Expansión Nacional - Sabado

El PIB sube un 1,1% entre abril y junio, aupado por el consumo

SEGUNDO TRIMESTRE/ El consumo privado y la construcci­ón empujan la economía y compensan los datos de la caída del gasto público, el empeoramie­nto del saldo comercial y la inversión en bienes de equipo.

- P. Cerezal. Madrid

El crecimient­o del producto interior bruto (PIB) en el segundo trimestre del año, con un alza del 1,1% entre abril y junio, ha supuesto una sorpresa muy positiva para la economía, especialme­nte cuando meses atrás se había hablado incluso de una posible contracció­n derivada de la subida de precios y la respuesta a la inflación por parte del Banco Central Europeo (BCE). Un avance que ha sido muy superior al del resto de Europa (ver informació­n abajo) pero que, al estar fundamenta­do principalm­ente en el consumo privado, en un momento de intensas subidas de precios, siembra las dudas sobre hasta qué punto se puede mantener este incremento, debido a que los datos del Banco de España apuntan a que las familias se están comiendo el ahorro generado durante el confinamie­nto más rápidament­e de lo previsto inicialmen­te.

La actividad económica creció un 1,1% en el primer trimestre del año, impulsada fundamenta­lmente por el consumo privado, que registró un avance del 3,2%, frente a la contracció­n del 2% entre enero y marzo y, en segundo lugar, la construcci­ón, con un alza del 7,8%, si bien hay que tener en cuenta que el peso del consumo en el PIB ronda el 60% del volumen total, lo que hace que el primero tenga un impacto bastante mayor en la cifra total. ¿A que se deben estos incremento­s? En el primer caso, el avance resulta muy sorprenden­te en un momento de elevada inflación, que ya había dejado muy tocado el consumo en el arranque del año. Sin embargo, la recuperaci­ón del turismo internacio­nal a partir de abril ha podido jugar un papel positivo, así como el temor a un acelerón de la escalada inflacioni­sta, que habría llevado a algunos consumidor­es a adelantar sus compras para evitar mayores subidas de precios.

En segundo lugar, la mayor actividad constructo­ra se debe principalm­ente a que la demanda de nuevas viviendas, estimulada por los nuevos contratos fijos en los últimos meses y el desplazami­ento de muchos ciudadanos a municipios de tamaño pequeño y mediano, gracias al teletrabaj­o, lo que ha favorecido las nuevas promocione­s. De hecho, los visados para la construcci­ón de edificios crecieron un 19,8% en el primer trimestre del año, de acuerdo con el Ministerio de Transporte­s, Movilidad y Agenda Urbana, lo que preludiaba un fuerte incremento de la construcci­ón

El PIB de la eurozona experiment­ó en el segundo trimestre un avance del 0,7%, mientras que el de la Unión Europea creció un 0,6%, según publicó ayer Eurostat. En el desglose por países continenta­les, con resultados muy dispares, España se coloca como segundo país que más crece, solo por detrás del 1,4% de Suecia, si bien es cierto que la economía española es una de las que todavía no ha recuperado su volumen previo a la pandemia. España e Italia, en en los meses posteriore­s, si bien el retraso de la ejecución de los fondos europeos y la menor inversión empresaria­l hayan podido reducir el dato general.

Incertidum­bre

Sin embargo, eso no elimina la persistenc­ia de una fuerte incertidum­bre en torno al crecimient­o futuro. En primer su caso con avance del 1%, son las dos potencias europeas que más han crecido en el trimestre. Mientras, Alemania se queda en el 0%, Francia avanza un 0,5% y Portugal se sitúa en valores negativos, al decrecer un 0,2%.

Desde Eurostat destacaron, no obstante, el crecimient­o interanual positivo de todos los países de la Unión Europea, con todos por encima del 2,5%, excepto el caso de Alemania. La principal potencia económica e industrial de Europa creció un 1,5% en los últimos lugar porque, aunque el consumo privado y la construcci­ón hayan subido con fuerza, son los dos únicos grandes pilares del crecimient­o, con un gasto público y una inversión en maquinaria y bienes de equipo en negativo (0,5% y 2,3%, respectiva­mente, lastrada esta última por la subida de los tipos de interés) y unas exportacio­nes doce meses. En este sentido, fueron España y Portugal los países que más crecieron en el año, un 6,3 y un 6,9%, respectiva­mente.

“La economía de la zona del euro supera las expectativ­as en el segundo trimestre”, celebró el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, que también admitió que “la incertidum­bre sigue siendo alta para los próximos trimestres: es necesario mantener la unidad y estar listo para responder a una situación en evolución según sea necesario. que crecen, pero apenas una tercera parte de lo que aumentan las importacio­nes, lo que se traduce en una caída del saldo comercial. Además, también hay dudas sobre hasta qué punto se puede mantener el alza del consumo, cuando buena parte de este incremento se debe a que las familias están consumiend­o sus ahorros. Además, buena parte No estamos en recesión, pero la incertidum­bre permanece para los próximos meses y la inflación se mantiene en niveles récord”.

En sus previsione­s de verano, la Comisión Europea vaticinaba que la economía de la UE crecerá un 2,7 % en 2022 y un 1,5 % en 2023, mientras que en el área del euro se espera que el crecimient­o se sitúe en el 2,6 % en 2022 y que se modere hasta el 1,4 % en 2023: “A medida que la realidad de la prolongada invasión rusa de Ucrania surte efecto”. del crecimient­o del PIB ha ido a la recaudació­n tributaria, que queda hoy un 9% por encima de las cifras previas a la crisis, cuando los salarios todavía quedan un 1% por debajo de las cifras de 2019 y los beneficios empresaria­les y las rentas de los autónomos, un 7% por debajo de las cifras previas al estallido de la pandemia.

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