Ética, sostenibilidad y clima crecen en las empresas españolas
los activistas, vio asimismo caer ligeramente el apoyo a su informe de progreso sobre el clima y sostenibilidad: TotalEnergies. Fue aceptado por el 88,89% de los accionistas, casi tres puntos menos.
La británica BP presentó este año su informe de acción climática, que fue validado por el 88,53% de los votos. Activistas como Follow This incluyeron en 2021 en el orden del día una propuesta exigiendo una mayor reducción de emisiones que la prevista por el grupo. Fue sólo respaldada por el 20,65%.
Cotizadas en España
Algunas cotizadas españolas se han sumado al movimiento Say on climate. Repsol lo ha hecho este año, al someter a la votación de la junta, de modo consultivo, su estrategia climática, que fue respaldada por el 83% de los accionistas.
Un paso donde Aena fue pionera al someter a aprobación su plan climático. El año pasado recibió el voto afirmativo del 95,65% de las acciones y el negativo del 3,59%. Este año, presentó a votación consultiva el informe actualizado del plan de acción climática del año 2021, recibiendo el si del 94,39% y menor voto negativo (2,91%).
Ferrovial volvió asimismo a presentar, a votación consultiva, a sus accionistas en la junta general de este año el informe de estrategia climática. Fue aprobado con el voto a favor del 92,5% y en contra del 5,23%. El informe recibió el año pasado el apoyo del 96,75% de la asamblea, que también respaldó, con un 96,59%, el plan de reducción de emisiones del grupo de infraestructuras español.
Iberdrola, sin embargo, no sometió este año a votación su política de acción climática, lo que sí hizo el año pasado. Ese punto del orden del día fue aprobado con el voto favorable del 99,97%.
Las políticas relacionadas con el código ético, el medioambiente y la sostenibilidad están extendidas entre la mayoría de las empresas españolas y han aumentado en los últimos dos años, según la consulta realizada por el Pacto Mundial de la ONU España y recogida en el informe Contribución de las empresas españolas a la Agenda 2030. La consulta muestra que el 72% de las compañías nacionales cuenta con un código ético, casi veinte puntos más que en 2020. El 58% tiene una política ambiental, ocho puntos más, y el 51% una estrategia de sostenibilidad y RSC, cuatro puntos más.
También refleja que otras políticas referentes a la innovación, la movilidad sostenible, la biodiversidad y de lucha contra el cambio climático son menos frecuentes.
Así, el 58% de las empresas españolas cuenta con una política medioambiental, pero llama la atención que, pese a que el ODS 13 (acción por el clima) se posiciona como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) más trabajados a nivel país, situándose en quinta posición, sólo un 16% de las entidades empresariales nacionales tiene una política específica de lucha contra el cambio climático.
Apunta, asimismo, que existe una brecha a la hora de implementar medidas específicas, como el compromiso de reducción de emisiones, especificado por un 41% de las empresas consultadas. En este punto, señala, existen grandes diferencias según el tamaño de la entidad. Mientras que en las grandes empresas este compromiso se sitúa en el 68,8%, entre las pymes y autónomos baja al 32,8%.
Glencore vio caer 18 puntos el apoyo este año a su informe de progreso climático, hasta el 76,28%
El 58% tiene una política ambiental; el 72%, un código ético, y el 51%, una estrategia sostenible
El ODS 13 es uno de los prioritarios, pero sólo el 16% posee una política de lucha del cambio climático
ODS 7 y 12
En cuanto a las medidas empresariales más populares para la lucha contra el cambio climático, los resultados de la consulta exponen que las empresas españolas se centran en la aplicación de procesos de economía circular, que han pasado de ser implementados por el 44% de ellas en 2020 al 51% en 2022. Le siguen, la utilización de energías renovables, que aumenta 16 puntos porcentuales hasta el 47%. Estos ámbitos coinciden con dos de los ODS más trabajados por las entidades españolas el 12 (consumo y producción sostenibles) y el 7 (garantizar el acceso a una energía asequible, fiable y sostenible), que figuran en tercer y cuarto lugar, respectivamente, por delante del ODS 13 sobre cambio climático.
Los resultados constatan el aumento de la concienciación sobre el impacto de su actividad en el planeta. Ya el 42% de las empresas españolas mide su huella de carbono, frente al 28% de 2020.
Evaluar proveedores
Otro aspecto a destacar es la evaluación de los proveedores bajo criterios ambientales, que sube del 24% en 2020 al 31% en 2022, reflejando una tendencia entre el tejido empresarial, que cada vez más demanda la integración de criterios ESG en toda la cadena de valor. Un aspecto que se da especialmente en las grandes empresas, donde el porcentaje sube al 53,5%.
Las medidas de movilidad sostenible, sin embargo, pierden terreno, pasando del 16% en 2020 al 11% 2022, mientras que las pautas de teletrabajo, que evitan un gran número de desplazamientos diarios a los centros de trabajo, se mantienen alrededor del 60%.
En los últimos años se ha observado “un interés creciente dentro de las empresas sobre los asuntos ambientales, pero sí es cierto que aún falta madurez en las estrategias y es necesario pasar del compromiso a la acción mediante el establecimiento de objetivos y medidas eficaces que promuevan su logro”, dice Cristina Sánchez, directora ejecutiva del Pacto Mundial de la ONU España, que añade que “estamos en un momento decisivo y crítico para la transición ecológica”.