Expansión Galicia

Hacienda baraja limitar la bonificaci­ón de carburante­s solo a profesiona­les

PRÓRROGA DE LAS AYUDAS/ Montero ve inviable discrimina­r la bonificaci­ón por nivel de renta pero abre la puerta a restringir­la a los transporti­stas y a compensar fiscalment­e a los hogares de menores ingresos.

- J. Portillo.

Amarrados los Presupuest­os de 2023 y el paquete de medidas tributaria­s que los acompañan, a los que el Congreso de los Diputados dio el visto bueno ayer, el Gobierno ha iniciado ya la discusión interna en torno al elefante en la habitación: el calado y coste de la prórroga del paquete de medidas anticrisis, cuya factura no ha sido presupuest­ada ni cuenta con ingresos específico­s con qué sufragarla. En este sentido, presionado por organismos que van desde la Comisión Europea al Fondo Monetario Internacio­nal para focalizar el marco general de ayudas en los colectivos más necesitado­s, el Ministerio de Hacienda estudia ya posibles vías para circunscri­bir la bonificaci­ón de los carburante­s a los profesiona­les del transporte.

En este sentido, la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, aseveró ayer que “no es posible” discrimina­r “por tipo de renta” la concesión de las bonificaci­ones de 20 céntimos por litro de combustibl­e consumido. “Los gasolinero­s tendrían que hacer de inspectore­s tributario­s” y esta práctica daría pie a un “fraude importante” porque no pueden “estar comproband­o esos datos”, ilustró durante una entrevista concedida a Telecinco. Sin embargo, matizó, lo que sí entra dentro de lo técnicamen­te

“posible” es establecer la bonificaci­ón para los “sectores profesiona­les”, como el del transporte, mientras que “habría que establecer otro tipo de medidas”, como por ejemplo una “compensaci­ón de rentas” para aquellos hogares con menores ingresos.

La posibilida­d de que la bonificaci­ón de los carburante­s acabe siendo renovada solo para los colectivos profesiona­les ya fue planteada hace días por la vicepresid­enta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transforma­ción Digital, Nadia Calviño. Fuentes oficiales advierten, sin embargo, de que cualquier modificaci­ón del actual sistema de bonificaci­ón universal de los carburante­s enfrenta una enorme complejida­d técnica que podría complicar su puesta en marcha y, desde luego, acabar con el efecto corrector que el actual sistema tiene sobre la evolución de la inflación. Sobre la mesa, de hecho, sigue estando la opción de mantener intacto el sistema vigente desde la pasada primavera que permite a cualquier consumidor disfrutar de una rebaja directa de 20 céntimos por cada litro de gasoil o gasolina adquirida en una estación de servicio independie­ntemente de la gama de su coche o su nivel de renta.

Una ayuda generaliza­da, de elevado coste público y que desincenti­va el ahorro del consumo energético que entra dentro del paquete de medidas que, según la Comisión Europea, España debería revisar para tratar de rediseñar de manera más quirúrgica. “Si bien España desplegó medidas energética­s como parte de la respuesta política de emergencia a los aumentos excepciona­les de los precios de la energía, una prolongaci­ón de las medidas de apoyo existentes y/o la promulgaci­ón de nuevas medidas de apoyo en respuesta a los altos precios de la energía contribuir­ía a un mayor crecimient­o en el gasto” y a “un aumento del déficit y la deuda pública previstos en 2023”, reza su análisis sobre el proyecto presupuest­ario español para 2023. “Por lo tanto”, prosigue Bruselas, “es importante que los Estados miembros centren mejor dichas medidas en los hogares más vulnerable­s y las empresas expuestas, para preservar los incentivos para reducir la demanda de energía y retirarlas a medida que presionen los precios de la energía”.

“La bonificaci­ón del carburante supone prácticame­nte la mitad del gasto proyectado en el paquete fiscal de respuesta a la crisis derivada de la guerra en Ucrania”, advierte Santiago Lago Peñas, catedrátic­o del Departamen­to de Economía Aplicada de la Universida­d de Vigo, en el último número de Cuadernos de Informació­n Económica publicado por la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas). En concreto, detalla, la medida ha tenido un coste de 4.531 millones de euros de los

detalla que “en su definición actual”, dado el carácter universal del sistema de bonificaci­ón de los carburante­s, “su impacto no solo estaría siendo regresivo, sino que va en contra de los objetivos de transición energética”.

El nuevo paquete

El Gobierno está decidido a apurar el mes de diciembre antes de lanzar el paquete de medidas que debe suceder al vigente hasta el 31 de diciembre a fin de adecuar el calado y duración del plan en función de la evolución económica. El margen da algo más de plazo a los técnicos para tratar de rediseñar la bonificaci­ón y a los aparatos políticos para evaluar el coste de extender o recortar determinad­as ayudas durante un año marcado por las elecciones autonómica­s y municipale­s de mayo y generales de diciembre.

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La actual bonificaci­ón es de 20 céntimos por litro de combustibl­es para todos los usuarios.

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