El G20 busca un acuerdo para condenar la “era de la guerra”
Los líderes mundiales declararán en la cumbre del G20 en Bali que esta época “no debe ser de guerra” y condenarán las amenazas sobre el uso de armas nucleares, lo que refleja la inquietud global en torno a la guerra de Rusia contra Ucrania.
En el borrador de comunicado, al que ha tenido acceso
y que ha sido confirmado por dos delegaciones, se afirmaría que “la mayoría de los miembros condenaron enérgicamente la guerra en Ucrania y subrayaron que está causando un inmenso sufrimiento humano y agravando las condiciones de la economía global”.
El lenguaje relativo a la guerra y al uso reiterado de la retórica nuclear por parte de Moscú es más contundente de lo que preveían los funcionarios occidentales y subraya la creciente preocupación por la invasión del presidente Vladimir Putin y sus efectos.
En uno de sus discursos más contundentes sobre las consecuencias de la guerra, Xi Jinping, el presidente de China y el aliado global más importante de Putin, afirmó en su discurso que el G20 “debe oponerse rotundamente al intento de politizar las cuestiones alimentarias y energéticas o de utilizarlas como un arma”.
El líder chino afirmó que la crisis de los alimentos y la energía está causada por “la interrupción de las cadenas de suministro” y añadió que “deben eliminarse las sanciones unilaterales”. Occidente sostiene que la guerra de Rusia ha cortado las exportaciones de alimentos de Ucrania, mientras que Moscú culpa a las sanciones occidentales de limitar sus propios envíos.
Putin optó por no asistir a la cumbre de Bali, pero en su lugar ha enviado a su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, que abandonó el evento ayer por la noche y no estará presente el segundo día de negociaciones.
Los líderes occidentales aprovecharon sus discursos de apertura para pedir a otros países, muchos de los cuales se han negado a condenar públicamente la invasión de Putin, que aumenten su presión sobre Moscú para poner fin al conflicto.
Los miembros del G20 representan más del 80% del PIB mundial y el 60% de la población del planeta. La cumbre es la primera reunión de los líderes mundiales desde la invasión de Putin en febrero y se considera una prueba de la retórica occidental que culpa a Moscú de la inestabilidad mundial.
“La amenaza del uso de armas nucleares es inadmisible. La resolución pacífica de los conflictos, los esfuerzos para hacer frente a las crisis, así como la diplomacia y el diálogo, son vitales. La era actual no
El lenguaje relativo a la amenaza nuclear de Moscú es más contundente de lo que se esperaba
debe ser la de la guerra”, se afirma en el borrador de declaración.
El texto fue acordado por los delegados de los países el lunes por la noche tras días de discrepancias entre los funcionarios occidentales y los de Rusia y China. Los líderes del G20 lo darán a conocer formalmente el miércoles. El documento “representa toda una victoria diplomática”, sentenció un representante occidental que participó en las negociaciones.
Respuesta
Lavrov declaró a las agencias de noticias estatales rusas que los países occidentales habían intentado “politizar” el comunicado incluyendo una condena explícita a Moscú. Las autoridades habían advertido anteriormente que la objeción de Rusia a la condena de la guerra y el apoyo de China a Moscú podrían significar que la cumbre fuera a convertirse en la primera en no acordar una declaración conjunta.
El G20 “dejará claro que la guerra de Rusia está causando estragos en todo el mundo”, dijo un alto funcionario estadounidense antes de las discusiones de ayer, añadiendo que había una tendencia cada vez mayor de “países de diferentes partes del mundo” a manifestarse en contra del conflicto.
La delegación india desempeñó un papel importante para alcanzar un consenso entre los Estados miembros sobre la condena a la invasión rusa. El lenguaje del borrador de la declaración se hizo eco de las palabras del primer ministro indio, Narendra Modi, a Putin en septiembre, que aseguró que “ahora no es momento para la guerra”.
Lavrov permaneció en la sala durante el discurso que pronunció Volodímir Zelensky y los líderes occidentales permanecieron mientras Lavrov hablaba, según los presentes.