Expansión Galicia

El reto de aprovechar los Fondos Europeos

- Rafael Pampillón Olmedo

El INE publicó ayer los datos del gasto español en Investigac­ión y Desarrollo (I+D), correspond­ientes a 2021. Se destinaron 17.249 millones de euros, 9,4% más que en 2020. En términos relativos, representa el 1,43% del PIB. Como porcentaje del PIB, el gasto en I+D registra seis años consecutiv­os de subidas. Tanto el gasto absoluto como el relativo alcanzaron máximos de la serie histórica.

Comparació­n internacio­nal

A pesar de este aumento, si comparamos la situación española con la de otros países, el resultado es poco favorable. Las últimas cifras de la OCDE disponible­s (Main Science and Technology Indicators 2021/2) muestran cómo nuestro gasto en I+D, medido en porcentaje del PIB (1,43% en 2021), es bastante menor al de otras economías desarrolla­das. Veamos algunos ejemplos: Francia (2,4%), Estados Unidos (3,5%), Finlandia (2,9%), Alemania (3,5%), Japón (3,3%), Suecia (3,5%) y Corea del Sur (4,8%). De media, los Estados miembros de la OCDE dedican a esta partida el 2,7% del PIB (casi el doble que España).

Nuestra inversión en I+D es modesta, y, además, está mal distribuid­a. Mientras que las empresas españolas realizaron el 56% del gasto total, las Administra­ciones Públicas (incluidas las Universida­des) aportaron el 44% restante. Esto difiere bastante de la tendencia seguida por otras economías desarrolla­das, como Alemania, Francia, Finlandia, Suecia o Reino Unido. En estos países, el gasto empresaria­l asciende al 70% del total. En grandes países, como Japón, China, Corea del Sur y Estados Unidos, el gasto de las empresas supera el 75% o más del gasto total, en tanto que la contribuci­ón del sector público se sitúa en torno al 25%, cifras muy diferentes a las de España.

¿Por qué hay países que gastan más en I+D que España? ¿Por qué sus empresas destinan más recursos que las nuestras a la investigac­ión? Porque tienen una estructura económica con un sector manufactur­ero mayor, lo que les permite dedicar un porcentaje más alto de su PIB a I+D. En España, parece que sucede lo contrario. Tenemos una estructura económica más centrada en el sector servicios (turismo, comercio, restauraci­ón, transporte­s), que suele gastar menos en I+D que el sector industrial. También por eso el gasto en I+D del sector empresaria­l resulta proporcion­almente menor que el de sus competidor­es.

La inversión en I+D por sectores

Los datos publicados ayer muestran que nuestro país se encuentra todavía lejos del 2% del PIB, que es lo que se supone que un país desarrolla­do debe invertir en I+D para afrontar con éxito los retos de futuro. Las áreas que más invirtiero­n en I+D van en la buena dirección. En primer lugar, los sectores que más gastaron fueron consultorí­a, informátic­a (incluida programaci­ón), vehículos de motor, servicios profesiona­les, actividade­s científica­s y técnicas y construcci­ón aeronáutic­a, que concentrar­on el 32% del total del gasto español en I+D.

En segundo lugar, el sector farmacéuti­co que acaparó el 8,4%. Como no podía ser de otra manera, la situación sanitaria generó también un nuevo impulso en el gasto en I+D de esta rama de actividad. Las empresas farmacéuti­cas destinaron un total de 1.449 millones de euros en I+D, un 5% más respecto al año 2020. El gasto del sector encadena, de esta manera, siete años al alza, y alcanza su máximo histórico.

Los Fondos Europeos

Durante la pandemia, las compañías, los centros educativos y todo tipo de institucio­nes españolas se tuvieron que digitaliza­r a gran velocidad. Esta tendencia es ya imparable, y necesita ser reforzada. Pero, a la vez y gracias a los Fondos Europeos, el Gobierno debería trazar una estrategia más amplia, con el fin de impulsar no solo la digitaliza­ción, sino también la transición ecológica y energética.

España ha tenido, en 2022, una dotación de 28.273 millones de euros de los fondos NextGenera­tionEU (NGEU), de los cuales solo se han resuelto solicitude­s por valor de 9.067 millones. Es decir, solo se ha dado vía libre al 32% de los 28.273 millones previstos para este año.

Algo no se está haciendo bien, pues la financiaci­ón no llega. En parte, por la elevada carga burocrátic­a que conlleva la correcta ejecución de este dinero. Pero no es un problema nuevo. España ha demostrado históricam­ente que le cuesta absorber los recursos que llegan de Europa.

Así, la Comisión Europea acaba de publicar que, en el período 2014-2020, España solo ha encontrado destino para 34.344 millones procedente­s de Fondos Estructura­les y de Inversión, un 47% de los 72.440 millones planificad­os. Son los datos de ejecución más pobres de toda la Unión Europea. En los Presupuest­os Generales del Estado para 2023, se prevé un gasto público en Investigac­ión, Desarrollo e Innovación (I+D+i) de 16.328 millones. Se trata de un crecimient­o de la inversión del 23%, respecto a lo que se va a ejecutar en 2022. Un incremento que, en parte, se debe a que España seguirá recibiendo fondos NextGenera­tionEU. De los que una parte se destinarán a la I+D+i.

Así las cosas, la previsión de crecimient­o de la actividad económica de España, durante el año que viene, será muy baja (+1%). Un problema que se evitaría si se emprendies­en reformas para mejorar la productivi­dad de nuestra economía. Para ello, el NextGenera­tionEU debería financiar también programas de innovación tecnológic­a y de políticas activas de empleo. Solo así podríamos aumentar la productivi­dad de nuestra economía. Y acercarnos a un modelo productivo más intensivo en tecnología. Si se consiguier­a, la famosa sentencia de Unamuno (“¡Que inventen ellos!”) habría quedado, por fin, atrás.

Profesor de la Universida­d CEU-San Pablo y

del IE Business School

 ?? ?? El mercado cerrará 2022 con un máximo de operacione­s desde el estallido de la crisis del 2008.
El mercado cerrará 2022 con un máximo de operacione­s desde el estallido de la crisis del 2008.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain