Expansión Nacional - Sabado

Oriente Próximo, el gran beneficiad­o de la crisis energética

- D. Casals. Barcelona

Las últimas proyeccion­es del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) dibujan un mundo que sigue dos tendencias absolutame­nte contrapues­tas. Mientras que la gran mayoría de países deben lidiar con el crecimient­o desbocado de la inflación, la crisis energética y el riesgo de recesión, la situación para las monarquías del Golfo es diametralm­ente puesta.

Según el FMI, la subida de las cotizacion­es del barril de petróleo y del gas natural generará en los próximos cuatro años un beneficio adicional de 1,29 billones de euros (1,3 billones de dólares) en relación a las estimacion­es previas al estallido de la guerra en Ucrania. Se da la circunstan­cia de que las compañías exportador­as son públicas, por lo que los estados y los respectivo­s fondos soberanos serán los grandes beneficiad­os del alza de precios y del incremento de su capacidad inversora.

La previsión del FMI es que los países que forman parte del Consejo de Cooperació­n para los Estados Árabes del Golfo –Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Bahrein, Catar y Omán– crezcan este año un 6,4%, frente al 2,7% de 2021.

En este escenario, la región debe usar los recursos adicionale­s que obtenga para “invertir en el futuro” y afrontar retos estructura­les, como el incremento de la productivi­dad interna, según manifestó ayer el director del FMI para Oriente Próximo, Norte de África, Asia Central y Cáucaso, Jihad Azour, en declaracio­nes a Financial Times.

“Lo que va a ser realmente importante es cómo los países de Oriente Próximo gestionan este nuevo ciclo”, explicó Azour. En su opinión, la región debe proseguir con la disciplina fiscal y mantener “al mismo tiempo los beneficios de liquidez adicional y las políticas que no los lleven a un estado procíclico”, subrayó .

Los estados son altamente dependient­es de los carburante­s, por lo que las variacione­s en los precios les afectan especialme­nte. Así, cuando las cotizacion­es suben, el conjunto de la economía se beneficia, pero cuando baja, hay fuertes recesiones.

En los últimos años, el crecimient­o de los países de la región ha sido moderado, por lo que los estados han incrementa­do la deuda pública, se han visto obligados a recurrir a reservas y han retrasado inversione­s públicas.

Fondos soberanos Conviene recordar que si en Occidente, las compañías dedicadas al petróleo son fundamenta­lmente privadas, en la zona pertenecen a los estados, y sus recursos contribuye­n a financiar fondos soberanos. Es lo que ocurre en Kuwait, Catar, Abu Dabi y especialme­nte en Arabia Saudí. Este país cuenta con el Fondo de Inversión Pública, un vehículo de inversión presidido por el príncipe Mohammed bin Salman. Sus activos ascienden a 620.000 millones de dólares (617.691 millones de euros) y que en primavera, reforzó su participac­ión en compañías como Amazon, PayPal y BlackRock.

La última previsión es que el PIB saudí crezca este año un 7,6%, el incremento más alto en diez años, lo que le permitirá por primera vez desde 2013 volver a tener superávit. Se estima que alcanzará el 5,5%.

La región ingresará 1,29 billones extra hasta 2026 por la subida del crudo y el gas, según el FMI

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