“No se me ocurre otra solución a la guerra en Gaza que la de los dos Estados”
Oriente Próximo es, junto con Ucrania, uno de los grandes focos de preocupación de Josep Borrell como máximo responsable de la diplomacia y la seguridad europea dado que, a miles de kilómetros de sus fronteras, el conflicto entre Israel y Palestina tiene ramificaciones que alcanzan a todo el mundo.
– Usted ha sido especialmente duro en sus declaraciones contra la actuación de Israel en comparación con otros.
Hemos dicho que Israel tiene derecho a la defensa, y lo tiene, claro que sí. No olvidemos que Israel sufrió un ataque terrorista tremendo que causó 1.200 muertos y un montón de heridos. Esto empieza con una de las provocaciones que viene haciendo Hamás, que sabía que iba a provocar una respuesta por parte de Israel, contundente como lo son todas las respuestas. Todos decimos que condenamos el ataque de Hamás, ¿cómo no? Y decimos que Israel tiene el derecho a defenderse, pero también decimos que tiene que hacerlo de acuerdo con el derecho internacional humanitario, faltaría más. Decimos lo mismo en Israel que en Gaza, que en Ucrania, pero la gran pregunta es si lo hace.
– No parece.
Es evidente, no estoy descubriendo ningún Mediterráneo. Es evidente que el acceso humanitario a Gaza no fluye adecuadamente, porque hay muchas restricciones en la entrada. En la frontera Sur de Gaza hay una cola de más de mil quinientos camiones esperando entrar. Y no entran. Tiramos paracaídas para repartir ayuda humanitaria cuando a una hora en coche del sitio donde caen los paracaídas hay un aeropuerto. Estamos construyendo un puerto artificial contra viento y marea, y no es una imagen porque hay mucho viento y mucha marea, al lado de un puerto que está cerrado. Hay algunos impedimentos a la hora de que la ayuda humanitaria llegue en las cantidades que necesita una población que está asediada y cortada de los servicios básicos.
– ¿Cree que la Unión Europea está haciendo todo lo que puede y debe hacer para tratar de que se acabe este conflicto de una manera razonable para ambas partes?
Este conflicto dura cien años. Hamás fue la espoleta que detonó una crisis aguda. Una semana antes o dos semanas antes, Jake Sullivan, el Consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, decía: “Oriente Próximo nunca ha estado más tranquilo. Los acuerdos de Abraham han hecho las paces entre árabes e israelíes”. El problema es que lo que pasaba en el West Bank era un síntoma de que la cosa no estaba arreglada, no había paz entre Israel y Palestina, las tensiones crecían… No justifico obviamente nada, y mucho menos ese brutal ataque terrorista, pero no podíamos decir que el problema estaba resuelto. El problema estaba larvado y de cuando en cuando explota. Y si no le buscamos una solución política volverá a explotar. Y seguiremos de generación en generación, de funeral en funeral, porque tú no puedes matar una idea, tienes que sustituirla por otra mejor. Pero creer que la paz se puede conseguir a base de una solución militar… yo honestamente no lo creo. No se ha conseguido hasta ahora y no se conseguirá. Gaza está arrasada en un 80%. Los militares dirán que cuando se entra a luchar en un medio urbano lo primero que hay que hacer es convertir el combate en un ámbito bidimensional. ¿Esto qué quiere decir? Que hay que aplanarlo, destruir los edificios. Y esto es lo que está pasando, Gaza está aplanada, como estaban las ciudades alemanas con los bombardeos punitivos de la aviación aliada cuando ya Alemania estaba vencida y el bombardeo no iba a cambiar la suerte de la guerra. Lo que le decimos a Israel, y se lo decimos todos, es que hay que buscar una solución política al conflicto.
– ¿Y esa es la de los dos Estados?
No se me ocurre otra. El choque que representó para Israel el ver que la seguridad de la que presumía no era tal, y que podían pasar la frontera y matar a mil doscientas personas así de repente, el sentimiento de inseguridad para alguien que ha luchado durante años por su subsistencia, ha provocando un shock tremendo que ha hecho perder empatía por el sufrimiento del otro. El gobierno de Netanyahu se presenta a sí mismo como la mejor garantía de que nunca habrá un estado Palestino, lo ha dicho muchas veces. Bueno, sabemos lo que no quiere, pero no sabemos qué quiere. Porque si no queremos un estado para cada uno de estos dos pueblos que llevan cien años luchando por la misma tierra y cada uno reclama que es suya, si esa no es la solución que es compartir la tierra, cada uno tiene un trozo y se trata de respetarse mutuamente y garantizarse mutuamente la seguridad, si esa no es la solución, díganme ustedes cuál es la solución.
¿La solución pasa por la expulsión definitiva de todos los palestinos? Todavía quedan unos seis millones. ¿La solución es que se queden y en qué condiciones? ¿Como ciudadanos? ¿Y qué clase de ciudadanía van a tener? ¿O es que va a ser una tierra permanentemente ocupada? En este sentido, la potencia ocupante tiene que asumir sus responsabilidades de potencia ocupante, cosa que ahora no ocurre. Entonces díganme que solución encontramos. ¿O dejamos que el agua siga corriendo y que ríos de sangre de cuando en cuando sigan bañando esta tierra? Pretender que la solución consiste en erradicar a Hamás a base de bombardeos sistemáticos caiga quien caiga, y de momento han caído muchos, y pensar que eso va a acabar con el problema… yo creo que eso no es así, y lo tengo que decir con mucha honestidad y respeto hacia todo el mundo: esta no es la solución. Puede ser una solución temporal, pero volverá a surgir el fuego de las brasas. Hay un proceso de deshumanización, por eso es la comunidad internacional la que tiene que intervenir para resolverlo, porque ellos solos no lo van a resolver.
– Pero la comunidad internacional está cada vez más polarizada.
Pero hay un mínimo común denominador. El mínimo común denominador al que han llegado todos los estados [europeos] es: liberación de los rehenes, obvio; entrada de la ayuda humanitaria, también obvio; y puesta en marcha de un proceso político para intentar construir la solución de los dos Estados. Este es el mínimo al que se ha llegado entre los Veintisiete Estados.