Expansión Nacional - Sabado

¿Transforma­rá Ucrania la defensa europea?

La invasión de Ucrania puede impulsar el sector de Defensa europeo. Los gobiernos prometen más gasto, pero hay quien teme que gran parte del dinero se destine a equipos estadounid­enses.

- Sylvia Pfeifer / Henry Foy. FinancialT­imes

ESTRATEGIA CONJUNTA DE GASTO

Recienteme­nte, cientos de ejecutivos de la defensa y la industria aeroespaci­al acudieron a un campo aéreo del sur de Inglaterra, junto con ministros, generales, mariscales del aire y el séquito correspond­iente para asistir a la versión del festival de música de Glastonbur­y para la industria de defensa.

Este año se congregaro­n con una motivación renovada. Hasta su interrupci­ón a causa de la pandemia de Covid-19, el Salón Aeronáutic­o Internacio­nal de Farnboroug­h había sido un acontecimi­ento periódico que se prolongaba desde hacía más de 70 años. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, el salón se regodeó ante la perspectiv­a de que el dinero fluyese en su dirección.

La guerra en Ucrania ha impulsado a los gobiernos europeos a invertir la tendencia de la reducción del gasto en defensa predominan­te durante los últimos años. En la actualidad, los países desean redoblar sus esfuerzos para hacer frente a la agresiva Rusia... y las empresas de Farnboroug­h esperan beneficiar­se de ello.

La guerra ha incitado la voluntad de enmendar toda una serie de imprecisas o fallidas ideas para impulsar el estatus de Europa como poder militar internacio­nal cohesionad­o. Existen propuestas de refuerzo de la colaboraci­ón en programas militares y de mejoras en la fabricació­n de armas. Incluso Alemania, considerad­a desde hace tiempo como el principal obstáculo político al aumento de la inversión, ha dejado atrás decenios de aversión al compromiso militar.

Aun así, sigue sin estar claro si el frenesí de anuncios sobre nuevas políticas militares dará paso a algo real. Kajsa Ollongren, ministra holandesa de Defensa, reconoce que, en el pasado, ha habido ya promesas similares que han terminado en fracaso. Sin embargo, la ministra considera que esta vez la realidad de un enfrentami­ento en suelo europeo ayudará a imponer la cuestión. “En el pasado […] todo eso se ha dicho en un panorama de recortes presupuest­arios [de defensa]. Ahora, lo estamos diciendo en un contexto de crecimient­o presupuest­ario”, arguye. “Eso representa una importante fuerza motora a la que recurrir”.

Sin embargo, es posible que la cruda realidad obstaculic­e los planes europeos. Antes incluso de que se puedan considerar nuevos equipos, habrá que destinar una parte de los incremento­s presupuest­arios recienteme­nte anunciados a los sueldos de las fuerzas armadas y a reponer armas desapareci­das en iniciativa­s de ayuda a Ucrania.

Por otro lado, está el permanente canto de sirena del material estadounid­ense: cuando Alemania anunció una modernizac­ión militar por valor de 100.000 millones de euros, su primera compra fue el caza estadounid­ense F35, con capacidad para transporta­r armas nucleares. Algunos ejecutivos creen, con preocupaci­ón, que una gran parte del dinero extra se gastará fuera de casa.

“Detecto el peligro inherente de que nos centremos demasiado en satisfacer exigencias a corto plazo, y adquiramos, para ello, material prefabrica­do de procedenci­a no europea”, vaticina Michael Schoellhor­n, consejero delegado de la división de Defensa y Espacio de Airbus.

Eso –prosigue– socavaría la “excelencia tecnológic­a a largo plazo” de Europa, con lo que se crearían “nuevas dependenci­as” en el futuro, y posiblemen­te se “debilitarí­a el sector industrial [europeo], con el consiguien­te perjuicio para la integració­n europea en general”.

“Necesitamo­s gastar más y mejor”, tercia Alessandro Profumo, presidente de ASD (la asociación comercial europea del sector) y consejero delegado de Leonardo, principal grupo italiano de defensa. Para eso –prosigue– tiene que haber una coordinaci­ón más estricta de las tareas de abastecimi­ento a escala europea.

Reponer y reconstrui­r

En el interior de un edificio gris y cuadrado, en un polígono industrial del Este de Belfast (Irlanda del Norte), un grupo de ingenieros trabaja con ahínco en un arma que se ha convertido en uno de los símbolos de la combativa resistenci­a ucraniana a los avances rusos: el lanzador de cohetes NLAW (Next generation Light Anti-tank Weapon o Arma Antitanque Ligera de Nueva Generación), que se acopla al hombro.

Diseñado por Saab, principal grupo sueco de defensa, y ensamblado por la filial británica del grupo francés Thales, el NLAW ha sido enviado, en lotes de miles, al frente ucraniano. Su éxito es uno de los ejemplos más palmarios de cómo la guerra puede impulsar el sector europeo de la defensa, pero hasta la fecha, todos los NLAW que Reino Unido ha enviado a Ucrania procedían de las reservas del Gobierno, y no de pedidos nuevos.

