Renault emula a VW con Porsche y sacará a Bolsa su filial de eléctricos
La compañía acomete una revolución interna con la creación de cinco nuevas divisiones y la segregación de su negocio de motores y cajas a través de una empresa conjunta con la china Geely.
Renault quiere asegurarse una fuente de financiación alternativa para ganar posiciones en la transición hacia el coche eléctrico, donde va por detrás que otros fabricantes como Volkswagen (VW) o Stellantis. Hasta ahora, el grupo francés había adoptado una estrategia más tímida que sus competidores en este segmento, pero ayer anunció la creación de Ampere, una división exclusiva para coches 100% eléctricos.
La compañía planea sacar a cotizar esta nueva filial en el parqué alternativo Euronext París a partir de la segunda mitad de 2023. La fecha exacta se decidirá en los próximos meses en función de las condiciones del mercado. Así, Renault intentará lograr nuevos recursos para desarrollar vehículos de cero emisiones y seguir los pasos de VW.
Hace poco más de un mes, la compañía alemana lanzó una OPV por el 12,5% de Porsche con la que captó 9.400 millones. Estos casos, no obstante, son diferentes, puesto que la marca de deportivos se ha estrenado en Bolsa para rentabilizar su imagen de lujo entre los inversores y rivalizar con Ferrari.
Según aclaró ayer, Renault mantendrá “la gran mayoría” del capital de Ampere y, al mismo tiempo, recibirá el apoyo de socios estratégicos como Qualcomm Technologies. La compañía señaló que la participación de sus aliados Nissan y Mitsubishi en el proyecto está “en estudio”. Según Bloomberg, ésta podría rondar el 15%, con hasta 700 millones de euros.
La nueva división tendrá 10.000 empleados, de los que 3.500 serán ingenieros. De aquí a 2030, Ampere manejará una gama de seis vehículos eléctricos: Renault 5 Electric, Renault 4 Electric, Megane ETech 100% Eléctrico, Scénic Electric y otros dos modelos futuros, todos ellos fabricados en Francia. El objetivo de la marca es alcanzar una producción de un millón de vehículos de cero emisiones en 2031 y llegar a una tasa de crecimiento anual compuesto del 30% en los próximos diez años.
La creación de esta empresa forma parte de la tercera fase del plan Renaulution, que la firma desgranó ayer. Esta hoja de ruta fue lanzada originalmente por la compañía a principios de 2021 a instancias de su por entonces nuevo consejero delegado, Luca de Meo, con el objetivo de salir de pérdidas y crear un grupo enfocado en el valor y no tanto en el volumen. Ahora, Renault ha creado cinco compañías sobre las que gravitará su nueva estructura interna.
Además de Ampere, la principal filial de Renault será Power, que aglutinará la fabricación de coches de combustión e híbridos de Renault, Dacia y Renault LCV (vehículos comerciales ligeros). Dentro de esta división, la compañía ha segregado el negocio de mecánica a través de la empresa conjunta Horse, que estará participada al 50% por el fabricante de automóviles chino Geely y la propia Renault. Geely lleva meses tomando posiciones en Europa y se acaba de hacer con un 7,6% de Aston Martin.
Desde el primer día, Power tendrá una cifra de negocio de 15.000 millones y abarcará 17 fábricas de motores y cajas de cambio, cinco centros de I+D (uno de ellos el de Valladolid) y 19.000 empleados. Renault desconsolidará esta actividad de su perímetro, con 2.500 millones de reducción de activos y 1.200 millones de variación de costes fijos al año.
Otras divisiones
Las otras tres divisiones del grupo serán Mobilize, la financiera, que tendrá un peso del 20% del negocio en 2030; The Future is Neutral, que se encargará de la actividad de economía circular, como el reciclaje de baterías, y Alpine, la marca deportiva, que funcionará de forma autónoma.
“Después de haber logrado uno de los planes de recuperación más rápidos pretendemos posicionarnos en las nuevas cadenas de valor del automóvil: vehículo eléctrico, software, nuevas formas de movilidad y economía circular”, dijo ayer Luca de Meo.
Con estas actuaciones, Renault prevé obtener un margen operacional del 8% en 2025 y superior al 10% en 2030, así como un free cashflow de 2.000 millones al año entre 2023 y 2025 y de más de 3.000 millones hasta 2030. La firma restablecerá el pago de dividendos el año que viene y prevé aumentar el pay out a medio plazo hasta el 35%.
El grupo prevé que su nueva división cotice en el Euronext París en la segunda mitad de 2023