovables, las medidas para reducir el coste de los medicamentos con receta o el plan para condonar los créditos de estudios a millones de norteamericanos. La espiral inflacionista ha llevado a la Reserva Federal estadounidense a elevar los tipos de interés a su máximo desde finales de 2007, antes del estallido de la crisis financiera, hasta situarlos entre el 3,75% y el 4%. Por ello, pese a los históricos buenos datos de empleo, la mayoría desaprueba la gestión de Biden según las encuestas. La Casa Blanca defiende que sus medidas han hecho a EEUU más resistente ante la recesión que ya encara la zona euro, además de proteger las cadenas de suministro nacionales y revitalizar la industria, como reflejan los planes de inversión de varias tecnológicas en las zonas más castigadas por las deslocalizaciones. Menos éxito han tenido sus iniciativas para aliviar el impacto de la fortísima inflación, que es la principal inquietud para la mayoría y, sin duda, condicionará el voto de muchos electores.

Los republicanos acusan al presidente de crear una enorme inflación al disparar el gasto público