Magro balance del cara a cara entre Biden y Xi
El esperado primer encuentro en persona de los presidentes de Estados Unidos y de China desde la llegada al poder de Joe Biden apenas ofreció resultados tangibles. Ambos dirigentes remarcaron sus respectivas líneas rojas en los principales asuntos que les enfrentan –Taiwán, la disputa comercial y la rivalidad tecnológica–, pero no lograron avances sustanciales en ninguno de ellos. Biden y Xi se limitaron a mostrar su disposición a evitar que la creciente competencia entre sus países provoque un conflicto. La vuelta al diálogo entre ambas potencias, que se sustanciará en una próxima visita del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, a Pekín, es tranquilizadora, pero tendrá un impacto limitado en la economía global si sólo afecta a áreas como el cambio climático, la estabilidad económica o la seguridad alimentaria. Tampoco hubo acercamiento respecto a la guerra en Ucrania. Biden aspiraba a que Xi se comprometiera a conminar a Putin respecto al posible uso de armas nucleares contra Kiev. Sin embargo, el líder chino se limitó a reiterar su “preocupación” por el conflicto. Una posición ambivalente que también diluye las expectativas de que haya acuerdo para condenar a Rusia en la cumbre del G20 que hoy arranca en Indonesia, de la que Putin será protagonista a pesar de no asistir a la misma. El tono constructivo del cara a cara entre los presidentes de las dos potencias mundiales no evitó el choque dialéctico por Taiwán: Biden le recriminó a Xi las “reacciones coercitivas y cada vez más agresivas” de China, mientras que éste replicó que la paz y la independencia de la isla son irreconciliables.