El rey Carlos III asciende al trono
En el momento del fallecimiento de la reina el jueves, su hijo mayor accedió al trono como el rey Carlos III, jefe de Estado de Reino Unido y otros 14 países de la Commonwealth. El rey, de 73 años, es el monarca de mayor edad en acceder a la corona, así como el heredero más veterano de la historia británica. A diferencia de su difunta madre, que se convirtió en reina con sólo 25 años, la vida del rey Carlos ha sido una larga preparación para este momento. La histórica transición de una generación real a otra estará marcada por un periodo de luto nacional y lo que se espera que sea una coronación relativamente discreta, que marcará el tono del reinado del rey Carlos.
Junto a las formalidades ceremoniales de la sucesión, el momento de la ascensión del rey será también de pérdida y dolor personal; en 18 meses ha acompañado a sus dos padres en su lecho de muerte. “El fallecimiento de mi querida madre, Su Majestad la Reina, es un momento de máxima tristeza para mí y para todos los miembros de mi familia”, dijo en un comunicado el jueves por la noche. “Lloramos profundamente el fallecimiento de una apreciada soberana y una madre muy querida”. Conocido por sus opiniones francas y su medio siglo de activismo social como príncipe de Gales, el rey ha dejado claro que adoptará un enfoque diferente hacia la vida pública una vez que asuma la corona.
Mientras que como heredero de la reina trató de “marcar la diferencia” en causas largamente amadas, desde el medio ambiente y la arquitectura hasta la agricultura y la homeopatía, como rey no se pronunciará sobre temas polémicos. “No soy tan estúpido”, declaró a la BBC en 2018. “Es vital recordar que solo hay espacio para un soberano a la vez, no para dos”, señaló, en unas declaraciones que ofrecían una guía de cómo abordaría sus funciones. “No se puede ser lo mismo que el soberano si se es el príncipe de Gales o el heredero”. “Pero la idea, de alguna manera, de que voy a seguir exactamente de la misma manera, si tengo que suceder, es una completa tontería porque las dos —las dos situaciones— son completamente diferentes”. El rey ha tenido un papel cada vez más destacado en los últimos años, tanto en la gestión de la institución como sustituyendo a la Reina cuando ésta redujo sus actos públicos. Como príncipe de Gales, sustituyó a la reina en varios actos de Estado, como el servicio del Día del Recuerdo del año pasado y la apertura del Parlamento en mayo.
Carlos III también asumió un papel de representación principal en reuniones como la cumbre del G20 en Roma y la cumbre del clima de la ONU en Glasgow. El rey se enfrenta al
formidable reto de suceder a la monarca más longeva de Reino Unido, cuya popularidad ayudó a la familia real a soportar un periodo de atención mediática sin precedentes sobre la corona. Los años de preparación del rey y sus ayudantes reales han abordado lo que podrían haber sido cuestiones delicadas para un monarca entrante. Es significativo que los líderes de la Commonwealth anunciaran en 2018 que el rey Carlos sucedería a su madre al frente de la organización, una decisión tomada por unanimidad en una reunión en el castillo de Windsor. El cargo no es hereditario y hubo un debate informal sobre la posibilidad de rotar las funciones entre los líderes de la Commonwealth, en lugar de que pasasen automáticamente al rey Carlos. La decisión ahorra al Rey la necesidad de conseguir apoyos para dirigir la organización, cuyo objetivo es fomentar el comercio y la cooperación entre los 56 Estados miembros de la Commonwealth, que representan una población de más de 2.500 millones de personas. En febrero, la Reina, en un mensaje con motivo del 70º jubileo de su reinado, resolvió una segunda cuestión que pendía sobre su sucesor: el estatus de su esposa Camilla, la entonces duquesa de Cornualles. Carlos y Camilla eran divorciados cuando se casaron en 2005 y la sensibilidad de la opinión pública era mayor debido al carácter público y enconado de la ruptura del rey con su anterior esposa, Diana, princesa de Gales. Con un mensaje de jubileo altamente simbólico, la difunta reina dejó claro su “sincero deseo” de que Camilla se convirtiera en reina consorte, en lugar de princesa consorte del rey Carlos, un título previsto inicialmente como forma de aplacar a la opinión pública tras su matrimonio.
Una de las mayores pruebas para el rey Carlos en los próximos años puede ser la de llevar la paz y la armonía a una familia a veces discordante, al tiempo que racionaliza la institución a la que sirve. El rey ha señalado en privado a los cortesanos que tiene la intención de adelgazar la monarquía, un paso que podría implicar la reducción del número de altos cargos de la realeza. Según fuentes internas del Palacio de Buckingham, la opinión del rey fue decisiva en la decisión de que el príncipe Andrés dejara de usar el título de “su alteza real” y de que se apartara de la vida pública tras el escándalo de sus vínculos con Jeffrey Epstein, el difunto delincuente sexual condenado. También siguen existiendo importantes tensiones no resueltas entre la familia y los duques de Sussex, que han sido muy críticos con la casa desde que se trasladaron a Estados Unidos, aunque las relaciones han empezado a estabilizarse. El príncipe Harry viajó a Balmoral el jueves al enterarse del deterioro de la salud de la reina.