La inflación y los tipos marcan el ritmo en la Bolsa
La inflación debería descender para que el endurecimiento monetario de los bancos centrales no derive en una recesión y ponga en alerta las carteras.
Los mercados podrían tocar suelo en algún momento del verano. Quizás lo hayan hecho ya, en opinión de una pequeña parte de los expertos. Pero lo peor para la economía está por llegar previsiblemente a partir del otoño. En esta convicción se muestran totalmente alineados los organismos multilaterales, los gobiernos y los grandes inversores.
Para estos últimos el panorama es extremadamente preocupante: sus expectativas sobre el crecimiento económico global y los beneficios se han desplomado a niveles mínimos, comparables a las de la crisis financiera detonada por la quiebra de Lehman Brothers en 2008.
Los gestores de fondos de inversión están preocupados por la intensidad de la ralentización del crecimiento que pueda provocar el endurecimiento de la política monetaria con el que los principales bancos centrales del mundo tratan de doblegar una inflación desbocada. El foco está puesto principalmente en EEUU, la primera economía mundial y referencia fundamental para los mercados financieros internacionales. De momento, ha entrado en recesión técnica tras encadenar dos trimestres consecutivos con caídas del PIB.
Según la última encuesta mensual de gestores de Bank of America, uno de cada tres gestores está especialmente preocupado porque la inflación se mantenga elevada de manera persistente. El siguiente gran riesgo para los gestores es la recesión global, aunque esta preocupación ha disminuido respecto al mes anterior y menos del 25% de ellos lo califica como la mayor amenaza para la economía y para la inversión.
Riesgos
Para Salman Ahmed, responsable global de macroeconomía y asignación estratégica de activos de Fidelity International, “corremos el riesgo de que la Fed endurezca su política con demasiada fuerza y demasiado rápido, lo que haría inevitable un aterrizaje forzoso”. Los últimos datos de crecimiento en EEUU conocidos hace sólo dos días alimentan la esperanza de que el organismo que preside Jerome Powell, que encareció el pasado miércoles el precio oficial del dinero en 75 puntos básicos, hasta el 2,25%-2,5%%, levante el pie de acelerador de las alzas de tipos, aliviando el proceso de endurecimiento de las condiciones financieras en marcha, que puede pasar una dura factura a los beneficios empresariales.
Pero todo depende radicalmente de que la inflación –que supera el 9% en EEUU y se acerca a ese porcentaje en la zona euro (un 10,8% en España)– se gire a la baja, de lo que todavía no hay señales. Hay un proceso de desglobalización en ciernes, detonado en gran parte por la guerra de Ucrania y el cambio de orden geopolítico, que amenaza por prolongar los problemas en la cadena de suministro que tanto están afectando a la escalada de los precios y con cronificar la crisis energética, especialmente en Europa. De ahí que los gestores dan por hecho que la política de la Fed (que es la que más vigila el mercado) seguirá siendo incierta en los próximos meses.
Importancia de Asia
Para Frank Schwarz, gestor del Global Equities Fund en MainFirst, el crecimiento de la importancia de Asia no se ha reflejado adecuadamente en el mercado internacional de capitales. Cree que las autoridades de Pekín se volcarán con amplios estímulos fiscales y una flexibilización de la política monetaria, en contraste con muchas otras naciones industrializadas, que podría propulsar la economía, con los correspondientes efectos positivos para el crecimiento mundial. En este sentido, Laurent Denize, director de inversiones Oddo BHF AM remarca que la divergencia en la política monetaria y fiscal de China y Japón debería limitar la desaceleración del crecimiento mundial.
