El juzgado aclarará las causas de la caída de Room Mate
CONCURSO/ La jueza decidirá si la quiebra de la cadena es culpa de sus administradores o se debe a motivos externos.
El Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid que lleva el concurso de Room Mate autorizó el pasado julio la venta de la compañía al fondo Angelo Gordon y la hotelera Westmont, únicos postores por la cadena hotelera con una oferta valorada en 57 millones de euros. Está previsto que la compraventa quede formalizada en septiembre y PwC, administrador concursal de la compañía, tiene hasta octubre para presentar su informe.
La fase de liquidación previsiblemente se abrirá a petición de PwC –aunque también puede solicitarlo Room Mate o un acreedor– después de la compraventa y, de forma paralela, la fase de la pieza de calificación, donde se decidirá si la quiebra de Room Mate es imputable a sus administradores (concurso culpable) o si obedece a factores externos no atribuibles a éstos (concurso fortuito).
La decisión final corresponde a la jueza del concurso, que previamente escuchará al administrador concursal, a los acreedores y a la propia concursada. Todos ellos deben emitir informes en los que hagan una propuesta argumentada de cómo debe calificarse el concurso. En el caso de que, por ejemplo, PwC considere que se trata de un concurso culpable, se abriría un plazo para que los administradores, Enrique Sarasola y sus socios, pudiesen presentar sus alegaciones y contestar.
La calificación culpable del concurso no tiene consecuencias penales, pero sí civiles. Los administradores pueden ser obligados a asumir responsabilidades económicas de la compañía o ser inhabilitados para ser administradores de otras empresas, por ejemplo.
Cabe señalar que esta fase del concurso se produce en un periodo de transición entre la antigua ley concursal y la nueva recién aprobada por el Congreso de los Diputados, que entrará en vigor el próximo 26 de septiembre. Teniendo en cuenta los plazos, la fase de la pieza de calificación se regirá por la nueva normativa. En cualquier caso, la decisión del juzgado no es firme y puede ser recurrida en apelación.
Una única oferta
La oferta de 57 millones se divide en 53 millones que corresponden a la asunción de pasivos laborales, saldo pendiente con proveedores, arrendamientos, deuda neta contraída por las sociedades participantes y saldo neto de clientes.
El resto, cuatro millones de euros, es la contraprestación ofrecida por la unidad productiva que incluye la explotación de 21 hoteles ubicados en Barcelona, Granada, Madrid, Málaga, San Sebastián, París, Florencia, Roma, Rotterdam y Estambul. Se excluye la gestión de dos hoteles que Room Mate operaba en Estados Unidos, propiedad de Sandra Ortega, que decidió desahuciar a la cadena tras no hacer frente al 100% de los pagos de alquiler, así como otros tres que penden de filiales de Room Mate, en manos ya de Angelo Gordon.
Ezentis está oficialmente en preconcurso de acreedores. Lo solicitó ante los juzgados el 1 de septiembre ante el riesgo “de insolvencia inminente” con el objetivo de parar las máquinas durante cuatro meses en los que negociará contrarreloj con los bancos y buscará un inversor que inyecte capital para evitar la quiebra.
Si sucede lo peor, no será la primera vez. Ezentis ya suspendió pagos en 2002 cuando todavía llevaba por nombre Avánzit y vivió anteriormente momentos convulsos en la época en la que era conocida como Radiotrónica.
Y no estará sola. El mundo está repleto de compañías con historiales de caídas, remontadas y nuevos tropiezos. Moody’s ha hecho la cuenta de las que están bajo su jurisdicción (las que tienen un ráting firmado por ella) y la lista es larga. Hay nueve empresas que han pasado por cuatro quiebras y dos que han certificado cinco.
La mayoría no llega a tanto. Han sido 1.887 las compañías no financieras cubiertas por la agencia de ráting que han impagado su deuda en los últimos 25 años y 272 de ellas (un 14%) lo han hecho más de una vez. Eso lleva el total de quiebras hasta las 2.224, según los datos de Moody’s.
Récord
Ezentis no está en los registros porque por ahora solo lleva una suspensión y porque no tiene ráting, pero hay una empresa española a la que Moody’s ha certificado tres veces en impago. La tasa es reducida y muy lejos de Estados Unidos, el país donde más se repiten las quiebras. De ahí son las dos compañías que tienen el récord de cinco suspensiones: SuperMedia, una editora de páginas amarillas, y Guitar Center, un vendedor de productos musicales.
Aunque son 26 los países donde hay empresas con quiebras reiteradas, Estados Unidos concentra la gran mayoría de los casos. Son 200 en total, con 164 entidades que han impagado dos veces, 27 que lo han hecho en tres ocasiones, siete que han tropezado cuatro y otras dos que han caído cinco.
“Los incumplimientos múltiples se deben en gran medida a tendencias adversas en la industria del emisor, así como a la pandemia de coronavirus, en algunos casos junto con una estructura de capital altamente apalancada”, señala la agencia de ráting.
Alemania está limpia de mácula. Ninguna de sus empresas ha repetido un impago entre las que tienen un ráting de Moody’s. Canadá no puede decir lo mismo, ya que tiene 18 reincidentes, y tampoco Francia, con cuatro casos.
Energía, a la cabeza
La energía y el sector de medios lideran las industrias con más repeticiones. Hay 66 firmas en el universo energético que han impagado su deuda 149 veces, sobre todo durante el desplome de los precios del petróleo en la crisis de las materias primas de 2015-2016.
En el terreno de los medios son 57 las quiebras a manos de 23 repetidoras, entre las que hay varias de la industria de la impresión y la publicación, afectadas por la competencia de los medios digitales.
La reincidencia en las caídas tiene efectos en la fórmula elegida para quebrar. De las tres que suponen un descenso inmediato al default a ojos de las agencias de ráting, la más frecuente para los que incumplen por primera vez los compromisos con los acreedores es el impago de los intereses o el principal de la deuda.
Pero eso cambia cuando llegan nuevos episodios de turbulencias. Entonces ganan fuerza tanto los procesos judiciales de quiebra (que tiene matices diferentes en cada país) como los canjes de deuda con pérdidas para los acreedores.
También hay diferencias entre los motivos que llevan a las reiteraciones en los países desarrollados y en los emergentes. Las estrategias agresivas de financiación y operación puntúan alto en los primeros, mientras que en los segundos son los problemas macroeconómicos, la debilidad de las divisas y los cambios regulatorios los que más pesan en las estadísticas.
El juzgado decidirá si el concurso de la hotelera es culpable (imputable a los socios) o fortuito
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