Werfen suspende el dividendo tras la compra de Immucor
DURANTE DOS AÑOS/ La agencia S&P mantiene la calificación de la deuda en BBB- y prevé un rápido desapalancamiento.
El consorcio constructor formado por Grupo México y la española Acciona ha demandado a Fonatur, el organismo público azteca que en febrero de 2021 adjudicó a los contratistas privados uno de los mayores tramos por volumen de inversión del denominado Tren Maya. La UTE constructora ha reclamado judicialmente una indemnización después de estar en desacuerdo con la liquidación prevista por Fonatur, que según el diario local Reforma, asciende a 37,9 millones de pesos, menos de dos millones de euros.
Fonatur, después de modificar el trazado de manera sustancial y encarecer el proyecto, canceló en julio de este año el contrato con Acciona y se lo asignó al Ejército, que ha subcontratado el trabajo a las empresas que ya trabajan en el proyecto.
El consorcio de Acciona fue el último en subirse a las obras del Tren Maya, un proyecto personal del presidente del país, Andrés Manuel López Obrador. El corredor, con una inversión inicial de 6.000 millones de euros, recorre la Península del Yucatán y aspira a convertirse en el modo de transporte clave para promover más turismo en la zona. Este lunes, Obrador entró de lleno en el pleito al acusar al local Grupo México de romper con el compromiso de resolver la controversia de manera negociada. La UTE de Acciona ganó el tramo 5 sur con un presupuesto de 640 millones de euros.
El ejército
Fonatur adjudicó el contrato tras descalificar las propuestas técnicas de la mayor parte de consorcios en los que figuraban otras constructoras españolas. Solo pasó el corte técnico Acciona (no presentó la mejor oferta económica) y la local ICA asociada con la portuguesa Mota-Engil. Fueron eliminadas las ofertas de OHL, FCC, Sacyr, ASCH, Comsa y Rubau.
El tramo 5 sur es un corredor de apenas 60 kilómetros que conectará Tulum con Playa del Carmen. Fonatur, el órgano contratista, no seleccionó consorcio para el tramo 5 norte, por el que se enfrentaban los mismos consorcios. El Gobierno de México optó por dejar esa parte del corredor en manos del cuerpo de ingenieros del ejército, argumentando razones de carácter presupuestario.
Werfen ha suspendido el pago de dividendo con el objetivo de acelerar el desapalancamiento tras la compra de la norteamericana Immucor por casi 2.000 millones de dólares (1.947 millones de euros al cambio actual), según señalan fuentes del sector. Con esta decisión, la familia Rubiralta, propietaria del grupo de diagnóstico, manda un mensaje de prudencia al mercado, justo cuando la banca que ha financiado la operación negocia dar entrada a otras entidades en la sindicación de la deuda.
La multinacional catalana tiene previsto suspender el reparto del segundo dividendo de este ejercicio –se desembolsó uno por la primera mitad de 2022– y el de todo el 2023. La compañía estudiará volver a repartir beneficios a partir del ejercicio 2024 siempre que el apalancamiento regrese a unos niveles confortables para la empresa.
Se trata de una estrategia conservadora y muy habitual entre las empresas familiares. El accionariado de Werfen está repartido entre los miembros de la segunda generación de la saga empresarial. Se trata de los hermanos Jordi, José Luis, Xavier y Marc Rubiralta.
S&P señala que, una vez se cierre la operación (prevista para el primer semestre de 2023) el apalancamiento se elevará hasta una proporción de 3,4 veces el resultado operativo bruto (ebitda); es decir, algo más de 2.000 millones de euros. La agencia de calificación sostiene que la compañía no empezará a repartir beneficios hasta que la ratio caiga por debajo de las tres veces el ebitda. “A partir de entonces, el dividendo se limitará al 20% del beneficio del año previo hasta que la deuda se sitúe en 0,75 veces el ebitda”, apunta la firma.
El informe de S&P mantiene la calificación de BBB- en la deuda de Werfen. La agencia confía en que el apalancamiento se reducirá a gran velocidad y descarta que se quieran embarcar en grandes adquisiciones. Actualmente, la compañía cuenta con una emisión de bonos de 300 millones de euros.
Werfen ha financiado la compra de Immucor con un préstamo de unos 1.900 millones de dólares. La operación ha sido coordinada por BNP Paribas junto con BBVA, CaixaBank y HSBC. El préstamo se divide en dos tramos. El primero –de unos 1.200 millones– se trata de un crédito sindicado con un vencimiento a cinco años. La banca se encuentra actualmente negociando con otras entidades financieras para subdividir la deuda. El segundo tramo, de 700 millones, es un préstamo puente. La compañía estudiará una emisión de bonos una vez se cierre la operación y las condiciones de mercado sean favorables.
López Obrador entra en la controversia al acusar al contratista de no llegar a una solución negociada
La multinacional realizó un pago a los propietarios a cuenta del primer semestre del año