El sector agroalimentario analiza las ventajas de la sostenibilidad
RETOS/ Tras superar la pandemia, el impacto de la inflación dibuja un panorama complejo para el sector que, pese a ello, no renuncia a las oportunidades que surgen de la sostenibilidad.
El sector agroalimentario está sufriendo en carne propia los vaivenes del escenario global. La industria, que es uno de los pilares estratégicos de la economía española y dio respuesta a los desafíos planteados por la pandemia desde su rol como actividad esencial, afronta ahora las consecuencias de la inflación y la escalada en los costes de la energía y las materias primas, que además han desembocado en problemas en el plano logístico. Estas circunstancias se abordaron en el encuentro La oportunidad de la sostenibilidad en el sector agroalimentario, organizado por EXPANSIÓN, El Mundo y BBVA.
A pesar de las dificultades, “el sector tiene una cadena de valor sostenible que ha sido capaz de responder con mucha rapidez a las necesidades del consumidor”, destacó Tomás Pascual, presidente de Calidad Pascual. En el actual escenario, las compañías hacen un esfuerzo para evitar que la inflación suponga un castigo insalvable para el bolsillo del consumidor. Así, Pascual explicó que “nuestra cadena absorbe una gran parte de la subida de los precios en origen, ya sea porque conseguimos elevar la eficiencia o porque impacta en nuestras cuentas de explotación”.
Dificultades
David Prats, presidente de Borges, advirtió que “por mucho que intentemos atenuar los efectos del incremento de costes, no podemos dejar de ser correa de trasmisión de la inflación”. El contexto macroeconómico, con la guerra en Ucrania y las circunstancias derivadas de ella, plantean una situación desafiante para todos los actores. “Sin duda, saldremos adelante porque el sector es potente y tiene una base sólida, pero es un momento difícil”, manifestó Prats.
“Es complicado generalizar porque la industria agroalimentaria es muy heterogénea, pero la eficiencia y la calidad forma parte de la cultura de todas las empresas del sector”, aseveró Peio Belausteguigoitia, country manager de BBVA en España. Tras la pandemia, la entidad indica que la nueva producción de financiación ha aumentado en casi un 25% en el sector. Belausteguigoitia resaltó que “es un sector que históricamente siempre ha sido muy resiliente en términos de calidad crediticia”. En un momento de inflación donde el gasto podría contenerse en muchos ámbitos, la alimentación sigue siendo básica para todos.
Sostenibilidad
Para Tomás Pascual, “la sostenibilidad es un factor que añade valor a las empresas y a su propuesta, tanto en el propio producto como de cara a los distintos grupos de interés. No obstante, esta transformación requiere de una importante inversión por parte de las compañías, que resulta especialmente difícil de abordar en este contexto. Por ello, afirmó que “hay que alcanzar un equilibrio y hacer un paréntesis temporal: la velocidad del cambio tiene que adecuarse al momento que viven las empresas y los consumidores”.
El presidente de Calidad Pascual señaló que el sector sufre de sobreregulación y planteó que “algunas exigencias deberían repensarse o adaptarse a las circunstancias”. Como ejemplo, mencionó que Italia ha decidido retrasar la entrada en vigor del impuesto al plástico y que Portugal ha reducido el IVA de determinados productos debido a la crisis.
En cualquier caso, las empresas coinciden en que el compromiso con la hoja de ruta de la sostenibilidad va más allá de la coyuntura actual. David Prats explicó que “el escenario siempre condiciona, pero cuando forma parte del ADN y de la estrategia empresarial ya no depende del corto plazo”. De hecho, la crisis energética supone un impulso para acometer la transición hacia el uso de energías más baratas y limpias. Asimismo, el responsable de Borges añadió que “los fondos europeos deben ser más accesibles y concretos, algo que por ahora no se ha conseguido”.
Por su parte, Peio Belausteguigoitia coincidió en que “una de las principales palancas en la lucha contra el cambio climático es la reducción y la eficiencia en el consumo energético. No sólo es un tema de responsabilidad, sino que puede ser una ventaja competitiva”. De forma progresiva, la necesidad de transformarse está llegando a todas
Las compañías reclaman igualdad de
condiciones dentro fuera de la UE para
competencia justa que no afecte
sostenibilidad. las empresas. “Hemos visto cómo la concienciación ha ido calando desde las grandes empresas hacia las pymes y los autónomos”, apuntó el country manager de BBVA.
Competencia
Los ponentes coincidieron en que las grandes empresas, que pueden contar con más recursos y acceder a financiación, tienen la capacidad de ejercer un efecto tractor sobre el resto. Por otro lado, Tomás Pascual subrayó que “la unidad del mercado y la igualdad de condiciones es clave”. Si no ocurre así y se importan productos procedentes de países donde las medidas no son tan estrictas, los esfuerzos por mejorar en materia de sostenibilidad serán exiguos.
En la misma línea, Prats incidió en que “es necesario que seamos competitivos como país a escala internacional”, con normativas que no sitúen en desventaja competitiva a las compañías españolas respecto a las de otras regiones. El presidente de Borges señaló que “el reto es encontrar un equilibrio entre la necesidad de cambio, la necesidad de ahorro de costes y la realidad del punto de partida. Siempre que hay dificultades, también surgen oportunidades”.
Por último, Peio Belausteguigoitia expresó que “la divulgación es fundamental para ayudar a que las pymes, los autónomos y los particulares reflexionen sobre el futuro en términos estratégicos”. En el caso de BBVA, la entidad ha elevado su compromiso de financiación sostenible hasta los 300.000 millones de euros entre 2018 y 2025.
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