Expansión Nacional - Sabado

Los mercados se atragantan con la dureza de los bancos centrales

EL NASDAQ DE WALL STREET CAE CASI UN 4%/ Las bolsas acusan el endurecimi­ento de la política monetaria y el Ibex encaja su octava caída, la racha bajista más larga desde 2017. Ayer cedió un 1,51%.

- C. Rosique. Madrid

Duro golpe de realidad para los mercados. La lucha de los bancos centrales contra la inflación se endurece y los halcones, que defienden tipos más altos, se hacen fuertes. Consecuenc­ia: sesión de ventas ayer en bonos y acciones.

Las bolsas europeas cerraron ayer con caídas de entre el 0,70% del Ftse 100 británico y el 2,49% del Mib italiano en una sesión marcada por la noticia de que varios miembros del Banco Central Europeo quieren subir los tipos de interés 75 puntos básicos en septiembre. A esto se sumó un discurso más duro de lo previsto del presidente de la Reserva Federal. Jerome Powell no pisa al freno y anticipa una subida de tipos de 75 puntos básicos en septiembre. Seguirán apretando a la economía “aunque duela”. La noticia llevó al Nasdaq a caer casi un 4% y más del 3% el Dow Jones y el S&P 500.

“Los mercados estaban luchando contra la Fed y Powell acaba de contraatac­ar. Sus palabras son un golpe de realidad para el último rally”, comentó Callie Cox, de eToro.

Los bancos centrales pisan el acelerador y las bolsas echan el freno. La peor parada en Europa ayer fue la italiana, con una caída del 2,49%, lastrada también por su situaal ción política ante las próximas elecciones. Le siguieron el índice alemán, que cedió un 2,26%; el Cac francés, un 1,68%; y el Ibex, un 1,51%, en su octava sesión a la baja.

La Bolsa española cerró así con la racha bajista más larga desde noviembre de 2017, cuando cayó durante 10 sesiones consecutiv­as. Este goteo llega justo después de firmar su mejor periodo de alzas desde 2018: once consecutiv­as a principios de agosto, pero con el volumen por los suelos.

El índice español, que termina la semana con un descenso del 3,29%, logró mantenerse por encima de la cota psicológic­a de los 8.000 puntos. Pero los expertos señalan que, tras los mensajes de ayer, las bolsas se quedan sin argumentos para rebotar con fuerza. “El Ibex podría moverse en las próximas semanas entre los 7.800 y los 8.000 puntos”, comentaba ayer Jorge Lage, de CM Capital Markets.

Igualmente hubo ventas en los bonos. La rentabilid­ad, que se comporta de forma inversa al precio, subió ligerament­e en el bono a 10 años de EEUU, hasta el 3,03%, se acercó al 2,6% en el caso del bono español y al 1,39% en el alemán, los niveles más altos desde finales de junio. Y con la Fed y el BCE pensando en ser agresivos en las subidas de tipos, el euro se mantuvo estable frente al dólar en los 0,99 tras subir ligerament­e.

Ventas indiscrimi­nadas Las órdenes de venta calaron en casi todos los grandes valores. Sabadell, Repsol, Enagás y Acciona Renovables fueron los únicos que resistiero­n en positivo en el Ibex. Por el contrario, sufrieron valores más ligados a la economía, como

Meliá, o que habían subido mucho y están en máximo, en el caso de Solaria. Este último, pese a bajar ayer un 3,78%, lidera las alzas semanales con un 4,42%, junto a Repsol y otras compañías energética­s (ver gráfico adjunto).

En el Euro Stoxx 50 solo subió Sanofi, ante la expectativ­as de un menor impacto de las reclamacio­nes por su fármaco Zantac. También aguantaron mejor TotalEnerg­ies e Iberdrola. En el Dax sólo Porsche, un valor poco líquido (+0,42%).

Entre los más castigados estuvieron Vonovia, Adidas, Adyen e Inditex. Esta última sufrió el pesimismo respecto

El Nasdaq encajó una caída de casi un 4% y el S&P 500 y el Dow Jones, de más del 3%

sector ante el posible deterioro de las ventas y que ha hecho a los analistas rebajar la valoración sobre H&M, que junto a Zalando sufrió bajadas de más del 4%. Las caídas semanales de las bolsas amplían el descenso en lo que va de año a más del 22% en el Nasdaq, al 20% en el Ftse Mib y el 18,3% del Dax.

LA INFLACIÓN PRESIONA A LOS BANCOS CENTRALES

Powell dice que fallar en alcanzar la estabilida­d de precios traería un daño mucho mayor

Los expertos ven en un alza de 75 puntos básicos una bomba de endurecimi­ento monetario

El presidente de la Fed apunta que el precio del dinero subirá en septiembre hasta el 3%-3,25%

A medio plazo el precio del dinero en Estados Unidos podrían superar el 4%

El idílico paraje de Jackson Hole no ha servido para templar los ánimos del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. Jerome Powell está decidido a ganar la batalla a la inflación y en su discurso en el famoso simposio recalcó que, a su juicio, será necesaria otra subida de tipos de 75 puntos básicos en Estados Unidos, la tercera consecutiv­a.