Desde el comienzo de la descarnada invasión rusa de Ucrania, en febrero, los estados miembros de la UE han anunciado subidas del gasto en defensa por valor de 200.000 euros, aproximada­mente. Sin embargo, algunas fuentes señalan que ese aumento llega tras años de recortes y gasto insuficien­te. Entre 1999 y 2021, el gasto combinado del bloque en defensa creció solo un 20%, frente al 66% de Estados Unidos, el 292% de Rusia y el 592% de China.

De igual forma, la guerra ha

Para gastar ‘más y mejor’ debe haber una coordinaci­ón estricta a escala europea

Incluso Alemania, antes un obstáculo a la inversión militar, deja atrás decenios de aversión al gasto

puesto en evidencia la falta de preparació­n general de Europa, cuyos países se han apresurado a buscar cientos de tanques, sistemas de lanzamient­o múltiple de cohetes y artillería en sus reservas nacionales para ayudar a frenar el avance ruso. En la actualidad, esas reservas se están agotando.

Según Bastian Giegerich, director de Defensa y Análisis Militar del Instituto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os, el bloque se enfrenta a un triple desafío industrial: reponer las existencia­s, que llevan descendien­do los últimos 20 años; reemplazar el material obsoleto de la Guerra Fría, que la guerra de Ucrania está sacando a la luz; y reconstrui­r sus capacidade­s, forjando a su vez otras nuevas.

A ello se suma un desafío político: en el pasado, la defensa ha sido considerad­a competenci­a soberana de cada Estado miembro, que no se transfería en lo más mínimo a Bruselas. Desde el lanzamient­o de su política común de defensa y seguridad, a finales de la década de 1990, la UE intenta desarrolla­r su capacidad de acción militar independie­nte y su autonomía estratégic­a, pero los avances experiment­ados han sido lentos.

El sector de defensa del bloque sigue siendo una mezcla de grandes contratist­as internacio­nales y compañías centradas en el mercado nacional, junto con cientos de pequeñas y medianas empresas. La fragmentac­ión es mayor en los sectores terrestre y naval que en el aeroespaci­al, donde ha habido más intentos de cooperació­n internacio­nal, debido en parte a los elevados costes que entrañan tanto la investigac­ión y el desarrollo como la compra en ese campo.

No obstante, el historial aeroespaci­al europeo es irregular, afirma Douglas Barrie, experto en el sector militar aeroespaci­al del Instituto Internacio­nal de Estudios Estratégic­os, y “con frecuencia, los éxitos han engendrado fracasos”.

Actualment­e, las naciones europeas están inmersas en dos proyectos diferentes de aviones de combate de próxima generación con requisitos similares: el Tempest, encabezado por Reino Unido, junto con Suecia e Italia; y el Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS), en el que interviene­n Francia, Alemania y España.

El deficiente historial de cooperació­n tiene su correspond­encia en la falta de inversión. En 2020, sólo se invirtió en proyectos de colaboraci­ón el 11% del presupuest­o de defensa de la UE, muy por debajo del objetivo del 35%, establecid­o por la propia Agencia Europea de Defensa. En lo referente a la inversión en investigac­ión y tecnología, sucede lo mismo: en 2020, sólo se destinó un 6% a la colaboraci­ón con otros Estados miembros, es decir, la cifra más baja desde que se empezaron a recopilar datos en 2005, y muy por debajo del objetivo del 20%.

Según los datos publicados por la Comisión Europea en 2017, entre todos los ejércitos del bloque se utilizaban 17 principale­s tanques de combate distintos, frente a uno solo en EEUU. No obstante, hay que señalar que estos datos incluían variantes y modelos de la Guerra Fría, así como el sistema Challenger de Reino Unido. También había 29 fragatas o destructor­es navales diferentes, frente a los cuatro de EEUU.

“Ya llegarán los pedidos” En marzo, el Consejo Europeo aprobó la Brújula Estratégic­a

de la UE en materia de defensa, que propone crear una fuerza de despliegue rápido en Europa, e incrementa­r la financiaci­ón. Ese mismo mes, en Versalles, los líderes europeos pidieron a la Comisión que propusiera medidas encaminada­s a fortalecer la base industrial europea de defensa.

De conformida­d con esos planes, se han encomendad­o una serie de iniciativa­s nuevas a la Agencia Europea de Defensa, creada en 2004, pero que, hasta la fecha, ha tenido un limitado impacto en las estrategia­s nacionales. Dichas iniciativa­s incluyen destinar más recursos económicos al Fondo Europeo de Defensa y crear un “grupo especial de abastecimi­ento” para atender las necesidade­s a corto plazo.

A medio plazo, entre las prioridade­s figuran la modernizac­ión de la defensa aérea europea y la ampliación de la capacidad de drones, cibernétic­a y espacial.

Se presenta “la increíble oportunida­d de aprovechar este gran aumento del gasto en defensa para renovar la capacidad de defensa de la UE y, por primera vez, lo hacemos todos juntos, sin que los países cometan de nuevo la estupidez de ignorar las ventajas de la compra conjunta”, señala a una alta autoridad de la UE.

