Es vital impedir otro colapso del transporte

El nuevo paro convocado por los transportistas autónomos a partir del domingo revive los temores a que se produzcan problemas de suministro en el comercio y la industria a las puertas de una campaña tan decisiva como la de Navidad, en la que muchos sectores concentran la mayoría de sus ventas anuales. Si los manifestantes vuelven a colapsar el transporte por carretera como sucedió el pasado mes de marzo, las pérdidas económicas serían mucho más cuantiosas que las de entonces. En esta ocasión, la protesta se basa en los supuestos incumplimientos de la ley de cadena de transporte aprobada a finales de agosto, que prohíbe pagar a los conductores por debajo de sus costes, aunque también se produce cuando el coste de los carburantes se ha disparado en las últimas semanas hasta llegar de nuevo a la cota de dos euros por litro. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, pidió responsabilidad a los convocantes para no agravar la situación crítica que atraviesa la economía, recordando las ayudas concedidas al sector y la vigencia de medidas compensatorias como la subvención al combustible, que sin embargo ha mostrado una limitada eficacia ante la prolongación de los altos precios del petróleo en los mercados internacionales. Pero el Ejecutivo no puede repetir los errores que cometió durante el paro patronal de marzo, que al principio ignoró, posteriormente minimizó y finalmente utilizó para acusar a los transportistas de estar al servicio de la ultraderecha. Ni puede acceder al chantaje de este colectivo ni ignorar una situación potencialmente muy dañina para una economía en clara desaceleración debido a una espiral de precios que se ha prolongado más de lo previsto y para la que una paralización de los suministros sería como echar gasolina al fuego. Por legítimas que pudieran ser sus reivindicaciones, no es admisible que vuelvan a utilizar a las empresas y los consumidores como rehenes. La amenaza de otro desabastecimiento llevó ayer a todos los integrantes de la cadena alimentaria (agricultores, productores y distribuidores) a reclamar en un extraordinario comunicado conjunto seguridad y garantías para el abastecimiento de productos y materias primas en las próximas semanas. En caso de que la protesta no se desconvoque en unos días, el Gobierno debe poner todos los medios desde el primer momento para que no se reproduzcan los piquetes violentos que causaron el caos del transporte por carretera hace seis meses.

Un nuevo episodio de desabastecimiento generalizado como el de marzo reviviría la espiral inflacionaria