En la firma alemana sostienen que la escasa liquidez de los meses del verano puede provocar pequeños shocks en el mercado, que aprovecharían para un mayor reposicionamiento. Los gestores de BNY Mellon IM recuerdan que los mercados bajistas suelen asociarse con una recesión, pero aún así “el pasado nos da motivos para la esperanza”, defienden. “Si analizamos el comportamiento del S&P 500 durante todos los mercados bajistas registrados desde 1929, la mayoría de las veces el índice arroja una rentabilidad positiva en el año siguiente al inicio de un mercado bajista. Debería reconfortarnos la resiliencia que ha mostrado el mercado durante su larga historia y tenerla muy presente en los momentos más difíciles”, concluyen.
Creo que fue Woody Allen el que en una películas mencionaba la frase del encabezamiento como queriendo decir que alguien que te la va a jugar – ¡y lo sabes…!– se disculpa antes de hacerlo como si no fuera con él su inmediata y malévola acción. Sin ganas ni vocación de repetirme estamos en uno de los peores momentos de la edad contemporánea.
Desde la revolución francesa el hombre no había sufrido tantas calamidades concatenadas en las que sin solución de continuidad se enlazan crisis y pandemias en una vertiginosa carretera badenada sin fin.
Pues bien, ahora, en estos momentos, los políticos, estos seres necesariamente prescindibles, auguran que el mañana será peor, que nos vayamos preparando a vivir a la baja, que asumamos un encarecimiento notable de combustibles y alimentos no procesados que participan en una inflación desbordada que se contrapone con unos salarios inmóviles.
Los reguladores financieros no aciertan con las teclas a tocar y vagan en ejercicios de prueba error sin tino con los ineficaces políticos siguiendo la misma línea empeñados en justificarse con un “¡… y tu más!”, y todo en un marco de calor sofocante.
Precisamente estos políticos están desestabilizando los mercados ya que sus insinuaciones sobre que debemos ser refrenados en el consumo, abrigándonos si hace frío, iluminando los hogares con velas y comiendo alimentos crudos persisten en su idea de que estamos donde estamos gracias a que vivimos por encima de nuestras posibilidades y ahora se nos pasan las cuentas, no porque no hayan sabido gobernar ni prever, y todo con una sociedad que en su conjunto no se rebela con claridad.
PERSPECTIVAS
En el foco
Salta al alza Llama la atención que el mercado haya acogido sus cuentas con tanta euforia, cuando a sus homólogos, que también han presentado unos buenos resultados, se les ha castigado. Ayer sus títulos lideraban las subidas del Ibex 35 y el volumen negociado fue muy elevado. Ha superado la resistencia de los 4,4 euros y debe encaminarse a 4,8. Mantener/comprar.
Avanza de forma ordenada A primeros de julio, y tras muchos meses de retrocesos, el valor tocó fondo en 5,75 euros. Desde ahí, y sin hacer ruido, ha ido ganando altura, lo que permite trazar una incipiente directriz alcista, Ayer, y tras presentar las cuentas del semestre, subió un 3,69%, hasta 6,46 euros. Ha superado la pequeña resistencia de 6,4 y tiene el camino libre hasta los 7.
Cierra en positivo la semana y el mes Tras el fiasco de junio nuestro principal índice bursátil ha logrado saldar la semana con un avance del 1,30% que le ha permitido cerrar julio subiendo un 0,7%. No es para tirar cohetes, pero su aspecto técnico ha mejorado sensiblemente. Toco fondo en los 7.800 puntos y ayer alcanzaba los 8.156. Hablaremos de giro al alza en 8.300 puntos.
Está barato, ha obtenido buenos resultados y ofrece un jugoso dividendo. Mantener y esperar a verle sobre 5, para entrar.
Lucha por situarse sobre 3 euros, esperaríamos a verle sobre esta cota, para entrar. Si pierde los 2,8 será puntual, mantener.
Su aspecto ha mejorado e intentará atacar la resistencia de los 45, pero está muy caro. Si se tiene, mantener con stop.
Rebotes y recortes se han alternado. Esperamos que no pierda los 27,5, pero no entraríamos hasta verle consolidar los 28,7.
En las dos últimas jornadas ha bajado con fuerza y no podemos descarta que busque apoyo en 60. Aplazar compras.