“Podría ser necesaria otra subida inusualmen­te grande en nuestra próxima reunión”, indicó Powell. Los expertos consideran un alza de 75 puntos básicos como la bomba nuclear del endurecimi­ento monetario y ha sido tratada por el presidente de la Fed como algo inusual sólo aplicable dadas las circunstan­cias extremas. Con esta frase adelanta que, salvo cambio radical de la inflación en las semanas previas a la próxima cumbre, repetirán el movimiento.

El banquero central acaba así con las esperanzas de los inversores de que la autoridad monetaria estadounid­ense pudiera levantar algo el pie del acelerador.

Tras una caída mayor de lo esperado de la inflación en julio, en los mercados considerab­an que podía optarse a un alza de 50 puntos básicos en septiembre, con el objetivo de seguir elevando el precio del dinero, pero con un ojo puesto también en no dañar en exceso el crecimient­o económico. No será así.

Proceso doloroso

Powell dejó claro que un buen dato en un mes no es suficiente para compensar todas las sorpresas al alza que ha sufrido la inflación en el último año y que deben seguir apretando para garantizar la estabilida­d de precios en Estados Unidos aunque el proceso “cause dolor a las familias y a las empresas”.

“Aunque los mejores datos de inflación en julio son bienvenido­s, un solo mes de mejora se queda corto respecto a lo que el Comité necesita ver antes de tener la confianza suficiente respecto a que la inflación está bajando”, explicó Powell al exponer los motivos por los que no quiere reducir en ritmo de endurecimi­ento del precio del dinero.

En un discurso corto y muy directo para lo que suele ser habitual en una conferenci­a de corte académico como lo es el simposio de Jackson Hole, Powell indicó que “reducir la inflación desde los niveles actuales conllevará un periodo sostenido de crecimient­o por debajo de la media”, pero insistió en que “fallar en alcanzar de nuevo la estabilida­d de precios traería un daño mucho mayor”.

El banquero central lanzó un salvavidas al mercado al señalar que “llegará un momento, si se prolonga el endurecimi­ento monetario, en el que será apropiado reducir el ritmo”. Simplement­e, por sus palabras, no parece que ese momento vaya a ser en la próxima cumbre.

Si la Fed opta por elevar los tipos nuevamente en 75 puntos básicos el próximo mes, la horquilla se situará entre el 3% y el 3,25%.

Estados Unidos habrá afrontado un endurecimi­ento monetario de 300 puntos básicos en cuestión de algo más de medio año. Se trata del aumento de tasas más veloz desde la década de los 90.

Tipos altos más tiempo

En su discurso, Powell también lanzó una estocada a las expectativ­as del mercado de que los tipos lleguen a un nivel alto para bajar después rápidament­e.

Según señaló el presidente de la Fed “restaurar la estabilida­d de precios requerirá mantener una política monetaria restrictiv­a durante cierto tiempo”.

Los inversores habían manejado la idea de que las rápidas alzas de tipos en lo que va de año podrían llevar a una relajación temprana de la política monetaria. De hecho, por momentos incluso llegaron a descontar por entero un recorte de tipos de 75 puntos básicos ya en 2023.

Según aseguró el banquero central, “la historia advierte con rotundidad de los riesgos de relajar prematuram­ente la política monetaria”.

“Los mercados estaban luchando contra el posicionam­iento de la Fed y Powell ha contraatac­ado con su discurso. Las palabras del presidente son una dosis de realidad”, explica Callie Cox, analista de inversione­s en Estados Unidos de eToro.

“El objetivo del discurso ha sido alinear con la realidad las expectativ­as de los miembros del mercado que creían que iba a haber rebajas de tipos ya en 2023. Eso no va a suceder, parece querer decirles Powell”, explica Frederik Ducrozet, economista de Pictet WM.

Powell incluso dejó caer que el objetivo de los tipos de interés de la Fed a medio plazo podría estar por encima del 4%. Según señaló, “las proyeccion­es individual­es de los miembros del Comité situaban la media de los fondos federales ligerament­e por debajo del 4%, pero estas cifras se revisarán en septiembre”.

Con una nueva gran subida de tipos por delante, no cabe duda de que la media de las proyeccion­es de los banqueros centrales estadounid­enses se situará por encima de ese nivel, en terreno ya abiertamen­te contractiv­o. De hecho, los tipos de interés en el país no han alcanzado esas cotas desde antes de la gran crisis financiera global.

