Jamie Dimon, CEO de JPMorgan, cobró 36 millones de dólares y David Solomon, CEO de Goldman, 31 millones
consejeros delegados de otros grandes bancos europeos, como Christian Sewing, de Deutsche Bank, que cobró 8,9 millones de euros el año pasado, y Andrea Orcel, de UniCredit, cuya compensación máxima asciende a 9,75 millones de euros.
A diferencia de los bancos regulados por el BCE, UBS no está sometido a un límite máximo para los bonus de los banqueros, ya que las normas de la UE establecen que las primas no pueden ser más del doble del salario fijo.
La remuneración de Ermotti coincide con una contracción de los bonus del banco del 14% en comparación con el bonus combinado de UBS y el Credit Suisse en 2022.
La caída se produjo a pesar de que UBS pagó 736 millones de dólares en primas de retención a algunos empleados de Credit Suisse para que permanecieran en la entidad tras la adquisición. Este descenso también se hace eco de una caída más generalizada en todo el sector bancario por el menor número de operaciones. El banco central suizo pidió hace poco a los reguladores que revisaran los requisitos de capital de UBS por su mayor “importancia sistémica”.
En una carta a los accionistas que acompaña al informe anual de UBS, el presidente, Colm Kelleher, y Ermotti afirman que la quiebra de Credit Suisse la provocó un “modelo de negocio errático” y no a la falta de capital. En el escrito manifestaron que “el hecho de que estuviéramos en condiciones de rescatar a Credit Suisse, a pesar de que ambas empresas operaban bajo el mismo régimen regulador, demuestra que el marco y los requisitos de capital no eran el problema”.
Ambos respondieron a las críticas de que el tamaño de UBS ha perjudicado a la competencia en la banca suiza.