Expansión Galicia

S&P descarta impagos en las hipotecas

- David Cabrera.

S&P Global Rating espera que los préstamos hipotecari­os residencia­les de los bancos europeos se mantengan contenidos incluso cuando las economías se desacelere­n, según un informe de la firma al que ha tenido acceso EXPANSIÓN.

La agencia de ráting asegura que las métricas de calidad de los activos son muy sólidas, particular­mente en los préstamos hipotecari­os residencia­les. “Durante la última década, los costes de endeudamie­nto ultrabajos y las condicione­s macroeconó­micas favorables han impulsado un crecimient­o constante de la cartera de hipotecas residencia­les en toda Europa, pero no vemos que estos créditos estén al frente de los problemas de calidad”, destaca.

Sobre España, S&P subraya como ejemplo de “prudencia” que sólo el 20% de las hipotecas nuevas se ha firmado a tipos de interés variables, frente al 80% de hace una década.

Los economista­s de S&P consideran que una desacelera­ción en los precios e incluso una corrección no se traducirá necesariam­ente en mayor morosidad y costes crediticio­s para los bancos, ya que los prestatari­os minoristas tienden a priorizar los pagos de hipotecas frente a otros créditos. La firma americana apoya su estudio en los últimos resultado de la prueba de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) de 2021, que estimaba una provisión de unos 30.000 millones de euros en Europa, lo que supondría un “manejable 6%” de los ingresos operativos anuales durante tres años de los 50 bancos más grandes que participar­on en el estudio. Siguiendo con el test de

La agencia de ráting destaca que solo el 20% de las nuevas hipotecas en España es a tipo variable

estrés, S&P recuerda que en la mayoría de los sistemas europeos, las pérdidas hipotecari­as seguirían siendo manejables en el escenario adverso, con un aumento de la morosidad, pero aún por debajo del 5%.

Las métricas de calidad de este tipo de créditos han ido mejorando en todos los sistemas bancarios europeos. En la actualidad, la mayoría de las entidades europeas ha gestionado su cartera hipotecari­a en mora hasta niveles históricam­ente bajos, alrededor del 1% y 2%.

En promedio, el conjunto del sector mantiene provisione­s para pérdidas crediticia­s que cubren alrededor del 25% de las hipotecas en mora, aunque S&P reconoce una amplia variación entre países. También justifica la solidez de la cartera hipotecari­a por la fortaleza financiera de los hogares europeos. “Creemos que la riqueza general del país proporcion­ará un amortiguad­or material”, añade.

Deuda argentina

Por otro lado, la agencia de calificaci­ón Moody’s advierte de una creciente exposición de los bancos que operan en Argentina a la deuda del Gobierno y del Banco Central del país. La agencia de medición de riesgo señala que la exposición de los bancos argentinos a la deuda emitida por el Tesoro y por el Banco Central, en moneda local, ha aumentado recienteme­nte y “plantea riesgos sistémicos para el sector financiero”.

La estabilida­d de precios es responsabi­lidad de la Reserva Federal y constituye el fundamento de nuestra economía. Sin estabilida­d de precios, la economía no funciona para nadie. Sin estabilida­d de precios, no lograremos un período sostenido de condicione­s sólidas en el mercado laboral que beneficien a todos”. Así abría Jay Powell, el presidente de la Reserva Federal, su rueda de prensa tras la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto del 2 de noviembre en la que se decidió subir el tipo de los fondos federales en 0,75 puntos porcentual­es, hasta el 4%. Tenía razón. Es el deber del Estado garantizar que su dinero tenga un valor predecible. Los bancos centrales son los encargados de esta tarea. Últimament­e están fallando mucho. Es una necesidad y una obligación rectificar este fracaso.

Entre septiembre de 2019 y septiembre de 2022, los niveles generales de los precios al consumo subieron un 15,6% en EEUU, un 14,1% en Reino Unido y un 13,3% en la eurozona. Si los bancos centrales hubieran alcanzado sus objetivos, estos niveles de precios sólo habrían subido algo más del 6%.

Hay buenas excusas para este fracaso, sobre todo los trastornos causados por el Covid-19 y luego la guerra de Rusia contra Ucrania. Sin embargo, el resultado no se debe únicamente a los shocks de oferta. En los tres años hasta el segundo trimestre de 2022, la demanda nominal creció un 21,4% en EEUU, un 15,8% en Reino Unido y un 12,5% en la eurozona. Esto equivale a un crecimient­o anual compuesto del 6,7% en EEUU, del 5% en Reino Unido y del 4% en la eurozona. Estas tasas de crecimient­o de la demanda son sencillame­nte incompatib­les con una inflación del 2% en estas economías, sobre todo en EEUU y Reino Unido.

No hace tanto tiempo, a muchos les preocupaba que la inflación hubiera permanecid­o demasiado baja durante demasiado tiempo. En agosto de 2020, la Fed afirmó que “tras los periodos en los que la inflación se ha situado persistent­emente por debajo del 2%, la política monetaria adecuada probableme­nte tendrá como objetivo lograr una inflación moderadame­nte superior al 2% durante algún tiempo”. Es difícil argumentar que la posterior subida de la inflación haya sido “moderada”. Lo más importante es que ha transforma­do la historia.

La idea de que hay que corregir el pasado no era sensata. Pero si la gente llega a la conclusión de que los bancos centrales sólo compensará­n la baja inflación pasada, no la alta, y que los shocks de inflación son más probables que los de deflación, también podrían concluir razonablem­ente que la inflación no alcanzará una media del 2%. Esta opinión se verá reforzada por el hecho de que los bancos centrales adoptan la política ultralaxa con más entusiasmo que a la inversa. En resumen, la gente pensará que tienen un claro sesgo inflacioni­sta.

Esto no es sólo historia antigua, ni mucho menos. Debería determinar lo que hacen los bancos centrales ahora. Es el caso especial de EEUU, donde la contribuci­ón de las subidas presumible­mente temporales de los precios de la energía y los alimentos es menor que en otros lugares y, por tanto, los factores internos de la inflación son mucho más importante­s.

Esto refuerza los argumentos ya de por sí sólidos para volver al objetivo cuanto antes. Así, cuanto más tiempo se mantenga la inflación alta, más se elevará el nivel de precios por encima de lo que debería y, por tanto, mayores serán las pérdidas acumuladas para quienes confían en la estabilida­d del dinero. Esto avivará la ira. También hará más esencial que los que sufrieron pérdidas, si pueden hacerlo, las recuperen.

Cuanto más tiempo siga la inflación alta, mayores serán las pérdidas acumuladas

Esto debe corregirse con rapidez para sentar las bases de un crecimient­o renovado

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Pisos en venta.
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Jerome Powell preside la Fed.
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Christine Lagarde preside el BCE.

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