La Agencia Internacional de la Energía acusa de la OPEP de provocar inflación con el recorte del petróleo
El brazo energético de la organización de los países desarrollados, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), acusó ayer a los grandes productores de petróleo de estar detrás de la gran inflación que acosa a las economías avanzadas y lastra enormemente a las emergentes. El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, que el mes pasado ya atacó la decisión de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo y sus socios como Rusia (OPEP+) de recortar el suministro de petróleo en dos millones de barriles de crudo al día por empujar a la economía global hacia la recesión, ahora vuelve a cargar contra los grandes petroestados de generar inflación, que es uno de los elementos que más está dañando la economía mundial, tanto por la vía directa (la pérdida de poder adquisitivo y, por lo tanto, la caída del consumo y las exportaciones) como la indirecta (la subida de tipos que conlleva, que lamina la inversión empresarial).
“La reciente decisión de la OPEP+ de reducir la producción en 2 millones de barriles por día definitivamente no ha ayudado” a la economía mundial, señaló ayer Birol, en una entrevista en la cumbre COP27 en Egipto. Esta medida “está alimentando la inflación, especialmente en los países en desarrollo”, añadió, urgiendo a un “replanteamiento” del ajuste, de forma que se ayude a frenar la escalada de precios. Esto, además, genera un problema añadido, ya que las economías desarrolladas pueden soportar con relativamente poco sufrimiento social la subida de precios, la situación es muy distinta entre las economías emergentes o los países más pobres, donde la escalada de precios se puede traducir en hambrunas y conflictos sociales como las que tuvieron lugar durante la Primavera Árabe de 2011.
El barril de petróleo, que el año pasado cotizaba en torno a los 80 dólares por barril, se disparó por encima del triple dígito con el inicio de la guerra en Ucrania y solo empezó a remitir a partir de junio debido al enfriamiento de la economía global y las subidas de tipos de interés. Sin embargo, el recorte del suministro pactado por los grandes exportadores, incluyendo a Rusia, ha vuelto a dar alas a la cotización, si bien el barril de Brent se ha vuelto a relajar un poco por el reciente endurecimiento de la política monetaria y las malas noticias sobre el crecimiento internacional. Sin embargo, los precios de los combustibles han sufrido un incremento mucho más intenso, especialmente en Europa y más en el caso del diésel que la gasolina, debido a la depreciación del euro frente al dólar, los cuellos de botella en torno al refino y el suministro de gasóleo y la gran cantidad de este que venía de Rusia. Esto provoca un encarecimiento de los costes de transporte y producción que tensa la inflación, una pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos y un deterioro de los ingresos públicos, dados los programas contra la inflación en todo el mundo.
Birol señaló que los mayores problemas de precios suceden en las economías emergentes