Escrivá abordará en septiembre ampliar el cálculo de las pensiones

REFORMA/ El ministro de Seguridad Social planteará medidas para compensar el aumento del periodo de cómputo.

Tras sacar adelante en el Congreso a finales del año pasado la primera pata de la reforma del sistema de pensiones, que vinculó la revalorización de las prestaciones con el IPC, desterró el factor de sostenibilidad e introdujo nuevas penalizaciones a las jubilaciones anticipadas e incentivos para las que se demoren, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, abrirá en septiembre el melón de la segunda parte de la reforma.

Es la de mayor calado porque engloba el aumento de las bases de cotización (y también de las pensiones máximas) para elevar los ingresos del sistema y reducir así sus desequilibrios; la puesta en marcha a partir de 2023 del nuevo mecanismo de equidad intergeneracional (MEI), en la práctica una subida adicional de 0,6 puntos de las cotizaciones, de los que 0,5 los asumirán las empresas y el 0,1 restante el trabajador; el nuevo sistema de cotización de los autónomos, pactado con fórceps en julio; los nuevos planes de pensiones públicos, o la reforma del periodo de cálculo de las pensiones, ampliando el periodo de cómputo.

Esta última es una cuestión especialmente controvertida, a la que en el pasado ya mostró su rechazo Unidas Podemos y a la que también se oponen los sindicatos por considerar que supondría un recorte de las prestaciones, pero que Escrivá quiere empezar a negociar con los agentes sociales a primeros de septiembre.

Eso sí, el ministro de Inclusión y Seguridad Social acudirá al encuentro con una propuesta matizada, porque, según sus palabras, existen “varias palancas” con las que se puede actuar. El Gobierno defiende ampliar el periodo de cálculo más allá de los 25 años cotizados (de hecho, Seguridad Social ya sostuvo meses atrás que lo “ideal” sería ampliarlo a toda la vida laboral), pero Escrivá aseguró ayer que su propuesta incluirá en paralelo “un mejor tratamiento de las lagunas, de los años que no se han cotizado, o (...) que se excluyan algunos años del cómputo”. Esto es, fórmulas para desechar los peores años de cotización.

“Hay distintas combinaciones. El 30% de las personas ya no tienen esas carreras laborales lineales que había antes, que iban de menos a más, sino que, desde la crisis financiera, tenemos mayor volatilidad y hay personas que tienen sus últimos años no con sus mejores condiciones”, argumentó el ministro.

Las organizaciones sindicales ya ha mostrado claramente su rechazo a extender el periodo de cómputo, pero Escrivá confía en llegar a un pacto con los agentes sociales porque su propuesta tendrá un “beneficio agregado”.

El titular de Inclusión y Seguridad Social reiteró que las pensiones se actualizarán en noviembre en función de la inflación media, a pesar de la fuerte escalada de los precios, que en julio disparó el IPC general hasta el 10,8% interanual, su tasa más alta en casi 38 años.

El ministro también defendió la robustez del mercado laboral a pesar de los síntomas de “cierta ralentización” en la creación de empleo que él mismo reconoció a finales de julio y de que la Seguridad Social anticipó el jueves que agosto cerrará con 187.000 cotizantes menos en afiliación media, el peor dato de un mes de agosto desde 2019. Escrivá insistió en que, en términos desestacionalizados, el sistema sumará 65.000 afiliados este mes, cifra que consideró “muy buen dato”.

La propuesta incluirá la exclusión de algunos años del cómputo y un mejor trato de las “lagunas”