Biden se juega el control del Congreso en las elecciones más reñidas de EEUU
ELECCIONES DE MEDIO MANDATO/ El más que probable cambio de poder en cualquiera de las dos Cámaras estadounidenses supondría un bloqueo político para la Administración americana durante los difíciles dos años que restan de legislatura.
Son las elecciones de medio mandato más caras de la historia. El gasto total asciende a cerca de 16.700 millones de dólares (16.600 millones de euros). En juego están los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 en el Senado, además de numerosos cargos estatales, como gobernadores y secretarios, entre otros. El equilibrio de mayorías es tan precario que un solo senador es capaz de invertir los colores en la Cámara Alta.
En un clima más polarizado que nunca, los estadounidenses acudieron ayer a las urnas para decidir quién se sentará a partir del 1 de enero en el Capitolio. Las encuestas y las estadísticas corren en contra de los demócratas, que actualmente controlan las dos Cámaras, aunque en el caso del Senado existe un empate técnico donde el voto de la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, es decisivo para inclinar la balanza a favor de los intereses de la Casa Blanca.
En los últimos días, gran parte de los esfuerzos se han centrado en Pensilvania, estado clave en estas elecciones. El senador republicano Pat Toomey se retira y los demócratas han sacado toda la artillería, apoyando al actual vicegobernador de Pensilvania, John Fetterman. Pese a su popularidad, no lo tiene fácil, ya que se enfrenta a toda una celebridad televisiva: Mehmet Oz. Conocido como Dr. Oz, es un médico rodeado de polémica por su promoción de la medicina alternativa, la pseudociencia y los tratamientos milagro. Por supuesto, es uno de los lugartenientes de Trump, defensor de las teorías conspiratorias y negacionista del cambio climático.
Para los demócratas, Wisconsin y Ohio son los otros dos estados donde podrían tener la posibilidad de robar el escaño a los republicanos. Para los conservadores, su esperanza no solo está en mantener estos sillones, sino también en lograr un cambio en Nevada, Arizona y Georgia.
Ayer, las encuestas daban por segura una victoria para los republicanos en la Cámara de Representantes. Las estadísticas también avalaban esta tesis. Como explica Juan Verde, asesor político del Partido Demócrata, “ningún presidente con una aprobación por debajo del 50% ha sido capaz de ganar escaños” en las elecciones de medio mandato. Y la popularidad de Joe Biden está en el 42%.
Su esperanza está en mantener el Senado, donde no hay nada decidido todavía. A su favor juega que se espera una alta participación. Ayer, en Nueva York, los colegios electorales amanecieron con colas desde primera hora de la mañana, aunque la afluencia fue menor a medida que avanzó la jornada. Fue la tónica también el domingo, cuando se abrieron algunas urnas para ejercer lo que se denomina como voto temprano.
Ya pierda una Cámara, o las dos, si se cumple cualquiera de estos dos escenarios, “entramos en una nueva era, con los próximos dos años de legislatura sumidos en una parálisis política”, asegura Verde, que recuerda lo que le ocurrió a Barack Obama en los últimos dos años de su segundo mandato, cuando tuvo que gobernar a base de órdenes ejecutivas (similar al real decreto en España).
En el plano corporativo, las empresas llevan meses preparándose para este escenario, que era más que predecible y han sacado lustre a sus chequeras para apoyar la próxima campaña presidencial del Partido Republicano, independientemente de quién sea su nominado, aunque evidentemente una marea roja en el Capitolio daría alas a las aspiraciones de Trump, que podría anunciar su candidatura a la carrera para la Casa Blanca la próxima semana.
Tras el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, “todas las grandes corporaciones dejaron de hacer donaciones a muchos de mis colegas republicanos; quiero que sepan que eso no se va a olvidar”. Este es el mensaje que ha dominado la campaña a la reelección en el Congreso de la conservadora Marjorie Taylor Greene, que se presenta por Georgia.
En el plano internacional, y aunque a corto plazo no se espera un giro de timón inmediato, un cambio en los equilibrios del Capitolio podría influir en el apoyo de EEUU a Ucrania y en su relación con la UE en torno al conflicto.