El ‘private equity’ quiere pagar menos
La crisis económica está afectando a las valoraciones bursátiles y por extensión también al valor de otros activos, incluidos los alternativos, entre los que se encuadra el private equity. La rentabilidad operativa ha disminuido en muchos sectores debido a las presiones inflacionistas, a los altos costes energéticos y a la menor demanda que se deriva de los problemas macro y de la situación geopolítica. Con este mar de fondo, el sector está sometido a presión en dos frentes. El primero es una caída de valoraciones. Según el servicio de análisis Pitchbook, el promedio del múltiplo entre valor de negocio y ebitda en las compras apalancadas o de buy out ha caído desde 14,9 veces en 2020, a 13,6 veces en 2021 y a 11,6 veces este año. El segundo es la mayor dificultad de apalancar las operaciones con deuda debido a la fuerte subida de los tipos de interés y a la mayor prudencia de los bancos ante la presión en márgenes operativos. Así, el promedio de múltiplo de deuda sobre ebitda en Europa ha bajado desde 7,2 veces en 2021 a 4,9 veces este año. Ello exige poner más capital a los fondos compradores, lo que va en detrimento de la tasa interna de retorno esperada, generándose así un círculo negativo que desincentiva operaciones. Esta situación ya se ha vivido en diferentes crisis, y también afecta a las cotizaciones de las grandes gestoras especializadas en private equity, que han experimentado fuertes caídas, de entre el 25% y el 45%, mostrando la lógica correlación entre mercados.