Los expertos instan al Gobierno a amoldar su gravamen al comunitario
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) criticó duramente ayer el diseño de los nuevos impuestos españoles sobre las grandes compañías energéticas y bancarias, que “ha superado las peores expectativas”, señala. Al centrar su gravamen sobre la cifra neta de negocios y el margen de intereses, respectivamente, en lugar de tratar de calcular “los supuestos beneficios extraordinarios que en principio los justifican”, los nuevos impuestos se convierten en “exacciones claramente arbitrarias desde cualquier perspectiva que tienen muy mal encaje en un Estado de derecho”. denuncia Fedea. “Para evitar una larga disputa legal y la posibilidad de males mayores, convendría retirar la propuesta actual y tramitar un nuevo texto. Este debería adecuarse a lo establecido en la reciente propuesta de reglamento europeo sobre el tema, en la que el gravamen extraordinario se restringe a ciertas empresas energéticas y se liga a los beneficios extraordinarios realmente obtenidos por las mismas, en vez de calcularse como un porcentaje de sus ingresos totales, como se hace en la propuesta del Gobierno”, sentencia. Si no, agrega, se crea un “preocupante precedente” para que cualquier Gobierno establezca impuestos “a dedo”.
Por su parte, Luis del Amo, secretario técnico del REAF, defiende que “lo lógico sería que Hacienda acerque el impuesto nacional a las energéticas al europeo” y revise el diseño del bancario a la luz de las recientes críticas del Banco Central Europeo.
Fedea tacha el tributo español de “arbitrario” e insta a rediseñarlo bajo el modelo europeo