El campo español perderá 8.000 millones por la sequía
“A perro flaco, todo son pulgas”, dice el refranero español. A los múltiples problemas que ya arrastraba el sector agrario, como los bajos precios en origen, varias subidas consecutivas del SMI, o una gestión de la PAC que no considera justa, se ha sumado en los últimos meses la escalada de los costes de producción, inasumible para muchos productores. Una tendencia que venía de meses atrás, pero que la guerra en Ucrania ha exacerbado.
Por si no fuera suficiente, el campo español se enfrenta ahora a la peor sequía en muchos años, una preocupante falta de lluvia que está resultando desastrosa para el sector primario. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) advierte de que “la sequía que estamos padeciendo está teniendo gravísimas repercusiones en el sector agropecuario español, con unas pérdidas y daños que estimamos que podrán superar fácilmente los 8.000 millones de euros”. En el caso del sector agrícola, las pérdidas son generalizadas y superan de media el 30%, llegando al 80% en determinados cultivos, como la producción de almendros. En el caso del maíz, Asaja estima una reducción de entre el 40% y el 50% tanto en superficies como en producción, agravando así la situación generada por la invasión de Ucrania, país del que España importaba 2,7 millones de toneladas antes de la guerra. Precisamente, la sequía ha provocado también bajos rendimientos en la producción de girasol, otra de las materias primas afectadas por el conflicto, a pesar de haberse ampliado las superficies cultivables. Y ha causado estragos en los olivares, con una caída a la mitad de la producción, al tiempo que ha forzado adelantos “importantes” en la vendimia, para la que se espera una reducción de la cosecha de entre el 25% y el 30%.
Ante la fuerte sequía que sufre el país, Asaja teme que puedan producirse restricciones en los casi cuatro millones de hectáreas de regadío que existen en España,
“una parte fundamental en la producción agrícola, y que paradójicamente debe funcionar sin un Plan Nacional de Regadíos ni las inversiones hidráulicas necesarias en todo el territorio nacional”, denuncia la asociación de agricultores. “Si hace años se hablaba de una España húmeda y una España seca, desgraciadamente hoy solo podemos hablar de una España seca”, señaló ayer el presidente de Asaja, Pedro Barato.
Pero la agricultura no es la única afectada por el agostamiento del campo español. Los sectores ganaderos también padecen la pérdida de pastos por la falta de lluvias, viéndose obligados a afrontar costes extras para surtir de alimentos y agua a sus cabañas. Un aumento adicional que ha “provocado situaciones dramáticas, como el cierre de explotaciones o el obligado sacrificio de cabezas de ganado ante la imposibilidad de asumir estos costes ni poder repercutirlos en los siguientes eslabones de la cadena”, señaló Asaja, que instó al Gobierno a “ponerse al frente de la gestión de la crisis, como han hecho otros gobiernos europeos”.
Las pérdidas son generalizadas y superan de media el 30%, llegando al 80% en algunos cultivos