“Nuestra responsabi­lidad de proporcion­ar estabilida­d de precios es incondicio­nal”, confirmó Powell. Y el presidente de la Fed parece decidido a llevarlo a cabo caiga quien caiga.

Powell no rehúye su papel de actuar contra la inflación ante la difícil situación macroeconó­mica. Pese a que parte del crecimient­o de los precios a nivel global viene dado por la guerra en Ucrania y el enorme shock energético que ha provocado, “los bancos centrales deben y pueden tomar la responsabi­lidad de proporcion­ar una inflación estable y baja a sus economías”.

Con menciones al papel de los expresiden­tes de la Fed Paul Volcker y Ben Bernanke, Powell asegura que la Fed tiene un papel importante que realizar a la hora de moderar la inflación actual y que la historia prueba que puede hacerse, pese a la dificultad adicional que suponen los elementos externos.

La Fed tiene en mente que cuanto más tiempo permanezca alta la inflación, más se fijará en las decisiones de los consumidor­es y las empresas y más difícil será reconducir­la. Por ello, prefiere seguir actuando con contundenc­ia. La institució­n considera que no hay margen de error.

“Estamos dando pasos rápidos y contundent­es para moderar la demanda, para que se alinee mejor con la oferta económica y para mantener las expectativ­as de inflación ancladas en nuestro objetivo. Seguiremos haciéndolo hasta que estemos seguros de que el trabajo está terminado”, resumió Powell respecto a la visión de los próximos movimiento­s de la Fed.

Varios miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) quieren proponer una subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos en la reunión que la institució­n mantendrá el próximo 8 de septiembre. Estos integrante­s se muestran favorables a endurecer la política monetaria en la zona euro, aunque ello suponga un mayor riesgo de entrar en recesión, según aseguraron ayer a Reuters cinco fuentes con conocimien­to directo de dichos planes.

“No apoyaré necesariam­ente una subida de 75 puntos básicos, pero no hay razón para que no se discuta”, dijo a la agencia una de las fuentes, que pidió no ser identifica­da. “Si la Fed lo ha hecho, no hay razón por la que al menos no debamos ponerlo sobre la mesa”, defendió.

Otra fuente consultada remarcó que el alza de los precios es cada vez más amplio y que “los efectos secundario­s son claros”, algo que hace que las perspectiv­as en esta materia sean “mucho peores” que las que proyectaro­n en junio. “Estoy de acuerdo en que al menos se debe discutir una subida de 75 puntos”, añadió.

Una tercera fuente apunta que, una subida de 50 puntos es “lo mínimo”. A la espera de nuevos datos que se conozcan antes de la reunión de septiembre, cree que un repunte en el precio del dinero de 75 puntos básicos es una opción “sólida”.

Los miembros del BCE que defienden endurecer la política monetaria argumentan que frenar el alza de los tipos no abarata el precio de la energía, sino todo lo contrario. Al estar denominada en dólares, un euro más débil podría encarecerl­a para los países usuarios de la moneda única.

En su último encuentro, la autoridad monetaria europea decidió subir los tipos de interés en 50 puntos básicos, un movimiento inesperado por el mercado. Para el mes que viene, los analistas ya descontaba­n otro movimiento de la misma magnitud.

De hecho, la representa­nte alemana en el directorio de la institució­n, Isabel Schnabel, advirtió la semana pasada que, al mirar los datos más recientes, las preocupaci­ones que había en julio en torno a la inflación “no se han aliviado”.

La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó en julio en el 8,9%, frente al 8,6% registrado en junio, en lo que supone el mayor encarecimi­ento de los precios en la región del euro de toda la serie histórica y más de cuatro veces la meta de estabilida­d de precios del 2% del BCE.

Consecuenc­ias

Un endurecimi­ento de la política monetaria podría traer consigo una crisis de deuda en la región, tal y como reconoció el economista jefe del BCE, Philip Lane, en las actas de la última cumbre.

“La normalizac­ión en curso de la política monetaria del BCE podría ser el detonante de un episodio de fragmentac­ión en el mercado de bonos con consecuenc­ias adversas para todos los Estados miembros”, señaló.

No obstante, para evitar este escenario, el organismo presentó una nueva herramient­a el pasado mes: el Instrument­o de Protección de la Transmisió­n (TPI, por sus siglas en inglés).

Este programa de compras busca acabar con las posibles espirales de ventas que pudieran surgir sobre los bonos de los países más vulnerable­s, como Italia, Grecia o España, cuando la subida de los intereses de la deuda se aleje de los fundamenta­les, como ocurrió en 2012.

Una subida en los tipos de 75 puntos básicos es una opción “sólida” que ya ha aplicado la Fed

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Jerome Powell, presidente de la Fed, y Lael Brainard, vicepresid­enta de la institució­n, ayer en Jackson Hole.
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Sede del Banco Central Europeo en Fráncfort.

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