Boluda quiere ser líder en remolcadores
En 2019 la naviera valenciana Boluda Corporación Marítima adquirió por 300 millones la compañía neerlandesa Kotug Smit, convirtiéndose en el mayor remolcador europeo y segundo mundial al añadir una flota de 70 barcos con servicio en once puertos de Bélgica, Países Bajos, Reino Unido y Alemania. Un año y medio después, el grupo se reforzó con otra compra, la de la también neerlandesa Iskes, por 33 millones, ampliando su presencia en Países Bajos y Alemania y entrando en Portugal. Ahora Boluda negocia la adquisición de Smit Lamnalco, por un importe que estaría entre los 800 y los 900 millones de euros. Como en el caso de Kotug Smit, el vendedor sería Royal Boskalis Westminster, el grupo de Países Bajos que está en medio de una opa por 4.250 millones de euros lanzada por su primer accionista, y que opera cuatro divisiones, una de ellas la de remolcadores, en la que viene desinvirtiendo en los últimos años. Smit Lamnalco, domiciliada en Rotterdam, comenzó sus operaciones en 1963 y es una joint venture entre Boskalis y el grupo saudí/kuwaití Rezayat. La compañía opera en Oceanía, Asia, Oriente Medio y parte de África y ofrece una gama completa de servicios de explotación y gestión de terminales terrestres y marítimas, que incluyen la asistencia en el atraque y desatraque de petroleros en terminales de petróleo y GNL, así como servicios de apoyo adicionales. Con una flota de más de 200 buques y 2.500 empleados, Smit Lamnalco presta asistencia, entre otros, a petroleros y buques de productos químicos, gaseros, portacontenedores, frigoríficos, buques de carga rodada y buques de carga mixta de todo el mundo. Su compra catapultaría a Boluda al liderazgo mundial en el sector de remolcadores, con una flota de 750 barcos. Boluda se fundó en 1837 con la creación de la Naviera Fos y en la actualidad está estructurada en dos divisiones: Boluda Towage (para el servicio de remolque) y Boluda Shipping (para el transporte marítimo y terrestre y la logística portuaria). nueva compañía operaría 17 fábricas de motores y transmisiones, 5 centros de I+D (uno de ellos en España) con un empleo de 19.000 personas y unos ingresos de 15.000 millones. Su producción, de cinco millones de unidades al año, daría servicio a Renault, Dacia, Geely Auto, Volvo Cars, Lynk y Proton, además de a los actuales socios de Renault en la Alianza (Nissan y Mitsubishi). La anunciada JV tiene una dimensión geoestratégica en un momento delicado de las relaciones entre China y Occidente. En cuanto a la ambición financiera, Renault se marca un objetivo de margen operativo superior al 8% en 2025 y al 10% en 2030, un flujo de caja libre superior a 2.000 millones al año de media en 2023-2025 y superior a 3.000 millones como media en 2026-2030, y la inminente recuperación del dividendo. Asimismo, el grupo expresa su objetivo de aumentar la participación de los empleados hasta el 10% en 2030. Renault capitaliza 9.050 millones y la cotización ha subido un 50% desde el mínimo de doce meses.