La ONU pide a todos los países gravar los beneficios extra de las energéticas
CUMBRE DEL CLIMA/ Guterres insta en la COP27 a “todos los gobiernos” a implantar impuestos sobre las ganancias de firmas de combustibles fósiles para paliar el alza de precios de la energía y los alimentos.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) insta a “todos los gobiernos” a poner en marcha impuestos específicos sobre los beneficios extraordinarios logrados por las empresas energéticas, en la línea con los impulsados por España en primer término y la Comisión Europea poco después, a fin de redirigir los recursos recaudados a paliar el impacto del alza de precios de energía y alimentos o los daños generados por el cambio climático. Así lo defendió ayer el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, durante la apertura de la Cumbre del Clima COP27, que reúne en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij a un centenar de jefes de Estado y de Gobierno de todo el planeta.
“Pido a todos los gobiernos que tasen los beneficios extraordinarios de las compañías de combustibles fósiles. Reorientemos el dinero para la gente que sufre con el alza de los precios de la energía y los alimentos y para los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática”, defendió el secretario general de Naciones Unidas ante los líderes mundiales.
Más allá, Guterres reclamó la necesidad de abordar un sistema de indemnizaciones para los países en desarrollo que sufren las consecuencias del cambio climático sin contribuir prácticamente al mismo, dada su escasa responsabilidad en las tasas de emisiones contaminantes globales. En este sentido, recoge Efe, el secretario general de la ONU instó a la Cumbre a acordar “un mapa preciso y con cronograma claro que refleje la escala de la urgencia del desafío”. “Este plan debe incluir arreglos institucionales efectivos para su financiación”, agregó, considerando que la obtención de “resultados concretos” en este terreno será el que determine “el compromiso de los gobiernos en el éxito de la COP27”.
En tercer lugar, Guterres hizo un llamamiento a que las economías desarrolladas y emergentes sellen un “pacto de solidaridad climática”, a fin de que todos los países “hagan el esfuerzo extra para reducir las emisiones esta década en línea con el objetivo” climático de impedir que el calentamiento global sobrepase en 1,5 grados centígrados la temperatura registrada en el siglo XIX (teniendo en cuenta que ya ha superado el grado de diferencia). El secretario general de la ONU pidió para ello que los países ricos y las instituciones internacionales “brinden asistencia financiera y técnica para ayudar a las economías emergentes a acelerar su propia transición hacia las energías renovables”; pongan “fin a la dependencia de los combustibles fósiles”; y se comprometan a eliminar “gradualmente el carbón en los países de la OCDE para 2030 y en todos los demás para 2040”.
La “única esperanza para alcanzar los objetivos climáticos”, concluyó Guterres, es la implicación de las dos mayores economías del planeta, EEUU y China, potencias a las que achacó “una responsabilidad particular de unir esfuerzos para hacer realidad este pacto” contra el cambio climático.
Finalmente, Guterres solicitó a la comunidad internacional una inversión de 3.100 millones de euros para impulsar un plan de alerta temprana multirriesgo en cinco años que permita atenuar los daños ocasionados por desastres naturales.
Reclama un “pacto de solidaridad climática” y que los países ricos apoyen a los emergentes