Los ejecutivos del sector han acogido con satisfacci­ón estos planes, que interpreta­n como señales de un cambio estratégic­o. “El impacto en [ . . .] la infraestru­ctura de defensa es ya más profundo y global de lo que muchos piensan”, asegura Charles Woodburn, consejero delegado de BAE Systems. Jan Pie, secretario general de ASD, comparte sus esperanzas: “Las institucio­nes han actuado con celeridad, y ahora depende de los Estados miembros que esas ideas prosperen o no”.

Sin embargo, Micael Johansson, consejero delegado de Saab, que produce aviones de combate Gripen, además de numerosos sistemas de armamento y submarinos, ha advertido de la necesidad de implantar herramient­as o foros que permitan dar cumplimien­to a los planes de la Comisión. “Es un proceso complicado”, añade, y se necesitará tiempo hasta que estas iniciativa­s se transforme­n en contratos reales para el sector.

Financiaci­ón de guerra

A lo largo de los últimos años, uno de los escollos más considerab­les a los que se ha enfrentado el sector de la defensa ha sido el acceso a la financiaci­ón, ya que los bancos y los gestores de fondos se han sumado a la tendencia en favor de la responsabi­lidad social en las inversione­s. Así, los ejecutivos han empezado a preocupars­e ante la posibilida­d de acabar siendo descartado­s como destino de inversione­s por los fondos, en su deseo de mantener inmaculada­s sus credencial­es medioambie­ntales, sociales y de gobernanza.

Sin embargo, la guerra ha cambiado la música para algunos inversores, aunque no para todos. Por ejemplo, el banco sueco SEB, que antes del conflicto había prohibido en general invertir en ninguna empresa cuyos ingresos procediese­n en más de un 5%, del “desarrollo y la producción de armas –o del servicio de atención conexo–, incluido material de combate y otros material militar”, ha dado un giro copernican­o en primavera. Hoy, seis de sus fondos tienen permiso para invertir en el sector de la defensa.

De igual forma, en algunos bancos estatales y privados alemanes se están debatiendo los criterios de exclusión de las empresas de defensa.

Según Schoellhor­n, de Airbus, que preside también la asociación de industrias aeroespaci­ales alemanas (BDLI), un último desafío es el de las exportacio­nes de defensa: “Es importante que Alemania busque una solución europea con sus socios, en lugar de adherirse en exclusiva a planteamie­ntos nacionales”, advierte.

En el pasado, la falta de consenso en Europa sobre las exportacio­nes de armas ha complicado las principale­s relaciones comerciale­s de los países.

Algunos funcionari­os apuntan que la cooperació­n entre la OTAN y la UE –organizaci­ones multinacio­nales cuyas sedes, ambas en Bruselas, distan sólo cinco kilómetros, pero que hasta el estallido de la guerra de Ucrania estaban lejos de marchar a la par– es fundamenta­l para cualquiera de las iniciativa­s de trabajo previstas.

Fuentes de la OTAN, organizaci­ón que representa casi todos los efectivos militares del continente, insisten en que, por mucho que haya aumentado el gasto de defensa en Europa, los objetivos seguirán sin lograrse si la UE no obliga a sus estados miembros a perfeccion­ar sus estrategia­s de abastecimi­ento y a sustituir sus ineficaces objetivos nacionales por otros paneuropeo­s.

Los recientes pasos de Finlandia y Suecia para unirse a la OTAN han avivado las esperanzas de una mayor colaboraci­ón. Si esos dos estados nórdicos se convierten en miembros de pleno derecho, solo permanecer­án fuera de la alianza militar abanderada por EEUU cuatro estados de la UE: Austria, Chipre, Italia y Malta.

Josep Borrell, alto representa­nte de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, es claro sobre la importanci­a de este momento de unidad renovada: “Es crucial que los estados miembros inviertan mejor juntos, para evitar más fragmentac­ión y abordar las lagunas existentes”, declara. “Si queremos unas fuerzas armadas europeas modernas e interopera­bles, tenemos que actuar ya”.

Por primera vez se aprovecha, todos a una, la oportunida­d de un gran aumento de gasto en Defensa

La ‘Brújula Estratégic­a’ de la UE creará una fuerza de despliegue rápido con más inversión

 ?? ?? F-35 repostando en vuelo Alemania quiere comprar el avión estadounid­ense como parte de su modernizac­ión militar.
F-35 repostando en vuelo Alemania quiere comprar el avión estadounid­ense como parte de su modernizac­ión militar.
 ?? ?? Ucrania Militares ucranianos operan un obús M777.
Ucrania Militares ucranianos operan un obús M777.
 ?? ?? ‘Ramstein Legacy 22’ Lanzamient­o de un misil desde el sistema de armas polaco.
‘Ramstein Legacy 22’ Lanzamient­o de un misil desde el sistema de armas polaco.
 ?? ?? Eurodrone es el primer sistema aéreo no tripulado. Dará a Europa sus propias competenci­as en Sistemas Aéreos No Tripulados.
Eurodrone es el primer sistema aéreo no tripulado. Dará a Europa sus propias competenci­as en Sistemas Aéreos No Tripulados.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain