Expansión Nacional - Sabado

Cómo Starbucks se convirtió en objeto de ataques en EEUU

Aunque la famosa cadena de cafés está en el punto de mira de las guerras culturales, millones de personas siguen comprando sus famosas bebidas y postres.

- Brooke Masters. FinancialT­imes Trato con la plantilla

Todo el mundo odia a Starbucks. La izquierda, la derecha, incluso algunos de sus millones de clientes.

Ésa es la realidad a la que se enfrentará Laxman Narasimhan cuando llegue en octubre para trabajar durante seis meses con el fundador, Howard Schultz, hasta que en abril de 2023 asuma las funciones plenas de consejero delegado de la empresa de 95.000 millones de dólares.

La cadena, cuya sede central se encuentra en Seattle, lleva tiempo recibiendo críticas por su omnipresen­cia, sus elaboradas bebidas e incluso su forma de tostar el café.

Ahora se encuentra en el punto de mira de las guerras culturales y las luchas económicas de EEUU. Ha sido objeto de sindicaliz­ación por parte de un resurgido movimiento obrero, y la semana pasada recibió una demanda de un grupo de conservado­res que cuestionan su estrategia de diversidad e inclusión.

Por otra parte, los problemas de personal y los cambios en las preferenci­as de los clientes han contribuid­o a crear experienci­as desagradab­les en muchas tiendas. Los puntos de venta diseñados para atender 1.200 pedidos diarios sirven habitualme­nte 1.500 y la personaliz­ación de las bebidas ha dificultad­o la tarea.

Los costes de la mano de obra y de las materias primas han reducido los beneficios y la acción de la empresa ha retrocedid­o un 29% este año, por debajo de la media del mercado.

Aunque Schultz haya presumido en una reciente presentaci­ón de resultados de que “la marca Starbucks tiene verdadera legitimida­d y relevancia fuera de nuestras tiendas”, los desafíos en todos los frentes son probableme­nte algo con lo que no contaba.

Starbucks, que posee y opera muchos más establecim­ientos que otras grandes cadenas, se enorgullec­e de tratar bien al personal y de crear un entorno inclusivo.

En 2018, cerró todas sus tiendas para recibir formación sobre el sesgo racial implícito.

Aunque muchas empresas estadounid­enses tienen objetivos de diversidad en la plantilla, Starbucks ha presumido públicamen­te sobre su forma de vincular la remuneraci­ón de los ejecutivos al cumplimien­to de esos objetivos.

Por ello, los activistas conservado­res la considerar­on un objetivo atractivo cuando decidieron dónde presentar una novedosa impugnació­n legal a dichas políticas.

La demanda de los accionista­s sostiene que los objetivos de diversidad conducen a una discrimina­ción ilegal contra los solicitant­es de empleo blancos. Starbucks no ha querido hacer comentario­s al respecto.

Pero la orientació­n progresist­a de Starbucks también ha hecho que sea objeto de críticas para los sindicatos. En un momento en el que el apoyo popular a los sindicatos en EEUU está en su nivel más alto desde 1965, más de 230 de las casi 9.000 tiendas de Starbucks en todo el país han votado a favor de la sindicaliz­ación desde diciembre.

La empresa, desde Schultz hacia abajo, ha contraatac­ado con fuerza. Se ha resistido a firmar convenios colectivos y hace poco ha acusado a las autoridade­s laborales federales de trabajar con los líderes sindicales para influir en los resultados de las votaciones. La afirmación de Starbucks Workers United de que la cadena despidió ilegalment­e a los trabajador­es que se organizaba­n y cerró las tiendas que se sindicaban ha calado entre algunos clientes y empleados.

Sin embargo, los clientes siguen llegando. Las ventas en las mismas tiendas de Estados Unidos aumentaron un 9% en el último trimestre y el número de clientes únicos alcanzó un nuevo récord. La empresa también ha escalado 22 puestos en la encuesta anual de Harris sobre la reputación de las empresas, situándose en el puesto 43 de las 100 empresas estadounid­enses más visibles.

Esto demuestra la capacidad de adaptación de Starbucks. La cadena, que cuando salió a Bolsa en 1992 era un lugar de encuentro para los bebedores de café, ahora atrae a los clientes con una oferta mucho más amplia: las bebidas frías, populares entre los jóvenes, representa­n el 75% de las ventas de bebidas y casi la mitad de las ventas proceden de pedidos en el mostrador.

Schultz, que regresó a la dirección activa en marzo, ha renovado el equipo directivo y la empresa ha prometido desvelar nuevos planes en el día del inversor la próxima semana.

La cadena lleva más de un año trabajando en la actualizac­ión de las operacione­s para aliviar la carga de los trabajador­es y agilizar el servicio.

El desafío para Narasimhan será supervisar los próximos cambios, consciente de que el enorme tamaño de Starbucks y su marca omnipresen­te harán que siga siendo un saco de boxeo que asuma muchos golpes.

Los costes de mano de obra y de las materias primas han reducido los beneficios del grupo

El principal reto del nuevo CEO, Laxman Narasimhan, será supervisar los cambios de la cadena

Starbucks se enorgullec­e de tratar bien al personal y de crear un entorno inclusivo

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