La NASA lanza con éxito su misión Artemisa a la Luna
UNA NAVE ESPACIAL ESTADOUNIDENSE NO TRIPULADA SE DIRIGE A LA ÓRBITA LUNAR PARA PREPARAR EL ATERRIZAJE DE UN ASTRONAUTA A MEDIADOS DE LA DÉCADA.
Un cohete estadounidense capaz de llevar astronautas a la Luna, la primera misión de este tipo en medio siglo, despegó en su viaje inaugural en la mañana de ayer, abriendo un nuevo capítulo en la exploración espacial estadounidense e intensificando la carrera con China.
El lanzamiento, realizado a la 1:48 de la madrugada desde el Centro Espacial Kennedy de Florida, se produjo tras suspenderse dos intentos previos en agosto y septiembre por fugas en los conductos de combustible de hidrógeno.
La NASA informó de la existencia de otra válvula con fugas en un conducto de combustible menos de tres horas antes del lanzamiento de ayer, aunque los ingenieros pudieron ajustarla y detener la fuga a tiempo para cumplir el plazo de dos horas para el lanzamiento.
Artemisa I, la primera de las cuatro misiones previstas en el programa Artemisa , impulado por la NASA, envió la cápsula espacial Orión a orbitar la Luna antes de que caiga en el océano Pacífico, dentro de 25 días.
La tercera misión Artemisa, prevista como muy pronto para 2025, está programada para llevar a la Luna a la primera mujer, y a la primera persona de color. Artemisa también pretende sentar las bases de una presencia estadounidense más permanente en la Luna, que servirá de plataforma de lanzamiento para futuras misiones a Marte.
Los planes se pusieron en marcha durante la administración de Donald Trump, tras 12 años de indecisión en Washington sobre el diseño de un programa espacial tripulado que sucediera a las misiones Apolo de los años 60 y principios de los 70.
Carrera con China
La decisión de volver a la Luna se debe, en parte, a la preocupación de que Pekín haya empezado a reclamar el liderazgo internacional en el espacio que ostenta Estados Unidos desde Apolo. China puso su primer robot lander en la Luna hace nueve años, y desde entonces ha propuesto establecer una base lunar conjunta con Rusia que también estará abierta a otros países.
Washington espera utilizar una presencia lunar permanente para extraer agua congelada que pueda descomponerse en oxígeno e hidrógeno, proporcionando combustible para cohetes para futuras misiones que se aventuren a mayor profundidad en el sistema solar.
Los planes se pusieron en marcha durante la administración de Donald Trump
Artemisa I es la primera de las cuatro misiones del programa para volver al satélite
Ala tercera va la vencida. Un cohete de la NASA despegó el miércoles por la mañana en una misión para orbitar la Luna, tras cancelarse en dos ocasiones el lanzamiento. Forma parte de un plan a más largo plazo para llevar humanos a Marte, y reaviva la carrera espacial con China. Los mayores beneficios podrían ir a parar a las empresas espaciales privadas estadounidenses, incluida SpaceX, de Elon Musk.
El programa Artemisa de la NASA, de 93.000 millones de dólares (93.000 millones de euros), utiliza a Boeing como principal contratista de cohetes para la primera misión. Un rival capaz de reducir los costes podría sustituirla. Cada lanzamiento de Artemisa costará unos 4.100 millones de dólares, ocho veces más de lo estimado por la NASA hace una década (ver pág. 48).
La empresa privada SpaceX lleva ventaja. Ha transportado astronautas estadounidenses a la Estación Espacial Internacional y tiene un contrato de 2.900 millones de dólares para desarrollar un cohete que pueda aterrizar tripulaciones en la Luna. Su cohete reutilizable Starship está en desarrollo.
El programa Artemisa establece una serie de objetivos cada vez más ambiciosos. Pretende orbitar la Luna, enviar un vuelo tripulado y luego realizar un alunizaje. Finalmente, el plan es crear una base desde la que enviar exploradores humanos al espacio.
¿Puede SpaceX permitirse el viaje? La capacidad de Musk para recaudar fondos es impresionante. SpaceX ha recaudado cerca de 10.000 millones de dólares hasta la fecha. Su última valoración era de 125.000 millones. La empresa genera ingresos independientemente de la NASA a través de Starlink, el grupo de banda ancha por satélite.
Un día, Starlink podría dominar las comunicaciones por satélite y SpaceX los lanzamientos de cohetes. Pero el lanzamiento de Artemisa ayer demuestra que todo llevará mucho más tiempo de lo que sugiere el calendario inicial.